Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

martes, 30 de noviembre de 2010

Pantalla Pinamar, Hombres de mentes.

Presentación del film de Grant Heslov.


Título: HOMBRES DE MENTES
Título en inglés: THE MAN WHO STARE AT GOATS
Nacionalidad: Estados Unidos/Reino Unido, 2009

Dirección: Grant HESLOV.
Guió: Peter STRAUGHAN.
Fotografía: Robert ELSWIT.
Montaje: Tatiana S. RIEGEL.
Música: Rolfe KENT.

Intérpretes: George CLOONEY, Ewan MCGREGOr, Jeff BRIDGES,
Kevin SPACEY, Stephen LANG, Robert PATRICK

Productores: George CLOONEY, Grant HESLOV, Paul LISTER.
Producción: BBC FILMS, SMOKE HOUSE, WESTGATE DE CINE DE SERVICIOS, WINCHESTER CAPITAL PARTNERS. 35 mm. Color.
Duración: 90'.

FESTIVALES y PRINCIPALES PREMIOS

Festival de Cine de Venecia, 2009: Primera Presentación Europea
Festival de Cine de Toronto, 2009: Primera Presentación Norteamericana


SINOPSIS

Bob Wilton es un periodista que busca historias y que trata de alejarse de su vida cotidiana todo lo que pueda. Sobre todo después de su ruptura matrimonial. Podría obtener la historia de su vida al contactar con Lyn Cassady, un hombre que dice ser un ex miembro de las fuerzas especiales del Ejército de los EE.UU, quien le revela la existencia del Batallón de Tierra al que perteneció. Una unidad militar secreta, que según Cassady, utiliza poderes paranormales en sus misiones, cuyo objetivo es poner fin a la guerra. El fundador de esta unidad ha desaparecido y el camino conduce a otro soldado que ha distorsionado la misión para servir a sus propios fines.






Por Pablo O. Scholz

Mira fijo. Parece como poseído, pero no lo está -o si lo está, no es por un demonio sino por una obsesión-. Sentado ante una cabra, el personaje de George Clooney la mira a los ojos. Fijo. Y logra su objetivo: la cabra cae redonda. Muerta. Creer o reventar.

En Hollywood los conflictos bélicos dan para todo, si se observa el protagonismo estadounidense en territorios lejanos y ajenos con una mirada irónica, desde sátiras como M.A.S.H. o esta Hombres de mentes, que demuestra cómo es posible reírse de cuestiones bien serias, desde la óptica algo deformante del absurdo.

Porque en Hombres de mentes no hay un solo personaje que pueda pasar una revisación psicológica para ingresar al Ejército... o a cualquier trabajo. Ewan McGregor es un periodista que, abandonado por su esposa, decide probar suerte como corresponsal de guerra. Le encantaría ingresar a Irak, pero no lo logra, hasta que conoce a Lyn Cassady (Clooney), quien estaría trabajando para una compañía con intereses en la región. Poco a poco el absurdo va ganando espacio, cuando se sepa que el Pentágono, hace varias décadas, se dejó convencer por un hippie (Jeff Bridges) y creó la New Earth Army, una compañía que a través de la parapsicología cree convertir a sus soldados en guerreros mortales, capaces de atravesar paredes, disipar nubes y matar cabras con sólo mirarlas.

Cómo se fue forjando ese experimento militar en el pasado, con Clooney soldado, con un peinado ridículo y bigotes es uno de los momentos mejor logrados por el director Grant Heslov, amigo de Clooney desde hace más de 30 años y guionista de su película Buenas noches, y buena suerte. También es cierto que Bridges y Kevin Spacey (un envidioso recluta en su momento, que guarda un as en la manga en el presente) juegan papeles paródicos y no desentonan en ningún momento.

Pero los mayores aplausos se los llevan Clooney y McGregor. El astro de El amor cuesta caro consigue entrar en confianza con el espectador, que sabe que todo lo que dice Cassady suena raro, bien raro, pero le cree. Clooney es como un amigo allí en la pantalla, al que seguirle la corriente. Y McGregor, que lleva el rol del narrador, es la cara de la sorpresa, la duda eterna, el no saber dónde se está parado.

Desopilante en más de un momento -el accidente en el desierto, las pruebas a las que se someten los soldados en el pasado y el desenlace propiamente dicho, Hombres de mentes es una comedia que va creciendo como una bola de nieve. Entre lo ilógico, lo cínico y lo adrenalínico, Clooney demuestra que, cuando se lo propone, puede ser el rey de la comedia.


Fuentes: www.pantallapinamar.com, www.clarin.com.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La pelicula olvidada: Sierra Alta, con Humphrey Bogart.

Por Jose Luis Caviaro

Inmerso en la gozosa tarea de contentar a los amigos que piden más cine clásico en este blog, recientemente me puse a ver, en compañía inmejorable, ‘Sierra alta’, una de tantas películas que voy comprando y apilando con la esperanza de que no se queden con el plástico puesto antes del último suspiro. El film está dirigido por Raoul Walsh y protagonizado por uno de los iconos más famosos de la Historia del Cine, el ilustre señor Humphrey Bogart. Es posible que el título de mi crítica suene un poco a coña, pero realmente el perrito que aparece en ‘Sierra alta’ es fundamental en el desarrollo de la historia. El cariñoso destino que nos persigue. Sé que puedo sonar pesado al decir esto, pero creo que también es obligado: no podéis dejar pasar esta magnífica película. Uno no sólo disfruta el visionado, también se enriquece.

‘Sierra alta’ (‘High Sierra’, 1941) se centra en Roy Earle, que gracias a su buena conducta, sale de la prisión antes de finalizar su condena, bajo fianza prestada por Big Mac, jefe de la banda a la que perteneció Earle. A la salida de la cárcel le espera otro miembro de la banda para informarle que Big Mac le espera en California para un nuevo golpe. Earle no puede resistirse, pese a su intención de cambiar de vida. Cruza el continente en coche, y por el camino entabla amistad con una humilde familia de granjeros, cuya nieta, Vilma, con un problema de nacimiento en un pie, conquista su corazón. Earle decidirá que el trabajo merece la pena si puede ayudar a la joven.

Hay actores y actrices, leyendas, mitos, que con poco que hagan ya consiguen que te sumerjas en el mágico y maravilloso mundo del cine. Humphrey Bogart es, sin duda, uno de ellos. Sólo con protagonizar la que para muchos es la mejor película de la Historia, ‘Casablanca’, con el final antológico en el aeropuerto, ya le bastaría, pero es que su trabajo en títulos magistrales como ‘Tener y no Tener’, ‘El Halcón Maltés’, ‘La Senda Tenebrosa’, ‘Más Dura Será la Caída’ o la que nos ocupa, no es menos brillante ni memorable.

En ‘Sierra alta’, Bogart continúa con el rol de villano que le había estado acompañando hasta ese momento de su carrera (la mencionada obra maestra de Huston cambió esta dinámica, ya iniciada con esta obra de Walsh, donde es el absoluto protagonista), pero va mucho más allá. Roy “Mad Dog” Earle no era precisamente un personaje de “malo” corriente (que ya abordó en ‘El Bosque Petrificado’) y exigió de la estrella dar el máximo de su talento en la pantalla. Earle es un personaje lleno de matices y aunque es un criminal experimentado y sin solución, en todo momento sentimos que no es para tanto, que es un buen hombre que ha tenido mala suerte y que puede vivir en paz lo que le queda de vida. Evidentemente, el ejemplar guión de John Huston y W.R. Burnett, basado en una novela de éste último, es fundamental, pero la labor de Bogart es impagable. Si ahora uno de estos actores tan populares que tenemos en mente porque casi a diario son noticia, se marcase una interpretación como la de Bogart en ‘Sierra alta’ se llevaría el Oscar sin discusión. Para el vídeo típico que ponen en las nominaciones, antes de dar el premio, yo pondría el momento en el que lee el periódico y descubre que le han llamado “Perro Loco”. Su furiosa reacción, contenida hasta entonces, es para romper a aplaudir. Menos mal que George Raft se equivocó.

En el reparto también destaca Ida Lupino, actriz y directora, excelente en ambas facetas, en el papel de la mujer que se enamora del tipo duro que interpreta Bogart. No lo tendrá fácil, porque Earle la compara con su anterior vida, la que le llevó a la prisión donde no concibe volver, pero su atención, su incondicional admiración y su coraje la acercarán cada vez más a él. Lupino está sencillamente perfecta y sin ser una de esas bellezas radiantes que nublaban la vista, consigue encarnar a una mujer de atractiva personalidad que atrapa la atención al instante. Sus momentos con Bogart, llenos de tensión y romanticismo, contienen algunos de los mejores diálogos de la película. En cuanto al resto de intérpretes, no quiero que se me escape, y de nuevo aunque suene a burla, al encantador perrico que sigue a Bogart a todas partes. Trabajo extraordinario el que hicieron para que el animal resultase creíble en todo momento, más aún cuando su presencia es fundamental y no un mero adorno del fondo.

Raoul Walsh aprovecha al máximo el potencial del libreto de Huston y Burnett, así como la entrega de Bogart, y gracias a su experto sentido del espectáculo y su conocimiento del género de gangsters, nos narra con elegancia una oscura historia que va progresando en intensidad constantemente, hasta llegar a un clímax impresionante, en la alta sierra del título original. En definitiva, ‘Sierra alta’ es un ejemplar thriller dramático que contribuye a engrandecer la figura de una leyenda irrepetible. Bogart está inmenso, arrastrándonos a uno de los finales más tristes y memorables de la Historia del cine.

Ficha tecnica

TÍTULO ORIGINAL High Sierra
AÑO 1941
DURACIÓN 100 min.


DIRECTOR Raoul Walsh
GUIÓN John Huston & W.R. Burnett
MÚSICA Adolph Deutsch
FOTOGRAFÍA Tony Gaudio (B&W)

REPARTO Humphrey Bogart, Ida Lupino, Alan Curtis, Arthur Kennedy, Joan Leslie, Henry Hull, Henry Travers, Jerome Cowan, Minna Gombell, Barton MacLane, Elisabeth Risdon, Cornel Wilde, Donald MacBride, Paul Harvey, Isabel Jewell, Willie Best, Spencer Charters, George Meeker

PRODUCTORA Warner Bros. Pictures | Productores: Hal B. Wallis, Mark Tellinger
GÉNERO Cine negro.

Fuente: Blog de cine.

martes, 23 de noviembre de 2010

Festival de Cine Alemán, 2010.

Presentación del film Berlín'36



En los años 70 y 80, los dirigentes de la extinta RDA apostaron por el deporte como medio propagandístico y no dudaron en instalar un sistema corrupto de dopaje y de cambios de sexo a gran escala sin importarles lo más mínimo los propios deportistas.

Lo que poca gente sabe es que los nada democráticos líderes de la Alemania Democrática no hacían sino recuperar prácticas instauradas en los años 30 por el nazismo. Un ejemplo evidente es el que denuncia en este filme Kaspar Heidelbach. En los meses previos a los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, el Comité Olímpico Alemán decidió vetar la participación de atletas judíos. Estados Unidos, presionado por el lobby bancario hebreo, amenazó con boicotear el evento si esta prohibición se llevaba adelante. Para preservar su imagen de cara al exterior, Alemania decidió permitir la participación en los entrenamientos de los judíos, con el objetivo de excluirles de la selección únicamente “por razones deportivas”.

Una de estas atletas era la saltadora de altura Gretel Bergman, máxima favorita a la medalla de oro. Como no había ninguna aria que le pudiera hacer frente, los nazis decidieron enfrentarla con Marie Ketteler, una machona tan de pelo en pecho que, en realidad, era un hombre. Con lo que no contaban es con la amistad que surgiría entre ambas...





Sobre Kaspar Heidelbach

Nace en Tettnang en el Lago Constanza en 1954. Tras sus estudios de Historia del Arte y Ciencias del Teatro, Cine y Televisión en la Universidad de Colonia, es coautor de series de televisión, y sobre todo, de series de crímenes populares como Tatort (1992-2010), Ein Fall für zwei (1984-1992) y Wolff’s Turf (1992). Alcanza reconocimiento no sólo con los episodios de Tatort sino también con la película Nie mehr zweite Liga (2000). Con Das Wunder von Lengede (2003) gana los premios de la Televisión Bavara y los Premios Grimme. Más recientemente Heidelbach dirige la comedia familiar de éxito Theo, Agnes, Bibi und die anderen (2007) y el drama Die Katze (2007). Después de Es liegt mir auf der Zunge (2008) y Berlin ’36 (2009) trabaja en su nueva película Besondere Schwere der Schuld que saldrá en la primavera de 2010.





Ficha Técnica

Dirección Kaspar Heidelbach
Guión Lothar Kurzawa
Montaje Hedy Altschiller
Música Arno Steffen
Productor Gerhard Schmidt
Producción Gemini Film GMBH
Coproducción NDR, Degeto Film

Intérpretes Karoline Herfurth, Sebastian Urzendowsky, Axel Prahl, Thomas Thieme, August Zirner, Maria Happel

Año de producción 2009
Duración 100 min.
Formato 35 mm
Versión original alemán
Subtitulado en castellano
Apoyado por Nordmedia Fonds, Filmstiftung NRW, Filmförderung Hamburg Schleswig-Holstein, Deutscher Filmförderfonds, Filmförderungsanstalt.

Fuente: Pagina oficial del Festival de Cine Alemán, www.cinealeman.com.ar

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mis dias con Ricardo.

Martes 28 de septiembre de 2010,


La escritora imagina un monólogo alucinado a cargo de un improbable compañero de colegio del actor de “El secreto de sus ojos”, que vive obsesionado con los personajes interpretados por el actor del momento.

Por Ana Maria Shua

Yo fui compañero del secundario de Ricardo Darín y no es algo de lo que esté orgulloso. Era un chico flaquito, ya con todos los defectos físicos que conocemos: la falta de barbilla, señal de su debilidad de carácter, los ojos chicos, casi ranuras, como corresponde a un tipo ladino y poco confiable. Nos hicimos amigos enseguida porque a los dos nos había ido mal en el examen de ingreso al Buenos Aires. Eramos bastante vagos y nos rateábamos juntos. En esas caminatas largas, fumando como escuerzos, nos contábamos todo. Hablábamos de una minita que salía por la tele haciendo propaganda de jabón. Todos estábamos locos por ella, con esa pasión desaforada de los trece años, una época de la vida y del mundo en que era más fácil enamorarse de una mujer imposible que ir a guapear a la salida de un liceo de señoritas. La diferencia era que Ricardo no lo veía tan imposible.





–Yo a esa mina le bajo la caña. No te olvides: lo vas a ver –me dijo una vez mientras pateábamos grava colorada en Palermo.

No me olvidé, pero ¿qué gracia? No hablábamos de casarse, ¿no? Así es fácil. Y además el corría con ventaja, por ser de familia de artistas estaba mucho más cerca del objetivo. Mis padres no eran actores, por suerte, eran personas serias, papá tenía una ferretería, mi madre se dedicaba a su familia, no era una loca que volvía a su casa a la madrugada después del teatro como la mamá de Ricardo. Si Susana Giménez hubiera tenido la oportunidad de conocerme a mí, otro gallo cantaría.

Claro que si hacemos el recuento de las ventajas que tenía el guacho de Darín, no terminamos más. Bien pudo haber terminado el secundario en vez de largar en tercer año, total, por el laburo que le daba. Tenía un verso que se metía a todos en el bolsillo. Me acuerdo cuando le quisieron ajustar las clavijas con la cuestión del pelo. Año 71, Onganía, si no tenías el pelo cortado por encima de las orejas no te dejaban entrar al cole. Pero Ricardo, con la excusa de que lo necesitaba largo porque laburaba en un teleteatro, se lo compró al rector y era al único que lo dejaban ir con el pelo como se le daba la gana.





Yo me estaba acercando en ese momento a la juventud de la Revolución Libertadora y lo invité a Darín a una reunión muy importante en la que iba a estar el almirante Rojas, un tipo esclarecido que debió ser presidente de la Nación y otro hubiera sido nuestro destino. Siempre fui un poco a contramano de mi generación: uno tiene que luchar por sus ideales y no dejarse llevar por la masa.

–Yo quiero ser actor –me dijo–. No me conviene meterme en política.

La respuesta me chocó. Porque además de esa declaración, que me pareció de un egoísmo infame, Darín denostó al almirante con un lenguaje grosero y brutal que tomé como un insulto personal. Desde entonces dejamos de ser amigos.




Cuando largó el colegio en tercer año, creí que me había librado para siempre de ese ex amigo, que ya había hecho un par de papeluchos en la tele demostrando su absoluta falta de talento. Pero no. Y si se lo piensa bien, es lógico. El ascenso de Ricardo Darín no es más que una muestra de la decadencia moral de la sociedad. Nuestro Gran Actor Nacional era Alfredo Alcón. Y ese sí es un grande: un tipo que actúa de verdad, que no confunde a la gente como el nada de Ricardo Darín, que la va de argentino promedio, que no hace ningún esfuerzo y encima todo el mundo lo aplaude, un reo cualquiera de barrio y encima jodido, versero, estafador.

Yo hice una vida normal, terminé el colegio, me recibí de farmacéutico, fui empleado en una farmacia de barrio y después, con ayuda de papá, pude poner una propia. Me casé con Mónica, tuvimos a nuestro primer hijo. Todo bien. Yo no tenía mucho tiempo de mirar televisión, nunca fuimos de ir al teatro y de la carrera de Darín me enteraba poco. Sabía que seguía trabajando y cada tanto alguien me hacía algún comentario sobre mi compañero del colegio, me preguntaban si lo seguía viendo. El asunto se empezó a pudrir en los 90, con la serie esa Mi cuñado, con Darín y Brandoni en horario central. Ya nos había nacido el más chico, en la época de la híper la farmacia casi se funde y todavía tecleaba. Menem estaba cambiando todo y lo mejor que nos podía pasar era llegar a venderle el boliche a una cadena, si teníamos suerte. Con Mónica las cosas no andaban nada bien. Entonces un día llego a casa y me la encuentro prendida al televisor mirando embelesada ya saben a quién.




Mi cuñado.

–¿Qué mirás tan concentrada? –le pregunté.

Mónica se sobresaltó. Ni me había escuchado entrar. Y entonces lo vi. Vi que él le hacía señas. Que la miraba por el rabillo del ojo. Que le mandaba una sonrisita. Eso me mató. Que Mónica anduviera en otra cosa era algo que yo ya venía considerando. ¡Pero justo se tenía que meter con ese maldito! Empecé a llegar todos los días a la hora de Mi cuñado. Pronto me di cuenta de que no eran sólo los gestos. En todo lo que decía Darín había claves para ella, cosas que yo no entendía pero estaban ahí. Le tiraba detalles de dónde se iban a encontrar, comentarios de cosas que habían pasado entre ellos. Me puse loco. Empecé a luchar por salvar mi matrimonio y Mónica al revés, cada vez peor. Me hizo una denuncia en la comisaría. Un día llegué a casa y se había ido con los pibes. Ahí me tocó a mí ir a la policía y exigir a los gritos que fueran a buscarla a la casa de Darín, pero los muy imbéciles se me reían en la cara.

Desde entonces no me perdí ninguna de sus películas, por lo menos de las importantes, donde era protagonista. En El mismo amor, la misma lluvia se notaba lo basura que era y me dio mucha lástima de la chica Villamil, que no se daba cuenta, me hizo pensar en Mónica, que ni siquiera me dejaba ver a los pibes. Después vino Nueve reinas, donde Darín mostró de verdad todo lo que es, en ese sentido me pareció una película auténtica y bien realizada. El turro sabía, por supuesto, que yo estaba en el cine y todo el tiempo se burlaba de mí desde la pantalla. En El hijo de la novia ya empezó a hacerse el buenito, y de ahí en adelante siguió así, pero a mí no me engañaba, de chico le conozco el chamuyo. Hasta la porquería que se estrenó el año pasado, El secreto de sus ojos y la verdad, es increíble que la Villamil, que ya lo conocía de la película anterior, volviera a caer, aunque esta vez la hizo bien Ricardo, en ese sentido de engañar a la gente sí se puede decir que es gran actor. Pero yo me di cuenta igual. Fui tres veces al cine y después la alquilé, tenía que repetir la escena de la violación hasta estar seguro de quién era en realidad el tipo que la reventaba a la minita, que no se le veía la cara. ¡Era Darín, Ricardo Darín, el único en toda la película capaz de hacer algo tan monstruoso! Y está bien clarito cómo después Darín va tramando la telaraña para envolverlo al pobre hincha de Racing que no tenía nada que ver. En cuanto notó que yo lo estaba viendo seguido, empezó a hacerme gestos de amenaza. Pero no le tengo miedo, a mí qué me importa, si ya me sacó a Mónica y a los pibes, ahora no tengo nada que perder. ¡Que se sepa la verdad!

Todo lo anteriormente expuesto debera ser entendido como
discurso de un personaje de ficcion.


Fuente: Revista Ñ, numero 365, 25/9/2010

miércoles, 17 de noviembre de 2010

6ta. edición Marfici 2010

Presentación del film La France

Serge Bozon. - Francia, 2007. 102 min.
Elenco: Sylvie Testud, Pascal Gregory, Francois Negret, Guillaume Verdier.
Guión: Axelle Ropert
Fotografía: Céline Bozon
Música: Mehdi Zannad & Serge Bozon
Producción: David Thion

Otoño de 1917 en Francia. La guerra está terminando. Un soldado, le cuenta a su esposa a través de sus cartas que el frente está estancado, que el enemigo sobrevive en sus propias trincheras igual que ellos en las suyas. Que el terreno ganado una noche vuelve a perderse a la mañana siguiente. Un día llega la última carta, donde se despide de ella para siempre. Incapaz de aceptarlo, la esposa se disfraza de hombre y viaja hacia el frente en su busca. En un bosque encuentra una patrulla de soldados que la acogen como a uno más de ellos. Ella no les cuenta que es una mujer, ellos no le dicen que son desertores.


Otros Festivales donde se exhibió:

Festival Internacional de Cine de Gijón, España
Festival Internacional de Cine de San Francisco, USA
Festival Internacional de Cine de Vancouver, Canadá


Sobre el director:

Director y actor francés nacido en 1972. Enseñó lógica matemática en la Universidad París I Panthéon-Sorbonne. Dirigió los largometrajes La Amistad (1998) y Mods (2003) que recibió el Premio Léo Scheer del Festival de Belfort y fue seleccionado en más de treinta festivales internacionales. Su última película, France (2007), ganó el prestigioso Premio Jean Vigo.






por Eddney Todd, viernes 29 de febrero de 2008


Nicolas Sarkozy, actual presidente de la República Francesa, se comprometía en sus discursos de campaña a crear una Francia exitosa, una Francia en la que los franceses se sintieran orgullosos de ser franceses. En el país galo, eran los tiempos políticos de la primavera 2007; eran también los tiempos cinéfilos de Cannes que irónicamente ofrecían en "La France", filme realizado por Serge Bozon, un rostro diferente de aquella Francia políticamente idealizada.

"La France", sin tener una intención militante según las propias palabras del director, nos muestra la historia de aquellos que fueron ignorados por la historia, de ese grupo de ciudadanos – aparente tropa de soldados – débiles y muy vulnerables que prefirieron bajar los brazos y desertar de la primera guerra mundial. Soldados de convicciones abatidas cuya única aspiración real era escapar de la batalla muy lejos de su territorio, lejos de su tierra. "La France" nos muestra también que incluso en el escenario más desolador existen motivos, como el amor, por los cuales uno está dispuesto a luchar. Así es como Camille, movilizada por un amor que no puede – o no quiere – creer perdido, decide unirse a ese grupo de desertores ambulantes sin esperanzas.





En medio de la devastación y de la manera más anacrónica imaginable, los supuestos soldados cantan en nombre de esa "joven ciega" que es Camille. Serge Bozon verdaderamente sorprende al espectador con cuatro melodías originales estilo pop británico de los 50s-60s ("L'Anglaterre", "L'Allemagne", "L'Italie", "La Pologne"), que están ahí para crear un monumental desfase temporal y espacial. Las canciones finalmente trascienden al romper con la continuidad de la trama y extender la historia de Camille a la realidad vivida en otros países involucrados en el conflicto bélico: Inglaterra, Alemania, Italia y Polonia.

El personaje de Camille es acertadamente interpretado por Sylvie Testud a quien vimos recientemente en La Vie en Rose (La Môme). "La France" es un filme rarísimo pero admirable tanto por su realización como por su finalidad.


Fuentes: Un Blog de película, www.marfici.com

jueves, 11 de noviembre de 2010

Piso de soltero, medio siglo para un film irrepetible.

Andamos repitiendo sin cesar que ‘Psicosis’ ha cumplido medio siglo y algunos nos acabamos de dar cuenta de que la que ganó el Oscar aquel año, "Piso de soltero", también los cumple (como ‘El sargento negro’ (Sergeant Rutledge) de John Ford, por cierto). No hacen mala pareja, en absoluto. Ambos son filmes en blanco y negro en una época en la que ya no era muy comercial ni muy viable llevar a cabo producciones que no fueran en color, y ambos fueron grandiosos éxitos de sus directores. Además, resulta inimaginable cualquiera de los dos en color, pues gran parte de su misterio, de su densidad conceptual, se la deben a su infinita gama de grises.

Billy Wilder hacía con ella su película número diecisiete, como director, y alcanzaba probablemente la cima de su talento creativo con ella. Tras una fructífera década de los 50, en la que supo entregar excelentes comedias como ‘Una Eva y dos Adanes’ (‘Some Like it Hot’) y ‘La tentación vive arriba’ (‘The Seven Year Itch’), y no menos excelentes dramas o tragedias como ‘El gran carnaval’ y ‘Sunset Blvd.’, cambiaba de década con una tragicomedia esencial, que cristalizaba lo mejor de su estilo y el largo aprendizaje de las tres anteriores décadas, para obtener como resultado una hermosa y emocionante obra maestra.

Segunda colaboración con Jack Lemmon, tras ese divertimento irresistible de "Una Eva y dos Adanes", donde disfrutaba un papel más secundario que Tony Curtis, pero que le valió para que Wilder terminase por rendirse a su enorme genio interpretativo y le considerara el actor más completo que jamás había conocido. Lemmon es el protagonista absoluto de esta historia tan resbaladiza moralmente y tan impredecible y bien escrita, pues probablemente sea el guión más perfecto que jamás escribió Wilder (con o sin I.A.L Diamond de co-guionista), el mejor y más profusamente elaborado, el más ingenioso y complejo de todos ellos.

Y eso es decir mucho para uno de los más perfectos guionistas comerciales que han existido (o existirán) jamás en Hollywood. Wilder se entrega sin concesiones a contarnos la vida (y las miserias, muchas) de un pringado cuya única oportunidad para medrar es convertirse en un arribista sin escrúpulos y prestar su apartamento a los jefazos grimosos de la oficina (una buena colección de caraduras) para que se lleven allí a sus ligues y no tengan que pagar un hotel. El argumento se le ocurrió a Wilder, según cuenta, después de ver la maravillosa ‘Breve encuentro’ de David Lean, en la que sucedía algo parecido en una secuencia con un amigo del protagonista.





Así, Wilder indaga con precisión abrumadora un ambiente de oficinas no muy lejano (geográfica ni conceptualmente) al de la estupenda serie ‘Mad Men’. A algunos puede parecerle un misántropo o un cínico, pero Wilder en el fondo era un romántico que no tenía miedo de mostrar el machismo, el victimismo, la soledad de una sociedad insana, demente, perdida, huérfana. No sabemos si admirar o despreciar a Baxter, porque no sabemos si despreciarnos o amarnos a nosotros mismos, tan imperfectos e incoherentes como somos, y Baxter no es más que un espejo de nosotros mismos.





Hay varios momentos magistrales que dejan una huella imborrable en el espectador. A bote pronto se me ocurre la genial revelación del espejo roto, o el juego diegético con la música de jazz que otorga un ritmo diferente a la secuencia, hasta que Baxter apaga el tocadiscos. Sin reparos, con el corazón roto, Wilder le echará redaños encuadrando de lejos a Baxter solo en el banco de un parque nocturno, o esperando a la persona amada en la puerta de un teatro, cuando sabemos que nunca llegará. Muchos le acusaron de sentimental, y puede que lo sea, pero es capaz de mirar a la miseria humana con ojos despojados de todo manierismo formal, algo a la altura de muy pocos.

El estilo consistente en no mostrar el estilo (aprendido de sus amigos directores del cine de los 30 y 40) alcanza aquí cotas casi espeluznantes. La cámara de Wilder parece sobria, humilde y serena, aunque lo que está hablando de mezquindad, de emociones fuertes, de desesperación. Les pasa el testigo a los actores, y es imposible no enamorarse de la mártir Shirley MacLaine, cuyo personaje posee un alma que parece eternamente puesta a secar. Wilder y su excelente fotógrafo Joseph LaShelle encuadran sin divismos de autor, sabiendo que debajo de una imagen aparente hay siempre multitud de detalles que el ojo no ve, pero que se sienten como verdades.





La película fue recibida con división de opiniones (pensemos en la puritana época en la que fue estrenada) en Estados Unidos, y algunos llegaron a considerarla repugnante, entre otros calificativos parecidos. No impidió su gran éxito, ni su creciente leyenda. Hoy, medio siglo después de ser parida, se mantiene más joven que nunca. La verdad y el dolor que residen en ella permanecen intactos, incluso más vigorosos que nunca. Es lo que sucede con las obras de arte.

Ficha técnica

Título: El apartamento (España)
Piso de soltero (Argentina, México)

Dirección Billy Wilder
Producción Billy Wilder I. A. L. Diamond y Doane Harrison
Guión Billy Wilder y I. A. L. Diamond
Música Adolph Deutsch
Fotografía Joseph LaShelle
Montaje Daniel Mandell

Reparto

Jack Lemmon
Shirley MacLaine
Fred MacMurray
Ray Walston
Jack Kruschen
David Lewis

Datos y cifras

País Estados Unidos
Año 1960
Género Comedia dramática
Duración 125 minutos


Fuente: Blog de cine

lunes, 8 de noviembre de 2010

Estrellas en el cielo, Tony Curtis, adiós a un seductor.

Por Pablo O. Scholz

“Yo usaba coristas como otros usan píldoras de vitaminas: dos por día”, decía en mejores tiempos un mujeriego Tony Curtis, quien murió de un paro cardiaco el 30 de septiembre de 2010, en su casa de Las Vegas, a los 85 años, al lado de su sexta esposa, de 39. Y si es leyenda que en sus contratos había una clausula según la cual las actrices del film que protagonizaban debían pasar por su camarín durante el rodaje, la bomba la detonó en sus memorias, cuando dijo que durante la filmación de “Una Eva y dos Adanes”, con Jack Lemmon y Marilyn Monroe, tuvo un affaire con la rubia, quien quedó embarazada y luego perdió a su hijo.

Nacido Bernard Schwartz el 3 de junio de 1925, en pleno Bronx neoyorquino, hijo de actor húngaro que se ganaba la vida como sastre, tras enlistarse en la Marina donde estuvo hasta 1945, llegó al cine en 1949, cuando Joyce Selznick, sobrino del mítico productor David O. Selznick, lo descubrió en un teatro, le consiguió una entrevista y un contrato por siete años en Universal. Su primer papel fueron dos minutos en “Sin ley y sin alma”, al lado de Burt Lancaster.

Con él volvería a actuar en “Trapecio” y en “Chantaje en Broadway”, además de “El gran Houdini”, “Una Eva y dos Adanes”, “Espartaco”, de Stanley Kubrick, al lado de Kirk Douglas, y “El estrangulador de Boston”.

“Siempre supe que quería ser más que un actor. Quería ser una estrella”, decía el primer marido de Janet Leigh (Psicosis), con quien tuvo a la actriz Jamie Lee Curtis.
La tragedia signó parte de su vida, bien temprano, cuando sus padres pobres mandaron a un orfanato a él y a su hermano Julius. Luego reclamaron su custodia, y a sus 15 Julius, la persona que más quiso murió atropellado por un camión. Mucho más tarde, su hijo Nícolas murió a los 23 años de una sobredosis de heroína. El propio Curtis batalló contra el alcohol y las drogas.

Uno de sus mayores logros lo tuvo en “Fuga en cadenas”, de Stanley Kramer, donde huía encadenado a Sídney Poitier y tuvo su única nominación al Oscar. Se lo ganó otro gentleman, David Niven, por “Mesas separadas”.





Era habitual verlo en numerosas comedias de Hollywood de los años 50 y 60. Curtis vino a filmar a Salta, en 1962, junto a Yul Brynner en “Taras Bulba”, de Jack Lee Thompson. Actor de más de 100 películas, fan de Cary Grant, temeroso a abordar un avión, debió ser hospitalizado en julio en Las Vegas, por problemas respiratorios. Ya por entonces iba en silla de ruedas y sólo caminaba distancias muy cortas, y había estado muy grave en diciembre de 2006, por una neumonía que lo tuvo en coma durante varios días.

En TV protagonizó con Roger Moore la exitosa serie “Dos tipos audaces”, y a comienzos de los 80, se abocó a otra de sus pasiones, además de las mujeres: la pintura. Varias de sus obras se expusieron en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.





Por Gilberto Cruz, Viernes, 17 de octubre de 2008

El actor Tony Curtis plantea en una fiesta en Beverly Hills, California.

La estrella de decenas de películas, entre ellas "Una Eva y dos Adanes" y "Fuga en cadenas", Tony Curtis, ahora pasa su tiempo pintando y escribiendo. Curtis habló con TIMES acerca de ser un actor envejecido , conectado con Marilyn Monroe, y por qué vivir bien es la mejor venganza.

Usted escribe acerca de su tiempo en Hollywood de la década de 1950 a los 80. ¿Cómo se compara a la industria en los primeros años de su carrera?

Era diferente entonces. Los niños se acercaban a las hermosas chicas de la ciudad, buena gente y estaban alrededor de la ciudad, esperando que alguien los recoja y les dieran un contrato de estudio de seis meses. Parece mucho más calculado ahora.Por no hablar de la televisión. El medio televisivo se come todo. Usted puede tener un inicio de carrera este fin de semana en la televisión!

Lew Wasserman, que era entonces mi agente, me dijo: "Tony, vas a tener que trabajar tres cuadros al año durante diez años. Al cabo de diez años, debes ser una estrella en todo el mundo." Él tenía toda la razón. Pensé que trabajó, trabajó, trabajó. En la actualidad no existen tales animales. Yo no conozco a nadie que está armando una carrera así. Hice 150 películas de todo tipo.





"Ahora, 60 años más tarde después de que comenzara, a pesar de todo el éxito, nadie me dará la oportunidad de demostrar lo que puedo hacer."

¿Es algo que sólo le pasa a la gente a medida que crecen en Hollywood, o te crees que lo tienen peor que otros?

No quiero jugar a ser viejo en la pantalla. No quiero estar sentado en sillas o caminar lentamente hacia arriba y hacia abajo. Tengo 83 años de edad, pero yo soy tan sano como puede ser, y sigue siendo un caballero de aspecto. Pero nadie me ofrece ningún trabajo. Nadie. Absolutamente nada de trabajo. El Screen Actors Guild, sólo los de prensa, me mandan noticias sobre lo que está pasando. Es como si una vez que salga de las películas, uno desaparecen. Pero estoy triste, me deprimo. Pasé mi vida en el aprendizaje de esta profesión, y que aprendí bien. ¿Crees que es menor ser de 83?

¿Es eso parte de la razón por la que escribió este libro?

Eso es exactamente una de las razones. Quiero que quien lo lea o escuche de lo mismo, que sepa que quisiera unirme a la comunidad otra vez. Me ganaba la vida bien de salud en mi carrera como un actor joven. Siento que tengo que luchar a brazo partido con el hecho de que no estoy recibiendo ningún trabajo.

Usted vive en Las Vegas ahora. ¿Por qué no en Los Ángeles, donde las películas se encuentran?

Yo no vivo en Los Ángeles más. Me dio esa ciudad la mejor oportunidad que pude. 50 years, I worked hard. 50 años, he trabajado duro. Pero me pareció un ambiente puro y duro. Y fue muy duro para establecerse con una chica de allí. Todos los actores nos fueron corriendo sin ningún tipo de relación porque no sabíamos que las nuevas chicas iban a venir por la ciudad para que aferrarse. Me hubiera gustado haber encontrado una chica que pudíera relajarme y estar con ella mucho tiempo, pero era muy difícil allí. Tenía que casarse con un par de ellas con el fin de averiguarlo. Mi esposa ahora, Jillie, hemos estado casados por más de diez años, y todavía estoy loco por ella.

Usted escribe mucho acerca de todos los aspirantes a estrellas que tenía relaciones con Marilyn Monroe, Janet Leigh, Natalie Wood.¿Se arrepiente de saltar alrededor de tanto?

Absolutamente nada. Algunos de nosotros los muchachos de las películas se casaron, por un ratito, luego se divorciaron, y luego se casaron de nuevo. Nunca fue ningún problema, tan sólo tienes que estar seguro de que firmas un acuerdo pre-nupcial. Entonces, si algo salía mal, tu vestuario no iba con la mujer. Cada relación es de por sí gloriosa e interesante.

Una de las ideas falsas que tratan de abordar aquí es que usted pensó que Marilyn Monroe fue un mala besadora. "Besar a Marilyn fue como besar a Hitler".


Había una escena de Marilyn y yo [en Some Like it Hot]. Era una escena en los juncos y yo estaba sorprendido por lo buena que era. Me hizo sentir maravilloso. A continuación, todos estos chicos que estaban viendo los juncos conmigo y empezaron a decirma. "Oye, Tony, ¿dónde pegarlo? Que ha funcionado, o no es así? Cuéntanos lo que era.

Me encantaba Marilyn Monroe. Nos conocimos cuando ella tenía 18 años y yo tenía 21 años. Ella era una chica tan hermosa, y en ese entonces yo estaba iluminando con todas las chicas que podía cumplir. Fue una experiencia increíble. Ella era exquisita. Perfectamente formada. ¿Cuántas veces en tu vida vas a conocer a alguien así?

Usted fue nominado a un Oscar al mejor actor junto a Sidney Poitier para los más desafiantes. ¿Estás molesto por que nunca has tenido más respeto de la Academia?

Siento en mi corazón que había otras actuaciones que podría fácilmente haber sido nominado. Y ahora que nunca va a suceder. No voy a hacer cualquier película, y yo no voy a encontrar una película que vaya a ser nominada para algún premio. Así que, mis queridos amigos, me siento cerca de Las Vegas, con un hermoso coche, una bella esposa, un montón de pasta en el bolsillo, y esa es mi venganza.


Filmografía

El abrazo de la muerte (Criss Cross) (1949) de Robert Siodmak
Díme con quién andas (City Across the River) (1949) de Maxwell Shane
Dirección prohibida (The Lady Gambles) (1949)
Un paso en falso (Take One False Step) (1949) de Chester Erskine (escenas eliminadas)
Mala hierba (Johnny Stool Pigeon) (1949) de William Castle
How to Smuggle a Hernia Across the Border (1949)
Bodas sangrientas (Woman in Hiding) (1950)
Mi mula Francis (Francis] (1950) de Arthur Lubin
I Was a Shoplifter (1950)
Sierra (1950)
Winchester '73 (1950) de Anthony Mann
Kansas Raiders (1950)
Su alteza el ladrón (The Prince Who Was a Thief) (1951) de Rudolph Maté
Meet Danny Wilson (1952)
Flesh and Fury (1952)
No Room for the Groom (1952)
El hijo de Alí Babá (Son of Ali Baba) (1952)
El gran Houdini (Houdini) (1953) de George Marshall
The All-American (1953)
Forbidden (1953)
Beachhead (1954) de George Marshall
Johnny Dark (1954)
Coraza negra (The Black Shield of Falworth) (1954) de Rudolph Maté
Atraco sin huellas (Six Bridges to Cross) (1955) de Joseph Pevney
So This Is Paris (1955)
The Purple Mask (1955) de H. Bruce Humberstone
The Rawhide Years (1955) de Rudolph Mat
The Square Jungle (1955)
Trapecio (Trapeze) (1956) de Carol Reed
El temible Mr. Cory (Mister Cory) (1957) de Blake Edwards
Chantaje en Broadway (Sweet Smell of Success) (1957) de Alexander Mackendrick
El rastro del asesino (The Midnight Story) (1957)
Los vikingos (The Vikings) (1958) de Richard Fleischer
Cenizas bajo el sol (Kings Go Forth) (1958) de Delmer Daves
Fuga en cadenas (The Defiant Ones) (1958) de Stanley Kramer
Vacaciones sin novia(The Perfect Furlough) (1958) de Blake Edwards
Una Eva y dos Adanes (Some Like It Hot) (1959) de Billy Wilder
Operación Pacífico (Operation Petticoat) (1959) de Blake Edwards
¿Quién era esa chica? (Who Was That Lady?) (1960) de George Sidney
Perdidos en la gran ciudad (The Rat Race) (1960)
Espartaco (Spartacus) (1960) de Stanley Kubrick
Pepe (1960) de George Sidney
El gran impostor (The Great Impostor) (1961) de Robert Mulligan
El sexto héroe (The Outsider) (1961)
Taras Bulba (1962) de J. Lee Thompson
Soltero en apuros (40 Pounds of Trouble) (1962) de Norman Jewison
La lista de Adrian Messenger (The List of Adrian Messenger) (1963) de John Huston
Capitán Newman (Captain Newman, M.D.) (1963) de David Miller
Encuentro en París (Paris, When It Sizzles) (1964)
Salvaje y encantadora (Wild and Wonderful) (1964)
Adiós Charlie (Goodbye Charlie) (1964) de Vincente Minnelli
La pícara soltera (Sex and the Single Girl) (1964) de Richard Quine
La Carrera del Siglo (The Great Race) (1965) de Blake Edwards
Boeing Boeing (1965) de John Rich
La cámara de los horrores (Chamber of Horrors) (1966)
¡Bromas con mi mujer, No! (Not with My Wife, You Don't!) (1966) de Norman Panama
Arrivederci, Baby! (1966)
No hagan olas (Don't Make Waves) (1967) de Alexander Mackendrick
On My Way to the Crusades, I Met a Girl Who... (1968)
El bebé de Rosemary (Rosemary's Baby) (1968) (voz) de Roman Polanski
El estrangulador de Boston (The Boston Strangler) (1968) de Richard Fleischer
Monte Carlo or Bust (1969) de Ken Annakin
Bajo cualquier bandera (You Can't Win 'Em All) (1970)
Esta noche nos vamos de guerra (Suppose They Gave a War and Nobody Came?) (1970) de Hy Averback
Mission: Monte Carlo (1974)
Lepke (1975) de Menahem Golan
El conde de Montecristo (The count of Monte-cristo) (1975) de David Greene
London Conspiracy (1976)
El último magnate (The Last Tycoon) (1976) de Elia Kazan
Casanova & Co. (1977)
Sextette (1978)
The Manitou (1978)
The Bad News Bears Go to Japan (1978)
Double Take (1979)
Title Shot (1979)
El truhán y su prenda (Little Miss Marker) (1980) de Walter Bernstein
It Rained All Night the Day I Left (1980)
Espejo roto (The Mirror Crack'd) (1980) de Guy Hamilton
The Scarlett O'Hara War (1980)
Othello, the Black Commando (1982)
Where Is Parsifal? (1983)
Brain Waves (1983)
The Fantasy Film Worlds of George Pal (1985) (documental)
Club Life (1985) de Norman Thaddeus Vane
Insignificance (1985) de Nicholas Roeg
The Last of Philip Banter (1986)
Balboa (1986)
The Passenger - Welcome to Germany (1988)
Lobster Man From Mars (1989) de Stanley Sheff
Midnight (1989)
Walter & Carlo In America (1989)
Prime Target (1991)
Center of the Web (1992)
Hugh Hefner: Once Upon a Time (1992) (documental)
Desnudo en Nueva York (Naked in New York) (1993) de Daniel Algrant
The Mummy Lives (1993)
A Century of Cinema (1994) (documental)
The Immortals (1995) de Brian Grant
The Celluloid Closet (1995) (documental)
Hardball (1997)
Brittle Glory (1997) de Stewart Schill
Alien X Factor (1997)
Stargames (1998)
Louis & Frank (1998) de Alexandre Rockwell
Play It to the Bone (1999)
Reflections of Evil (2002) (narrador)
Where's Marty? (2006)
Funny Money (2007)
The Blacksmith and the Carpenter (2007) (voz)
David & Fatima (2008)
The Jill & Tony Curtis Story (2008) (documental)


Fuente: Diario Clarín, Suplemento espectáculos, viernes 1 de octubre de 2010.
Time.com, 17 de octubre de 2008.
"http://es.wikipedia.org/wiki/Tony_Curtis"