Por Diego Menegazzi.
Eric Rohmer nació el 4 de abril de 1920, bajo el nombre de Maurice Schérer, en la localidad de Nancy, en Lorraine, Francia. Fue profesor y luego se dedicó a la crítica de cine, primero como editor en la Gazette du Cinema y después en la mítica Cahiers du Cinema, donde llegó a ser jefe de redacción. Junto a Jacques Rivette, Jean-Luc Godard, Francois Truffaut y Claude Chabrol formaron el núcleo duro de lo que se dio en llamar la Nouvelle Vague, movimiento cinematográfico que a fines de los años ‘50 cambió definitivamente las formas de hacer y pensar el cine. Su debut en el largometraje fue con El signo de Leo (1959), que no tuvo una repercusión significativa.

Recién a partir de la serie de los llamados “Cuentos morales” es que toma forma su inconfundible estilo y su mirada sobre las paradojas de los sentimientos humanos. En La carrera de Suzanne (1963), Mi noche con Maud (1969), La rodilla de Clara (1970) y los demás títulos, Rohmer establece siempre el mismo esquema para analizar el comportamiento de hombres y mujeres cuyas decisiones suelen estar en contradicción con su pensamiento. En todos los films mencionados, el director se aleja de la construcción dramática tradicional, narrando historias casi totalmente desprovistas de acciones, poniendo el acento en los detalles sutiles de la intimidad de sus personajes y en las interesantes discusiones que mantienen.

A partir de los años ‘80, Rohmer se embarca en un nuevo ciclo titulado “Comedias y proverbios”. En La buena boda (1982), Paulina en la playa (1983) o El amigo de mi amiga (1987), no hay grandes cambios en el estilo pero sí en la temática propuesta. Los protagonistas ahora son casi adolescentes. Son más apasionados y menos escépticos, y tienen que enfrentar decisiones menos trascendentes. Como mencionan los críticos Carlos Heredero y Antonio Santamarina en su libro sobre el director, estos jóvenes tienen una capacidad casi ilimitada para engañarse o para “ponerse en escena a sí mismos”. Son menos distantes para el espectador que los personajes de los “cuentos morales” y develan con mayor facilidad su fragilidad y sus sentimientos.

El resto de la filmografía de Eric Rohmer incluye otros títulos como “La marquesa de O” (1975), Perceval, el galo (1978), El árbol, el alcalde y la mediateca (1993), Las citas de París (1995), La dama y el duque (2001), Triple agente (2004), Los amores de Astree y Celadón (2007) y otra serie de cuatro films denominada “Cuentos de las cuatro estaciones” (1990-1998). Esta retrospectiva es un homenaje, ya que el director francés falleció el año pasado. La selección se compone de algunos de sus más conocidos títulos de las serie de “Cuentos morales” y “Comedias y proverbios”, más un revelador documental dirigido por André Labarthe.
Retrospectiva
Charlotte y su filete, 1960
La panadera de Monceau, 1963
La carrera de Suzanne, 1963
Najda en Paris, 1964
Mi noche con Maud, 1969
La rodilla de Clara, 1970
La buena boda, 1982
Paulina en la playa, 1983
El amigo de mi amiga, 1987
Eric rohmer, con pruebas en la mano, 1994 de André Labarthe
Fuente: www.marfici.com
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