Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Buenas lecturas: Steven Spielberg.


Biografía no autorizada

Por John Baxter





John Baxter es reconocido crítico cinematográfico, biógrafo, novelista y cronista audiovisual. Nació y se crió en Australia, ha trabajado en Londres y ha ejercido la docencia universitaria en Estados Unidos. Actualmente reside en París con su esposa, Marie-Dominique Montel. Entre sus obras más destacadas se encuentran las biografías de Ken Russell (An Appalling Talent), Federico Fellini y Luis Buñuel. También ha escrito The Hollywood Exiles.The Cinema of Josef Von Sternberg y The Cinema of John Ford. Su siguiente libro es una biografía de Stanley Kubrick.


Steven Spielberg es el "señor del cine" de los años noventa. Es uno de los grandes magos de la pantalla: ha demostrado una capacidad de hechizar -y para atraer espectadores a las salas- de la que muy pocos colegas pueden presumir, y ha acumulado más poder del que un día tuvieron los grandes magnates de la era dorada de Hollywood. Miles de millones de espectadores de todo el mundo han visto ya "Tiburón, E.T., Encuentros cercanos del tercer tipo y Jurasick Park", cuatro obras que han revolucionado la industria. ¿Como ha hecho este cinéfilo impenitente, adolescente infeliz y desarraigado en los estratos marginales de la sociedad norteamericana, hombre a quien, según confesión propia, asusta la oscuridad "excepto en una sala de cine", para convertirse en uno de los elementos más temibles del mercado mundial del espectaculo?.  
John Baxter cronista hollywoodense y biógrafo cinematográfico, sigue los pasos de Steven Spielberg desde sus días adolescentes de las películas de Super ocho mm. hasta su inalcanzable posición actual. Baxter ha sometido a largas entrevistas a muchos de los profesionales que han trabajado con el cineasta y para el cineasta, reconstruyendo su trayectoria desde sus primeros años televisivos hasta la actualidad, pasando por sus éxitos en la pantalla y los Oscar de "La lista de Schindler". Y aun así, pese a esta trayectoria tan espectacular, casi inigualable. Spielberg siempre se ha visto perseguido por aquellos críticos que aseguran que su obra ha contribuido a inundar de sentimentalismo -casi a infantilizar- la producción de Hollywood. En la primera biografía exaustiva de Steven Spielberg, John Baxter cuenta una historia muy poco ordinaria, una historia que arroja luz sobre la carrera de Spielberg, sobre las carreras de los cineastas de su generación y también sobre el Hollywood contemporáneo y sobre el futuro del cine.


Fuente: Steven Spielberg, biografia no autorizada, Ediciones JC, 1998




Leopoldo Torre Nilsson: Creación e imagen... parte 1.

Asi, "sin amor, pensando que iba a ser un oficio, una técnica", aquel adolescente que había nacido en Buenos Aires el 5 de mayo de 1924 y que cursara estudios en el Florida Day School, se inició como ayudante de dirección de su padre en 1939 con "Los pagares de Mendieta".

Desde ese momento, su participación activa en la obra de Leopoldo Torres Rios -uno de los pioneros del cine argentino, permanente cultor del cine popular, a excepción de "La vuelta al nido" (1938), un film expresionista que fracasó comercialmente por haberse adelantado a su época- enumera diecisiete títulos, ya como asistente, coautor, guionista o compaginador y dos títulos menores en los que asistió a Luis Bayón Herrera.

En contraposición a su formación técnico-cinematográfica, con films de corte netamente popular y sin mayores pretensiones temáticas, la formacion cultural de Leopoldo Torre Nilsson fue gestándose a través de largas lecturas de autodidácta, con autores como Kafka, Proust, Dos Passos y Joyce, entre los extranjeros y Borges, Roberto Arlt y Horacio Quiroga entre los argentinos. A estas lecturas, Torre Nilsson sumaba un elemento tan imprescindible como necesario: ver cine de todas las épocas. Mucho y bueno.

Leopoldo Torre Nilsson adolescente (de Pié) durante la filmación de "Adiós, Buenos Aires", junto a Floren Delbene, Leopoldo Torres Ríos, José Agustín Ferreyra (de visita en el set) Carlos Torres Ríos y Oscar Nelson.

Todo artista refleja en su obra, invariablemente, un testimonio. Las ideas que expresa, la época, los sentimientos. Y la obra de Leopoldo Torre Nilsson en algunos momentos acusada de preciosidad temática, constituye, en si misma, no sólo uno de los más valiosos documentos testimoniales de nuestra cinematografía, sino también de nuestra cultura, de nuestro país y su historia, sometida desde siempre a la influencia europea. En 1947, basándose en su cuento "El muerto", realizó su primer intento como director cinematográfico: "El muro", un cortometraje de vanguardia, con lenguaje por momentos ingenuo, pero con algunos elementos que con el correr del tiempo llegarán a ser constantes en su carrera directriz: profundos buceos de la soledad, la rebelión social y un universo tan lírico como novelesco.

Torre Nilsson solía definir a "El muro" como "un pecado de juventud". Pero viendo el film en perspectiva, lo podemos distinguir como su primer rechazo hacia el cine comercial, ese cine que tanto por sus amistades, por el medio en que desarrollaba su actividad, como por la influencia de su padre, podía haberle significado un provechoso camino.

Pero Torre Nilsson se sintió impulsado hacia un cine distinto, con una dificultosa lucha por la búsqueda de una temática seria y la posible expresión de su mundo; con una profunda indagación en el alma de sus criaturas y su problemática existencial, arrastrada desde la infancia y ubicada en el plano social contemporáneo.

Un universo propio, particular, no sólo aferrado a su visión personal, sino a la recreación de ambientes, personalidades y psicologías de determinados sectores de nuestra sociedad, que comenzaron a caracterizar su obra.


"El muro"

En "El muro" hay dos problemas a contemplar: uno, el que deriva de su proyección, que puede interesarnos o no, que puede merecer aclaraciones o desden; entra en la corriente, superada en Europa, no practicada aqui de los films de vanguardia, con sus debilidades técnicas y sus audacias formales y con gota de suprarrealismo (más bien expresionismo en este caso) y el otro, el aspecto moral, la intención de gritar, gritar en este desierto que ni siquiera es académico de nuestro cine, gritar mal, desacertadamente, pero gritar aunque sólo sea para que oiga una sola persona y despierte.

"El muro" se exhibió dos veces en Buenos Aires en exhibiciones organizadas por Gente de Cine que dirige Roland. No hay noticias de las contingencias que ese grito pudo haber provocado.

¿Fracaso del film, fracaso del publico?. "El muro" fue una tentativa por crear entre nosotros un cine de experimentación. Todavía tengo esperanzas de que sea continuada.

                                                                                                                 Leopoldo Torre Nilsson


Extraído de Los films de Leopoldo Torre Nilsson, 1980, Ediciones Corregidor


martes, 17 de diciembre de 2019

Martin Scorsese... intimo.



Nuestra generación



Declaraciones





Brian de Palma


Conocí a Brian muy pronto, en 1964, en la Universidad de Nueva York. Brian pertenecía a otra generación. Había empezado con dos películas independientes que en aquella época tuvieron un gran éxito: Hola mamá (Hi Mom. 1969) y Greetings (1968). Además, él fue quien descubrió a Robert de Niro. En realidad, ha trabajado con todos los grandes actores de su generación, antes de que se convirtieran en estrellas. Eso vale también para Coppola. De Palma fue mi principal apoyo en Hollywood. Me llevó a todas las fiestas, me presentó a productores, actores y actrices. El me sacó del hospital cuando yo sufría de asma. No hablo del periodo en que me drogaba. Yo siempre estaba enfermo. Cuando tenía cuarenta años el asma desapareció de golpe. Estaba reuniendo la documentación para "La última tentación de Cristo" (The last temptation of Christ, 1988) y una curandera puso sus manos sobre mí. Estaba en el despacho de Irwin Winkler y Robert Chartoff, que inicialmente debían producir mi película (al final la hice con otros productores ). Esa mujer, pues, me curó. Se inspiraron en ella para una película con Ellen Burstyn, "Resurrección" (Resurrection, 1980). Antes, yo no conseguía dormir, me despertaba todas las noches tosiendo, y luego sólo conseguía conciliar el sueño, un sueño profundo, en el momento de levantarme para ir a trabajar. De modo que siempre estaba extenuado y de mal humor. Ella se colocó detrás de mí, puso sus manos sobre mi pecho y sentí como un calor. Y esa noche, dormí.   





En Los Ángeles estaba la contaminación, la circulación... Y además de eso, era preciso triunfar. Yo llegaba a Nueva York. Heme allí, en Los Ángeles, trabajando como montador y tratando de rodar mi primera película. Estaba muy inquieto y esto se tradujo en una crisis de asma tan violenta que me tuvieron que hospitalizar. Durante ese período, Brian me visitaba, se ocupaba de mí, y me llevó a mi casa. En esa época, yo podía estar diez días seguidos en el hospital. Era muy duro.


Brian es un gran cineasta. Nadie es capaz de interpretar visualmente las cosas como lo hace él. Quiero decir que cuenta una historia con la cámara. Tomad simplemente la escena de "Los Intocables" (The Untouchables, 1987) en la que matan a Charles Martin Smith en el ascensor. Fijaos en la Steadycam. No se contenta con mover la cámara y hacer un plano-secuencia con la Steadycam. Se puede hacer todo tipo de composiciones y de movimientos con esta cámara. Francis me dijo un día que con una Steadycam uno puede moverse como quiera, incluso subir a lo alto del Empire State Building y volver a bajar: sólo hay que saber utilizarla, Brian, en ese plano con la Steadycam, cuenta únicamente por medio de los planos. No es más que un ejemplo entre muchos otros. Tomad "Atrapado por un pasado" (Carlito's Way. 1993); hay un plano en que se penetra en la sala de fiestas y la cámara avanza y luego se eleva. El escoge siempre historias que le permitan hacer este tipo de cosas. Cuando realiza películas muy personales como "Doble de cuerpo" (Body Double, 1984) o "En nombre de Cain" (Raising Cain, 1992) el resultado es único. Hará todo lo que hizo Hitchcock diciendo "él lo hizo, ¿y qué? Yo lo hago de esta manera".



Cuando alguien no dice que somos grandes directores nos coloca en una situación difícil. Nosotros hemos visto muchas películas, sin lugar a dudas, muchas más que quienes nos felicitan, y hemos vivido siempre con ellas, con esos clásicos de la edad de oro de Hollywood. Lo esperamos todo, pero somos conscientes de que dificilmente lo conseguimos, casi nunca. Sobre esto, Brian y yo pensamos lo mismo. Intentamos mantenernos a flote. Algunas veces el agua sube y nos ahogamos, luego desciende de nuevo y tratamos de respirar...


Extraído de Martin Scorsese, mis placeres de cinéfilo, Editorial Paidos, 1998.

jueves, 28 de noviembre de 2019

La interprete olvidada: Yvonne de Carlo (1922-2007)

(Margaret Yvonne Peggy Middleton, Vancouver, Canadá, 1922 - Los Ángeles, 2007) Actriz canadiense nacionalizada estadounidense que vivió su época dorada en el cine de las décadas de 1940 y 1950, con títulos como Salomé, la embrujadoraLa esclava libre o Los diez mandamientos. En la década de 1960 encarnó a la vampiresa Lily Munster en la mítica serie de televisión La familia Monster, papel que la haría mundialmente famosa entre las generaciones más jóvenes.



Nacida en el seno de una familia de escasos recursos económicos, su padre abandonó el hogar cuando la pequeña Peggy contaba tres años, y su madre hubo de emplearse como camarera para sacar a la familia adelante. Consciente de la belleza y de las cualidades de la joven, que pronto comenzó a estudiar baile e interpretación, la madre empezó a acompañarla a castings en busca de un golpe de suerte, que no llegaría hasta 1945.
Tras intervenir en una veintena de filmes, en cuyos créditos ni siquiera aparecería, y después de papeles secundarios en producciones cinematográficas como Ruta a Marruecos (1942) o la adaptación de la novela de Ernest Hemingway Por quién doblan las campanas (1943) -ya con su nombre artístico, en el que adoptaría el apellido de soltera de su madre-, la gran oportunidad le llegó de la mano del director Charles Lamont, quien confió en ella para el papel protagonista de Salomé, la embrujadora (1945), una sátira ambientada en el Oeste sobre el mito de las espías que se valen de sus encantos para lograr información.
El éxito del filme no se hizo esperar, y en adelante Yvonne encadenó sucesivos papeles protagonistas que la llevaron a gozar de una gran popularidad y a convertirse en una habitual del celuloide. Su porte exótico, su hermosa cabellera negra y sus ojos claros destacarían sobre todo en filmes de ambientación oriental, de aventuras y westerns. Lamont volvería a contar con ella en La dama de la frontera (1945) y La esclava del desierto (1947), y Robert Siodmak la emparejaría con un espléndido Burt Lancaster en el filme de género negro El abrazo de la muerte (1949), para muchos su mejor película de la década de 1940.

Junto a Burt Lancaster en "El abrazo de la muerte" 1949

De Carlo no cesó de trabajar en toda la década de 1950, protagonizando títulos destacados: El capitán pirata (1950) y El halcón del desierto (1950), ambos a las órdenes de Frederick De Cordova; Hotel Sahara (1951); Chacales del mar (1952), de Jerry Hopper; El capitán Panamá (1952), de nuevo junto a Rock Hudson, con quien ya había coincidido en El halcón del desiertoEl paraíso del capitán (1953); y dos títulos de Raoul Walsh, Los gavilanes del estrecho (1953) y La esclava libre (1957), filme en el que compartiría cartel con Clark Gable y Sidney Poitier.
Pero sin duda su papel más importante en estos años fue el de Séfora, la esposa de Moisés, en la superproducción Los diez mandamientos (1956). La película, dirigida por el colosalista director y productor Cecil B. DeMille, contó con un reparto de lujo encabezado por el entonces emergente Charlton Heston, Yul Brynner y Edward G. Robinson, y se convertiría en un clásico del cine bíblico.
Paralelamente a su carrera cinematográfica, en 1955 De Carlo contrajo matrimonio con el actor Robert Morgan, un doble de primera categoría con quien coincidiría en Amores de un impostor (1956) y que le daría dos hijos, Bruce y Michael. Durante el rodaje de La conquista del oeste, en una escena peligrosa en un tren en marcha, Morgan sufriría un trágico accidente en el que perdería una pierna. Yvonne decidió entonces abandonar su trabajo para cuidar de su marido.
Las cosas no iban bien para el matrimonio, que pasaba por algunos apuros económicos debido a los gastos médicos derivados del accidente de Robert. Para paliar la situación, Yvonne de Carlo decidió retomar su profesión y aceptar un papel en una serie de televisión que preparaba la cadena Columbia Broadcasting System (CBS). La telecomedia, de los creadores Joe Connelly y Bob Mosher, de tintes góticos y rodada en blanco y negro, no era otra que The Munsters (La familia Monster).



Fotogramas de "La familia Monster"
Aunque solamente estuvo dos temporadas en antena, entre los meses de septiembre de 1964 y mayo de 1966, La familia Monster, que narraba las vivencias de una peculiar y divertida familia de apariencia “monstruosa” en una siniestra mansión gótica, se convirtió en una serie de culto para varias generaciones y aportó a Yvonne mayor popularidad que todos sus papeles cinematográficos.
Gracias a la vampiresa Lily Munster, la angelical esposa de Herman-Frankenstein (Fred Gwynne), con la mitad del pelo negro y la otra mitad blanco, exceso de maquillaje y un atuendo casi de inspiración oriental, Yvonne pasó a formar parte del imaginario colectivo, que hizo inolvidable su forma de abrir la puerta. Aún hoy, cinco décadas después, el personaje que encarnó suele ser habitual en las fiestas de disfraces. “Nunca imaginé que este papel me daría tanta popularidad”, manifestó la actriz en más de una ocasión.
A pesar de ser un gran éxito en televisión, La familia Monster dejó de emitir nuevos capítulos a finales de 1966 debido a una falta de acuerdo entre los productores, Universal Television, y la CBS, ya que la cadena planeaba la versión en color de todos sus shows y no se llegó a decidir quién costearía los nuevos gastos. No obstante, la serie se ha seguido reponiendo ininterrumpidamente en emisoras de todo el mundo y derivó en dos películas, Munster, Go Home!, que en español se traduciría como La herencia de los Munster (1966), y The Munsters’ Revenge (1981), esta última para televisión.


Tras el éxito de La familia Monster siguieron quedando papeles para Yvonne, pero en títulos más intrascendentes, al tiempo que se reducía progresivamente el número de los que protagonizaba. En la década de 1970, la actriz, cuyo matrimonio, tras muchos avatares, había acabado en divorcio dos años antes, consiguió además un importante papel en el musical de Broadway Follies, de Stephen Sondheim y James Goldman, por el que ganó un premio Tony, uno de los pocos galardones de su carrera artística. Continuó entre el cine y la televisión e interesándose por varios géneros, aunque predominaron en esos años los papeles vinculados a películas de terror, quizás debido a su excelente interpretación de Lily Munster (Play Dead, 1986; Escóndete y tiembla, 1988; El morador de las tinieblas, 1988; Mirror, Mirror, 1990).
En los últimos años, De Carlo, que se retiró en 1995, vivió cerca de Solvang, al norte de Santa Bárbara. Su hijo Michael murió en 1997 y la actriz sufrió un ataque de apoplejía al año siguiente. La estrella que conmocionó la pantalla grande en la década de 1950 con su papel de esposa de Moisés en Los diez mandamientos y que se convertiría en icono como Lily Munster, falleció por causas naturales en la residencia de la Motion Picture and Television, una fundación para jubilados de la industria cinematográfica y televisiva en el barrio Woodland Hills, en las afueras de Los Ángeles, el 8 de enero de 2007. Es autora de un libro de memorias: Yvonne: An Autobiography (1987).

Trayectoria

Cine

  • Harvard, Here I Come! (1941)
  • This Gun for Hire (1942)
  • Road to Morocco (1942)
  • Youth on Parade (1942)
  • Lucky Jordan (1942)
  • Rhythm Parade (1942)
  • The Crystal Ball (1943)
  • Salute for Three (1943)
  • So Proudly We Hail! (1943)
  • For Whom the Bell Tolls (1943)
  • Let's Face It (1943)
  • Deerslayer (1943)
  • True to Life (1943)
  • Standing Room Only (1944)
  • The Story of Dr. Wassell (1944) (sin acreditar)
  • Kismet (1944) - Sirvienta (sin acreditar)
  • Rainbow Island (1944)
  • Here Come the Waves (1944)
  • Practically Yours (1944)
  • Bring on the Girls (1945)
  • Salome, Where She Danced (1945)
  • Frontier Gal (1945)
  • Song of Scheherazade (1947)
  • Brute Force (1947)
  • Slave Girl (1947)
  • Black Bart (1948)
  • Casbah (1948)
  • River Lady (1948)
  • Criss Cross (1949)
  • Calamity Jane and Sam Bass (1949) - Calamity Jane
  • The Gal Who Took the West (1949)
  • Buccaneer's Girl (1950)
  • The Desert Hawk (1950)
  • Tomahawk (1951)
  • Hotel Sahara (1951)
  • Silver City (1951)
  • The San Francisco Story (1952)
  • Scarlet Angel (1952)
  • Hurricane Smith (1952)
  • Sombrero (1953)
  • Sea Devils (1953)
  • The Captain's Paradise (1953)
  • Fort Algiers (1953)
  • Border River (1954)
  • Happy Ever After (1954)
  • Passion (1954)
  • Shotgun (1955)
  • La Contessa di Castiglione (1955) - Virginia Oldoini
  • Flame of the Islands (1956)
  • Raw Edge (1956)
  • Magic Fire (1956) - Minna Planner
  • Los diez mandamientos (1956) - Séfora
  • Death of a Scoundrel (1956)
  • La esclava libre (Band of Angels) (1957)
  • The Sword and the Cross (1958)
  • Timbuktu (1959)
  • McLintock! (1963)
  • A Global Affair (1964)
  • Law of the Lawless (1964)
  • Forbidden Temptations (1965) (documental)
  • Munster, Go Home! (1966)
  • Hostile Guns (1967)
  • The Power (1968)
  • Arizona Bushwhackers (1968)
  • The Delta Factor (1970)
  • The Seven Minutes (1971)
  • Black Fire (1975)
  • Blazing Stewardesses (1975)
  • It Seemed Like a Good Idea at the Time (1975)
  • House of shadows (1976)
  • Won Ton Ton, the Dog Who Saved Hollywood (1976) (cameo)
  • Satan's Cheerleaders (1977)
  • Nocturna: Granddaughter of Dracula (1979)
  • Guyana: Cult of the Damned (1979)
  • Black Fire (1979) (Spanish version)
  • The Man with Bogart's Face (1980)
  • Silent Scream (1980)
  • Liar's Moon (1981)
  • Play Dead (1981)
  • Vultures (1983)
  • Flesh and Bullets (1985)
  • American Gothic (1988)
  • Cellar Dweller (1988)
  • Mirror, Mirror (1990)
  • Oscar (1991)
  • The Naked Truth (1992) (directamente a vídeo)
  • Desert Kickboxer (1992) (directamente a vídeo; sin confirmar)
  • Seasons of the Heart (1993) (voz solamente)

Cortometrajes

  • I Look at You (1941)
  • The Kink of the Campus (1941)
  • The Lamp of Memory (1942)
  • Fun Time (1944)

Televisión

  • Schlitz Playhouse of Stars (1 episodio, 1957)
  • Shower of Stars (1 episodio, 1957)
  • Bonanza: Episodio "A Rose For Lotta" (1959)
  • Adventures in Paradise (1 episodio, 1960)
  • Follow the Sun (2 episodios, 1961-1962)
  • Death Valley Days (1 episodio, 1962)
  • The Virginian (2 episodios, 1963-1969)
  • The Greatest Show on Earth: The Night the Monkey Died (1964)
  • The Munsters (71 episodios) (1964-1966)
  • Custer (1 episodio, 1967)
  • The Name of the Game (1 episodio, 1970)
  • The Girl on the Late, Late Show (1974)
  • The Mark of Zorro (1974)
  • Roots (1977) (miniseries)
  • Fantasy Island (2 episodes, 1978-1979)
  • The Munsters' Revenge (1981)
  • Murder, She Wrote: Episodio "Jessica Behind Bars" (1985) (estrella invitada)
  • A Masterpiece of Murder (1986)
  • Tales from the Crypt (1993)
  • Here Come the Munsters (1995) (cameo)
  • The Barefoot Executive (1995)

Teatro


  • Follies (1971)


Extraido de www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carlo.htm

lunes, 18 de noviembre de 2019

Viviendo el 34.


Sinopsis:
El debut en el largometraje de Noah Hawley, creador de series como Fargo y Legión, está basado en un extraño hecho real que fue tapa de varios diarios unos años atrás. Lucy (Natalie Portman) es una astronauta cuya experiencia en el espacio la cambia, ubicándola en un singular estadío de ausencia en el que lo –literalmente– terrenal y cotidiano parece perder de a poco toda importancia. Tras un affair con un compañero astronauta, verá su mundo cambiar, se alejará de su pareja y familia directa y se adentrará en un singular solipsismo. Una historia en la que la pasión no tarda en dar lugar a la enfermiza obsesión. Sin relación directa, hay quienes sugieren que podríamos estar ante el cierre de una trilogía actoral de Portman, con roles en los que el asidero con la realidad se deshace en espirales descendentes, tras El cisne negro (2010) y Vox Lux (2018).
Noah Hawley

Noah Hawley

Nació en 1967 en Nueva York, Estados Unidos. Es escritor, guionista, productor de televisión y director de cine. Creador y guionista de las series de TV Fargo y Legión. Publicó varias novelas y guionó la película The Alibi (2006).


Ficha Técnica:

F: Polly Morgan
A: Stefania Cella
E: Regis Kimble
M: Jeff Russo
I: Natalie Portman, Jon Hamm, Ellen Burstyn


Fuente: www.mardelplatafilmfest.com/34



Viviendo el 34.

El cine como faro

El Festival le otorgará el Premio a la Trayectoria a Luciano Monteagudo, formador y referente para espectadores y críticos de distintas generaciones. En esta entrevista cuenta sobre su acercamiento al cine en sus años jóvenes y sus logros al frente de la Sala Lugones.


¿Cómo fueron tus comienzos en la crítica y cómo ves desde hoy aquellos años?

Me inicié en plena dictadura militar, en un cineclub en la Manzana de las Luces que compartíamos con unos amigos y donde escribíamos en hojas mimeografiadas los textos de los programas de mano; por ejemplo, de las películas de Herzog, Wenders y Fassbinder (¡que todavía estaba vivo!), que llegaban como novedad absoluta en flamantes copias en 16mm a través del Goethe-Institut. Era apasionante descubrir el nuevo cine alemán en vivo y en directo, películas que muy bien podían ser consideradas subversivas en su momento (y muchas de las cuales hoy lo siguen siendo) y poder escribir sobre ellas, casi sin información previa. ¿Qué podíamos saber, sin internet, de La muerte de María Malibran de un tal Werner Schroeter, por ejemplo? En medio del horror cotidiano de cada día, esa experiencia fue de una rara libertad, para nosotros como programadores y también para los espectadores.



A lo largo de tu carrera, habrás sido testigo de diferentes revoluciones, tanto estéticas como tecnológicas, que modificaron la experiencia desde tu lugar de crítico. ¿Cuáles te parece que fueron los cambios más significativos y cómo influyeron en tu trabajo?

Siempre intenté actualizarme con respecto a los cambios estéticos y tecnológicos que se produjeron en el cine en los últimos 40 años, y eso me permitió seguir leyendo el cine contemporáneo a partir, eso sí, de la historia del cine. Si de pronto en China surgía el llamado “cine de la quinta generación”, me interesaba averiguar cuáles habían sido las anteriores. La aparición de los nuevos cines asiáticos en general en el circuito de festivales internacionales fue apasionante pero exigía también un trabajo de información para poder hacer una mejor interpretación y despejar la paja del trigo. Fue fascinante también escribir sobre el Nuevo Cine Argentino en el mismo momento de su gestación y apogeo. De lo más reciente, los únicos campos en los que me siento absolutamente ajeno y desactualizado son los del universo Marvel y sus infinitas derivaciones y el cine de animación post Miyazaki.

Como programador de la Sala Lugones a lo largo de tantos años, pasaron muchos ciclos, películas e invitados de relieve. ¿Cuáles considerás o recordás como los logros más personales o que sean especiales para vos?

Creo que una constante de la Lugones ha sido la de poner en diálogo la historia del cine y sus grandes maestros consagrados, con la presentación de cineastas que hasta que se vieron en la sala eran desconocidos en Argentina e incluso en la región. En la Lugones se vieron por primera vez films de Aleksandr Sokurov, Takeshi Kitano, Derek Jarman, Mike Leigh, Im Kwon-taek, entre algunos de los contemporáneos. Y en cuanto al cine asiático abrimos una ventana enorme al cine asiático: en la Lugones se vieron por primera vez films de Tsai Ming-liang, Hou Hsiao-hsien, y también clásicos sobre los que se había leído mucho pero visto poco y nada: Ozu, Naruse, Mizoguchi. O la nueva ola japonesa de los 60: Suzuki Seijun, Imamura, Oshima, etcétera. Fue determinante aquí la colaboración del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón en Buenos Aires, que históricamente aceptó y apoyó nuestros proyectos más audaces.

¿Cómo es el trabajo de programar una sala con tanta historia como la Lugones y las diferencias con programar un festival de cine?

Un festival, por pobre que sea, o por las circunstancias económicas que esté atravesando el país, siempre tiene algo de presupuesto para pagar screening fees. En la Lugones siempre se trabajó sin recursos propios para esto, algo que es fundamental. Fue un trabajo de gestión permanente, con interlocutores que siempre supieron comprender la importancia del trabajo de la sala, como el Goethe-Institut, la Embajada de Francia, The Japan Foundation y tantas otras, que siempre fueron aliados decisivos e incondicionales.

Fuiste y sos referente y formador de distintas generaciones de críticos y espectadores. ¿Quiénes fueron los que te influyeron como crítico y quiénes te formaron como espectador?

Muchos, pero en primer lugar Homero Alsina Thevenet, a quien de adolescente leía regularmente y con quien tuve la enorme fortuna de trabajar en La Razón de Jacobo Timerman, en los inicios de la democracia. Era el editor de la sección Espectáculos y fue un verdadero maestro de periodistas, en un sentido no solamente profesional sino también ético. Fuimos amigos incluso, pero eso no impedía nuestras grandes diferencias. Yo siempre me sentí muy cercano a la teoría del cine de autor, de la que él abjuraba rabiosamente. Y ni que hablar de los alemanes que estaban apareciendo en ese momento y que a mí me fascinaban. Me decía, con su ironía habitual: “¿Fassbinder? No uso...”


Viviendo el 34.

Adiós al Maestro

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata despide con profunda tristeza a su querido Presidente José Martínez Suárez y dedica su 34ª edición a quien fuera su alma máter por doce años consecutivos.


Tuvimos el honor de contar con José como Presidente desde el 2008 pero su relación con el Festival data desde sus comienzos: formó parte como espectador, participante, director, jurado, y hasta tuvo su propia retrospectiva.

Nos quedan para siempre su calidez, su pasión por el trabajo, sus enseñanzas y sus películas.

Quisiera que, cuando el público recuerde las buenas películas que vio en su vida, muchas de ellas sean las que se exhibieron en el Festival.

José Martínez Suárez (1925-2019)

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Viviendo el 34.


Sinopsis:
Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci protagonizan El irlandés, de Martin Scorsese, una saga épica del crimen organizado en los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial relatada por el veterano Frank Sheeran, un estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más notorias del siglo xx. A lo largo de las décadas, la película narra uno de los mayores misterios sin resolver: la desaparición del legendario líder de la Hermandad Internacional de Teamsters Jimmy Hoffa, y ofrece una visión magnífica del funcionamiento interno, las rivalidades y las conexiones del crimen organizado con la política dominante.
Martin Scorsese

Martin Scorsese

Es un director ganador del Oscar y uno de los cineastas en actividad más influyentes. Dirigió películas galardonadas como Calles salvajesTaxi DriverToro salvajeBuenos muchachosEl aviador y Los infiltrados, que ganó los premios Oscar al Mejor Director y Mejor Película.
Casino, 1995
Toro salvaje, 1980
Taxi Driver, 1976



Ficha Técnica:

G: Steven Zaillian
F: Rodrigo Prieto
A: Bob Shaw
E: Thelma Schoonmaker
M: Robbie Roberts
CP: Netflix
I: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel



Fuente: mardelplatafilmfest.com


Visitando el 34 Festival de cine de Mar del Plata.

Onur Tukel: 3 preguntas



El director de Black Magic for White Boys habla de la idiosincracia estadounidense, la influencia del cine de género en sus películas y sus planes a futuro.

El humor en tu filmografía es una manera de exponer (o denunciar, ¿por qué no?) la actual decadencia que atraviesa la vida moderna, asestando golpes a su núcleo. ¿Cuáles son tus principales preocupaciones en ese sentido? ¿Qué sentís respecto de la vida urbana de hoy?

He estado celebrando los peores aspectos de los Estados Unidos en mis películas. Hice una hace algunos años llamada The Misogynists, sobre dos republicanos celebrando en una habitación de hotel durante la noche de la elección de Trump. Los personajes son cómicamente grotescos, cerrados de mente y xenófobos. Celebran la baja del discurso político inteligente en los Estados Unidos. Pero los quiero. Son honestos en su decadencia. Y, más importante aún, celebran la libertad de pensamiento que es propia de la cultura estadounidense. Algunos liberales quieren poner límites en cómo nos expresamos. Hice The Misogynists para protestar por semejante tiranía. Black Magic for White Boys es similar en muchas maneras. No es sobre la libertad de expresión, sino sobre la libertad de capitalismo. ¿Qué es el mundo cuando no hay regulaciones? ¿Qué pasa cuando los hombres en el poder pueden hacer lo que quieren persiguiendo sus intereses? Esta libertad le permite a Estados Unidos dominar el escenario mundial. ¿Es grotesco? Seguro. Pero los estadounidenses están orgullosos. Aman actuar como si fueran “woke” y conscientes de sí mismos, pero continúan permitiendo y empoderando a gigantes corporativos como Amazon sin ironía. Mis películas les sostienen un espejo a los estadounidenses. Los muestran con una luz honesta. Son hipócritas. Son presumidos. Son perdedores. Yo soy estadounidense. Soy todas esas cosas.



No es inusual que agregues elementos de género a tus películas, desde terror (vampiros, por ejemplo) a lo fantástico (magia negra). La mezcla de esos elementos con el humor realmente se distingue. ¿Qué te atrae de ellos? ¿Disfrutás de las películas de género?

Me gustan las películas de género desde que era un pequeño niño de seis años. Me quedaba despierto hasta tarde durante los fines de semana y miraba viejas películas de terror en blanco y negro. En los ochenta, cuando era un adolescente, amaba las películas de monstruos, slashers, vampiros, hombres lobo. Quería ser un hombre lobo. Todavía quiero. Siempre fui noctámbulo… y peludo. Supongo que nunca dejé ese amor por lo macabro. Me gustan las películas de terror que son inteligentes y toman riesgos. Me gustó mucho Midsommar. Mirarla se sintió más como una experiencia, como si hicieras el viaje con los personajes principales. Es impactante pero también divertida. Creo que el humor es crucial para una buena película de género. Es aburrido tomarse las cosas muy en serio. El público quiere divertirse. Una de las razones por las que voy al cine es para escapar de mis verdaderos miedos en el mundo –el terrorismo, el cáncer, el fracaso, el rechazo–. Si puedo reírme de lo que más me atemoriza –la muerte–, puedo sentirme superior a ella.

Tu filmografía sigue creciendo a un ritmo constante, sin perder tu marca de autor. ¿Cómo ves tu obra a largo plazo? ¿Qué clase de película te gustaría hacer pero hasta ahora no pudiste?

Mis películas suelen ser sombrías y divertidas, porque así es como me siento respecto de la vida. Si no soy cuidadoso, mis películas se volverán repetitivas. En el futuro, me gustaría hacer películas que quizá sean más sinceras y dramáticas. Mi obra consiste en películas de género absurdas, pero a menudo son muy personales. Por eso puedo hacer películas tan rápido. Tomo mis problemas personales y los pongo en mis películas. Mi película de vampiros Summer of Blood trata sobre mi miedo al matrimonio. Applesauce es sobre mi paranoia en los Estados Unidos después del 9/11. Catfight es sobre mi frustración con la guerra en Irak que comenzó en 2004. Black Magic for White Boys es sobre mi miedo a los niños y la responsabilidad. Si algún día tengo hijos, supongo que haré películas sobre eso. Si me diagnostican cáncer o pierdo a un amigo cercano, haré una película sobre eso. Hacer arte que refleje mi propia vida es la única forma en que sé vivir. Si tengo la suerte de vivir mucho más tiempo, supongo que mis películas podrían volverse más existenciales. Obviamente podría hacer películas con personajes más jóvenes, como un intento de revisitar mi juventud. Espero tener la suerte de continuar. Las personas que generan una gran cantidad de trabajo son muy afortunadas.

Extraído de https://www.mardelplatafilmfest.com/