Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Estrellas en el cielo: Ava Gardner.

Ava Gardner: La actriz más bella del mundo

Escrito por Gustavo Arturo




“Le bastó estar allí para que el mito prosperase: la leyenda de una belleza que se dirigía directamente a lo clásico, a los orígenes mismos de toda noción del equilibrio. Aunque sus papeles estuviesen perdidos en la mediocridad del siglo, Ava representó la sublimidad de la belleza en la idea y en la forma”.
Terenci Moix.

“Sin intentarlo era una mujer muy sexy. Todo lo que tenía que hacer eran entrar en una habitación”.
Arlene Dahl.

A los diez años contemple, admire y me excitó el magnetismo sexual que irradiaba la presencia de Ava Gardner, en ese momento estaba en el esplendor de su belleza física y pude captar de forma visible la diferencia entre una chica atractiva y una mujer que transpiraba erotismo, al grado de provocar sueños eróticos a los espectadores, que la hicimos uno de los grandes sex-symbols y una de las máximas estrellas de la historia de la MGM, a pesar de una filmografía compuesta por cintas en las cuales domina la mediocridad y sólo unas seis o diez de ellas, entre cincuenta y siete títulos, merecen ser recordados como algo más que meros vehículos para el lucimiento de la actriz.

Ava Lavinia Gardner nació el 24 de diciembre de 1922, en el pequeño poblado de Brogden, Carolina del Norte y murió el 25 de enero de 1990. Fue la última de los siete hijos de Mary Baker Gardner. Creció en el seno de una familia de granjeros de escasos recursos y Ava tenía que ayudar a recoger tabaco en el campo. Al sobrevenir la Gran Depresión de 1929, se marchó, junto con sus padres a Newport, New Virginia, en donde pusieron una casa de huéspedes, atendida por ella y su madre, pues sus hermanas mayores ya se habían casado y el padre, al poco tiempo de llegar a Newport, cayó enfermo, con una infección de pecho, que no le permitía bajarse de la cama, hasta que murió un año más tarde.

La madre mantenía un rígido control sobre la hija, conforme iba creciendo y su cuerpo adquiría la silueta escultural, junto con sus atractivos ojos verdes, cabellos castaños, pómulos prominentes y labios sensuales que le abrieron las puertas de Hollywood. Ava recordaba que la primera cinta que vio fue “Tierra de pasión” (Red dust, 1932) con Clark Gable y Jean Harlow, sin saber que veinte años después haría el papel de Kelly, justamente al lado de Gable en el remake de dicho filme titulado “Mogambo” (Mogambo, 1953).

En el verano de 1940 al pasar unas vacaciones en Nueva York, con su hermana mayor Bappie, quien vivía con su esposo el fotógrafo Larry Tarr, le hizo una serie de fotos para promocionar su estudio, las cuales puso en el escaparate y un año más tarde se las mostró al buscador de talentos de la MGM Ben Jacobson, quién consiguió la autorización de Howard Dietz, jefe de publicidad de la MGM para hacerle una prueba. Al oírla hablar con su acento sureño, decidieron fuera sin sonido, una vez que consultaron con Marvin Schenck, quién estaba a cargo de los buscadores de talentos. La impresión de la prueba, según la narraba Schenck y la retoma Jane Ellen Wayne en su libro “Los Hombres de Ava” es esta: “Fue desastrosa. Terrible. Pero de cualquier modo vimos la prueba y nos dejó sin aliento. Se veía torpe e incómoda, pero todos queríamos acostarnos con ella. ¡Que mujer!”.

La prueba se mandó a Los Angeles y se tuvo una opinión similar. Se les ordenó la enviaran a la costa oeste, donde le harían un nuevo estudio. Ava llegó a Hollywood el 23 de agosto de 1941 y realizó la prueba con sonido, bajo la dirección de George Sydney. Cuando vio la demostración Louis B. Mayer señalo, palabras más o menos: “no sabe hablar y no sabe actuar, pero es sensacional. Mándala a estudiar durante un año y le repetimos la prueba”. Le dieron un contrato de 50 dólares semanales, por siete años, con evaluaciones semestrales y opción a renovarlo o cancelarlo a criterio del Estudio, tal y como se estilaba en la época.

En la primera semana en la MGM durante un recorrido, llegó al set de “Música y Juventud” (Babes on Broadway) en el momento del rodaje de la escena donde Mickey Rooney hacía una imitación de la explosiva brasileña Carmen Miranda, con todo y su enorme sombrero adornado de frutas tropicales. Fue presentada con Mickey, quién desde ese momento la asedió hasta lograr casarse con ella el 10 de enero de 1942. La actriz en su libro de memorias “Ava mi vida”, relata sus temores y prejuicios ante el sexo en su primera noche, ya que su madre, como buena provinciana, nunca había hablado sobre ello al respecto. Por su parte Rooney declararía con manifiesto orgullo su gran satisfacción de ser el primer hombre en “poseer” a la diosa sexy Ava Gardner, al comprobar que era virgen.

El matrimonio fue un desastre desde el inicio. Mientras Ava se hubiera resignado a ser ama de casa y olvidarse de su carrera cinematográfica, Mickey sólo reconocía una obligación para con su esposa: el compartir su cama: el resto del tiempo se lo pasaba filmando o en compañía de sus amigos jugando golf y de parranda con otras mujeres. El divorcio se le concedió el 21 de mayo de 1943, coincidiendo, ese mismo día con la muerte de la madre de la actriz que padecía un cáncer desde meses antes.


Mickey en ningún momento influyó para que la MGM le diera algún papel y el estudio no le dio trato especial, ya que primero querían siguiera aprendiendo, sobre todo, a hablar bien y quitarse el fuerte acento sureño con sus clases de dicción que le daba la maestra Gertrude Vogeler, quién fuera caricaturizada estupendamente por Gene Kelly y Stanley Donen en la siempre recordable secuencia de “Cantando en la lluvia” de enseñanza de dicción.

Después de su separación de Rooney inició una relación con Howard Hughes. En su autobiografía afirma sólo haber sido buena amiga durante toda la vida del excéntrico multimillonario, quién solía reconocer que siempre le había intrigado que tanto Katherine Hepburn como Ava Gardner rechazaron todas sus propuestas matrimoniales, mientras un sinfín de estrellitas hacían lo indecible con tal de atraparlo.


Lana Turner y Ava Gardner fueron amigas, casi inseparables, desde que llegó a Hollywood la sureña y aunque Lana no le presentó a su exesposo, el músico Artie Shaw en 1945, la relación no se marchitó a consecuencia de Ava casarse con Artie el 17 de octubre de ese año. Todo indica que aparte de ser muy inteligente, Artie era muy conflictivo en sus relaciones sexuales. Presumía de intelectual y se burlaba de Ava porque sólo hubiera leído un libro en su vida: “Lo que el Viento se Llevó” de Margaret Mitchell, amén de ordenarle que se callara, debido a su ignorancia, cuando estaban en reuniones con intelectuales, haciendo hincapié en haberse casado con ella por su belleza y cuerpo, pero no por su cerebro. Obviamente le matrimonio no duro mucho tiempo, al separarse en 1946.

Según una amiga intima, la relación con Artie le produjo una especie de quiebre o giro en su conducta a la actriz. Se tornó agresiva en su relación con los hombres, como si buscara desquitarse de ellos. Era fornicar y salir corriendo. Solo sexo y risas, como lo señala Jane Wllen Wayne en su libro ya citado. En el invierno de 1946 se veía, prácticamente al mismo tiempo, con Fernando Lamas, Peter Lawford, Mel Torme y John Huston. Igualmente su afición al la bebida s empezó a ser notoria.

En su autobiografía Ava nos relata “En el período comprendido entre 1941, cuando llegue a Hollywood, y 1946, cuando rodé “Posada Sentimental” (Whistle stop) y “Los Asesinos” (The Killers), aparecí en diecisiete películas. Nadie se dio cuenta. Las películas no eran memorables, que digamos y necesitarías una lupa para verme”.
Y efectivamente sería hasta que hizo “Posada Sentimental” o “El Truhán como se conoció en México “Whistle stop” dirigida por Léonide Moguy, la cual a pesar de ser una mala película al ser proyectada en un preestreno de prueba en un cine de Pomona, el público masculino respondió con gran entusiasmo a las fogosas escenas entre George Raft y la actriz. Ava, con sus labios abiertos acercándose provocativamente a los de Raft. Igualmente tuvo una escena trayendo solamente una bata de seda, delineando su escultural cuerpo, dejando poco para la imaginación calenturienta de los espectadores. Así, después de 17 filmes, en el 18, gracias a los buenos oficios de Moguy, no tuvieron necesidad los espectadores de una lupa, para distinguir a Ava Gardner en “Posada Sentimental”.



Después de trabajar como productor asociado, en la Warner Brothers, al lado, principalmente, de Hal Wallis, el columnista y guionista Mark Hellinger decidió probar fortuna como productor independiente en la Universal, con una adaptación del cuento “Los Asesinos” de Ernest Hemingway. Hal Wallis le ayudó “prestándole” a su recién contratado descubrimiento Burt Lancaster y como había visto “Posada Sentimental” consideró estaría perfecta Ava Gardner en el rol de Kitty Collins, la chica que causaba la perdición del exboxeador “El Sueco”. En un principio la MGM se rehusaba a ceder a la Gardner, pero después de comprometerse a que la utilizaría por lo menos seis semanas, pagándole al estudio 1.000 dólares semanales, aceptó participará en “Los Asesinos” (The Killers, 1946), bajo las órdenes de Robert Siodmak, siendo la cinta que encumbró a sus protagonistas Ava Gardner y Burt Lancaster.

Y si bien Ava había dicho no querer ser un sex-symbol, sino una actriz, será a partir de esas dos cintas que se fue moldeando su personaje y personalidad, deviniendo en uno de los máximos objetos sexuales del cine americano de los años cuarenta y cincuenta, sin que a la mayoría del público le importaran sus capacidades histriónicas, frente a esa belleza que personificaba, conforme a las gacetillas de la época, la imagen hecha carne del sexo devorador.


A partir de allí comenzaron los buenos papeles para Ava en la MGM o por lo menos que la pusieran al lado de las grandes estrellas ya consagradas del estudio como Clark Gable en “Mercader de Ilusiones” (The hucksters). Más tarde haría en 1948 “Venus Era una Mujer” (One touch of Venus). Se trata de una comedia tonta, en la cual una estatua de la diosa Venus de Anatolia, cobraba vida, gracias al beso que le daba el superintendente de la tienda (Robert Walker) en que estaba en exhibición. La cinta resultó un fracaso en su estreno, pero pronto se corrió la voz que cuando “adquiría” vida la estatua, Ava sólo estaba cubierta por una ligera túnica que dejaba poco a la imaginación, convirtiéndose así en un triunfo para la Gardner su participación en esta cinta camp, cuando paso a formar parte de los programas dobles. Para no variar sostuvo durante la filmación un tórrido romance con su coprotagonista Robert Walker, teniendo un desenlace desagradable debido a la conducta violenta del actor, provocada por su alcoholismo.

Siguió “Soborno” (The Bribe) en donde era una cantante de un cabaretucho de mala muerte, perdido en un país imaginario de Centroamérica, la cual se enamoraba de un agente federal interpretado por Robert Taylor, con el cual, para variar, tuvo un romance extra cámaras.


“El Gran pecador” (The Great Sinner) basada en la obra “El Jugador” de F. Mijailovich Dostoyevski, a pesar de estar dirigida por Robert Siodmak y participar en ella Gregory Peck, Melvyn Douglas y Ethel Barrymore fue un completo desastre, yéndole un poco mejor, en cuanto a resultados en taquilla, en su siguiente cinta “Mundos Opuestos” (East Side, West Side), regular melodrama en donde, una vez más, era una cantante que trata de seducir a James Mason, casado con Barbara Stanwyck.

A finales de 1948 Ava comenzó a andar con Frank Sinatra, a quién había conocido en 1946 cuando él salía con Lana Turner y en algunas ocasiones los acompaño la Gardner en sus correrías. Frank y Ava se casaron el 7 de noviembre de 1951. Su relación fue intensa y tormentosa, plagada de un sinnúmero de encuentros y desencuentros, con pleitos violentos y reconciliaciones apasionadas, antes y después de su matrimonio y cada uno opinaba que el otro era el amor de su vida, pero también sabían que no podían vivir demasiado tiempo juntos. (En una ocasión en que estaban distanciados, Frank fue a buscar a Ava, con la intención de reconciliarse, pero al llagar a la casa y encontrarla con Lana Turner, quién a su vez andaba huyendo del asedio de Fernando Lamas y había estado casada, al igual que Ava , con Artie Shaw, así como amante de Sinatra, se agudizó la pelea al acusarlas –Frank- de estar “comparando sus notas” sobre el comportamiento de sus hombres, destruyendo, el cantante, el mobiliario de la sala, pero sin llegar a golpear, en esa ocasión, a las mujeres.
En 1950 filmó para la RKO “Odio y Orgullo” (My Forbidden Past) al lado de Robert Mitchum, sin mayor pena que gloria. Ese mismo año marchó a España, por primera vez, a filmar “Los Amores de Pandora” (Pandora and the flying dutchman), cinta pretenciosa y fallida de Albert Lewin.

Fuera de los sets el rodaje de “Los Amores de Pandora” implicó su enamoramiento de España, la cual, con el paso del tiempo, se volvería uno de sus lugares favoritos de residencia. Tuvo un “desliz” con el lidiador catalán Mario Cabré, que en la cinta hacía, obviamente, el papel de torero. En su autobiografía la actriz confiesa que después de una noche de parranda, al despertarse se encontró en la cama junto a ella, a Mario: “Fue la única vez y no hubo más. Pero no importaba. Mario estaba dispuesto, resuelto, y era más que capaz de anunciar su buena fortuna a los cuatro vientos”. Efectivamente Cabré se puso a conceder entrevistas, como si repartiera derechazos y naturales en el ruedo, declarando su pasión por Ava y lo bien que la pasaban juntos.

Al mismo tiempo en la MGM se preparaba el relevo de Louis B. Mayer por Dore Schary, un ejecutivo menos paternal y mojigato que Mayer, el cual al tomar las riendas del estudio entró en contacto con Ava, pues quería darle un impulso a su carrera, al considerar no se le había prestado la atención debida a su potencial taquillero. Schary le dio el el rol de la mulata “Julie Laverne”, en el remake de la novela – río de Edna Farber “Magnolia” (Show Boat), a pesar de en un principio pensó en Dinah Shore o Lena Horne, pero el director George Sidney insistió que el papel estaba a la medida de Ava Gardner y no se equivocó, pues aunque los protagónicos eran la edulcorada pareja de Kathryn Grayson (Magnolia) y Howard Keel (Gaylord Ravanel), quién brilla intensamente en esa comedia musical es Ava. La actriz grabó sus canciones “Bill” y “Can’t Help Loving That Man” (No puedo dejar de amar a mi hombre), pero el productor no quiso utilizarlas siendo doblada por Annette Warren, sin embargo por razones de contrato, al momento de hacer el disco, con la banda sonora, se tuvo que disponer de la grabación de Ava y el público siempre lamentó no se hubieran incluido en la película.

“Pero Ava Gardner era, ES, no la belleza que pasa sino la belleza detenida en su movimiento para que podamos verla veinticuatro veces cada segundo -que es lo que dura la eternidad en el cine”.
Guillermo Cabrera Infante

“Ella es salvaje e inocente, entregada al amor pese a todos los desastres”.
Robert Graves.

“La imagen se crea como totalidad no sólo por la intención del argumento, sino también por la naturaleza misma del actor, en relación con su propia personalidad individual”.
A. Pudovkin.

Antes de ser un éxito “Magnolia” tuvo que filmar el regular western “Estrella del Destino” (Lone Star) con Clark Gable y Broderick Crawford. Para luego dar paso a otra de sus grandes interpretaciones en “Las Nieves del Kilmanjaro” (The snows of Kilmanjaro) dirigida por Henry King, en el rol de Cynthia, el amor imposible de Gregory Peck, en esta versión exitosa del cuento de Ernest Hemingway, en el cual la simbiosis de personaje – actriz en que resulta harto problemático disociar uno de otro, comienza a ser clara o definitoria en “Las Nieves del Kilmanjaro”.
Acepto realizar el western “Una Vida por Otra” (Ride, Vaquero) dirigida por John Farrow, al lado de Robert Taylor, Howard Keal y Anthony Quinn, a cambio de la promesa, que si le cumplieron, de estar en “Mogambo” (Mogambo) de John Ford, con Clark Gable y Grace Kelly, por cuya memorable caracterización de Eloise (Honey Bear) Kelly conseguiría su única nominación al Oscar de Mejor Actriz.


Las escenas de interiores de “Mogambo” se rodaron en Londres y en cuanto se terminó su filmación. Ava se puso a trabajar, allí mismo en mayo de 1953, en “Los Caballeros del Rey Arturo” (Knights of the Round Table). Aunque era renuente a los filmes de época la aceptó porque la MGM había reconsiderado su anterior contrato, ofreciéndole uno nuevo con mayores ventajas para ella, en cuanto a un salario mínimo de 150,000 dólares por película, quedándose la productora con la opción de “prestarla” a otros estudios. “Los Caballeros del Rey Arturo” fue la primera producción en cinemascope que realizaba la MGM, con un reparto encabezado por Robert Taylor como Lancelot, Mel Ferrer era el rey Arturo, Stanley Baker el cruel Morded y Anne Crawford su ambiciosa hermana Morgana, mientras Ava Gardner la bellísima reina Guinevere.

Al terminar el rodaje y enojada con Frank Sinatra decide viajar a España, llegando el 12 de agosto a Madrid. A los pocos días le fue presentado el torero Luis Miguel Dominguín, encuentro que relata Antonio D. Olano en su libro “Dinastías” de la siguiente forma: “Fue el propio Perico, hombre simpático y magnífico “celestino” en numerosas actividades, quien avisó a Luis Miguel que estaban allí Lana Turner y Ava Gardner. Fue por Lana, no salió trasquilado, pero de quien se enamoró verdaderamente fue de la belleza de Ava. Y comenzaron a vivir y a viajar juntos. Luis Miguel confesaba en sus Memorias que a ella fue a la única mujer a la que le arreó unas bofetadas. La primera paliza se la dio en Roma. Ava quería salir de noche y Luis Miguel se opuso. Escapó y quedó colgada de las rejas del jardín de la casa. La criada creyó que se había matado. Y la segunda vez que le arreó, fue en Estados Unidos, después de una noche de más vino tinto y whisky que rosas . . .” Y el torero en sus Memorias publicadas en la revista ¡HOLA! En 1983 agrega: “Decían que Ava era la mujer más bella del mundo, ¡y lo era!. Ella estaba en su época más esplendorosa y yo en mi mejor momento. En esa bola de nieve nos dejamos envolver los dos. Ava era muy celosa y posesiva. Manteníamos una relación eléctrica, brutal. Dábamos la sensación de que el uno se comería al otro. El hambre de Ava era insaciable, infinita”.

A principios de 1954 la Gardner y Luis Miguel fueron a Roma, para la filmación de “La Condesa Descalza” (The Barefoot Contessa) bajo la dirección del talentoso Joseph L. Mankiewicz. Y sin intentar conjugar el verbo “hubiera” en el tiempo pluscuamperfecto de los tontos, haciendo elucubraciones baladíes sobre cual sería el resultado si en lugar de Ava, la interprete habría sido otra de las arriba mencionadas, el hecho es que el personaje de “María Vargas”, ha quedado como paradigmático en la identificación de la persona que lo encarnó, asimismo es la mejor interpretación de Ava Gardner, al grado de que la fusión o identificación entre personaje y actriz es plena, confundiéndose más allá de la pantalla que es recreación y cual la personalidad real de la actriz, marcada como “La Condesa Descalza” para toda su vida. En su autobiografía la actriz reconoce que “no cabe duda de que La Condesa Descalza es con la que más me identifica la gente. Aquella maldita frase publicitaria: ‘El animal más bello del mundo’.

Después de una operación de cálculos biliares y de terminar abruptamente con Luis Miguel Dominguín, por simple razón de que el torero decidió casarse con Lucia Bosé se fue a Pakistán a filmar “Destinos Cruzados” (Bhowani Junction) dirigida por George Cukor, con Stewart Granger de su galán. Llevada por llevada por la mano diestra de George Cukor, con fama de ser un director de mujeres, supo ayudarla a sacar partido de su atormentado personaje de Victoria, logrando otra de sus actuaciones dignas de recordar.

Ava decidió ese año de 1955 quedarse a vivir de manera permanente en Madrid, comprando una finca que se conocía como “La Bruja”, en una zona de las afueras de la ciudad de nombre “la Moraleja”. Terminado su romance con Luis Miguel, Ava se compensó del abandono iniciando una relación con el cómico italiano Walter Chiari, quién había sido también novio de la Bosé. Su siguiente cinta fue “La Cabaña” (The Little Hut) en que Walter Chiari era un cocinero italiano, Stewart Granger su marido y David Niven su amante. Los cuatro naufragaban en una isla desierta y dadas las archisabidas limitaciones de la censura, aunque la obra original de Andre Roussin tiene diálogos picantes y situaciones atrevidas, es poco lo que se muestra en la cinta, salvo que todos estaban pensando en el sexo, pero no hacían mayor cosa al respecto, salvo que Ava aparecía casi siempre en traje de baño o enfundada en estilizados trajes tipo sarong, en que podía lucir su, multicitado, cuerpo escultural.


En enero de 1957 llegó a México a filmar, bajo las ordenes de Henry King “Y Ahora Brilla el Sol” ((The Sun Also Rises), participando por tercera ocasión en una cinta basada en una obra de Ernest Hemingway, en este caso “Fiesta” publicada en 1926, sobre un grupo de autoexiliados en Europa, dignos representantes de la llamada “generación perdida”.

La cinta es mucho mejor que lo que las opiniones de la época dejan advertir. Cuando se trata de la adaptación de una obra célebre y más de un autor “santón” como Hemingway, la mayoría de los críticos se sienten obligados a estimar que la adaptación esta por debajo de las posibilidades del material original.

En junio de 1957, por fin se legalizo la separación de Ava y Sinatra. En el libro biográfico de Frank Sinatra “A su Manera” de Kitty Kelly encontramos la siguiente cita de Ava: “Los problemas nunca estuvieron en la recámara. Siempre estuvimos estupendos en la cama. Los problemas comenzaban en el bidet”. Una amiga de la pareja dijo: “Había una fuerte atracción física por ambas partes, pero no podían ponerse de acuerdo en otras cosas que son necesarias en una relación”. Sinatra no quedó obligado, con motivo del divorcio, a pasarle una pensión, pero en rigor nunca dejó de ayudarla cuando tenía algún apuro económico, sobre todo en los últimos años de vida de la actriz, a raíz del ataque de apoplejía que sufrió en 1986 y cuya secuela de la enfermedad, la llevaría a la tumba. Frank dijo de ella cuando su muerte: “Ava fue algo muy importante en mi vida y nunca llegué a olvidarla del todo. Nos quisimos mucho, pero nuestra forma de vida no era la idónea para ser felices”.

Después de cobrar solo 90,000 dólares por su rol de la Duquesa de Alba en “La Maja Desnuda”, Ava quedo libre de su relación con la MGM, aceptando participar, por la cantidad de 400,000 dólares, en el filme “La Hora Final” (On the Beach) que dirigiría Stanley Kramer en Australia, en enero de 1959. Lo recordable de este filme con un elenco en donde estaban Gregory Peck, Anthony Perkins y Fred Astaire, es que quién destacaba era Ava Gardner, ofreciéndonos una de sus mejores actuaciones en el rol de una mujer alcohólica, a la cual su soledad y el vislumbre de la destrucción del mundo, la lleva a buscar desesperadamente consuelo en los brazos de un abúlico Peck, en una de sus más inexpresivas actuaciones.


Su viejo viejo amigo Nunnalley Johnson, la contrató para “El Ángel Vestía de Rojo” (The Angel Wore Red), rodada en Roma, a finales de 1959. Johnson, guionista y director, con fama de izquierdista y sospechoso de haber pertenecido al Partido Comunista en los años treinta, concibió una pretenciosa y rebuscada historia ubicada en la guerra civil española, en la cual un sacerdote renegado (Dirk Bogarde) que combate al lado de los republicanos, se enamora de la prostituta Soledad (Ava Gardner), pero viven en constante tensión, a causa de los conflictos de conciencia del clérigo. Abunda el diálogo anticlerical, al igual que sobre la solidaridad internacional y el compromiso de la izquierda con la lucha antifascista. Desafortunadamente, para el entendimiento del discurso y el mensaje de la cinta, la realización fue demasiado confusa, resultando un absoluto fracaso en la taquilla, quedando como una de las peores cintas de Ava Gardner.

Durante dos años se mantuvo en el tobogán del desenfreno, rechazando varios guiones entre los cuales estuvo el papel de Alexandra Del Lago, en la versión fílmica de la obra de Tennessee Williams “El Dulce Pájaro de la Juventud”, por considerarlo demasiado inspirado en ella misma el cual finalmente hizo Geraldine Page, pero de tal forma que resulta fácil concluir se trata de una recreación de aspectos de la personalidad de la Gardner. Unos pocos años después tampoco aceptó trabajar en “El Graduado”, en el papel que significó todo un triunfo para Anne Bancroft.

En 1962, otro viejo amigo, el guionista Philip Yordan, quién también vivía en España y estaba escribiendo el guión de “55 Días en Pekín” (55 Days at Peking) insistió con el productor Samuel Bronston que Ava estaría adecuada para el rol de la condesa rusa atrapada en medio de la rebelión de los boxers en China. Charlton Heston se oponía a la contratación de Ava, pero los coproductores europeos apoyaron la propuesta de Yordan, quién después se arrepentiría de su sugerencia, al grado de que debido a los problemas derivados del mal comportamiento de la actriz, se suprimieron varias escenas de la condesa. La película por esa y otras muchas razones resultó fallida y un fracaso económico para Bronston y artístico para Nicholas Ray. Heston en su autobiografía manifiesta su antipatía hacia Ava y señala que nunca olvidará la imagen de la actriz, totalmente borracha, toreando automóviles en pleno paseo de la Castellana, de Madrid.

Al año siguiente tuvo una pequeña pero destacada participación en el interesante filme “Siete Días de Mayo” (Seven Days of May) de John Frankenheimer, sobre un complot militar, encabezado por un general americano interpretado por Burt Lancaster, que busca derrocar al presidente de su país. Ava era su amante, a la cual abandonaba Lancaster. En venganza ayuda a Kirk Douglas a desenmascarar al ambicioso militar derechista, quién estaba molesto porque su presidente pretendía firmar un tratado de desarme nuclear con los soviéticos.

En septiembre de 1963 filmó por última ocasión en México bajo las órdenes de John Huston la adaptación de la obra de Tennessee Williams “La Noche de la Iguana” (The Night of the Iguana), al lado de Richard Burton, Deborah Kerr y Sue Lyon. Ava estuvo espléndida en su caracterización de Maxine, ofreciendo su última gran actuación, valiendo solamente su presencia, lo cual es mucho decir, estando Burton y la Kerr en el reparto, como razón para ver esta buena cinta de Huston.

El propio Huston insistió en llevarla en el rol de Sarah en su versión de “La Biblia…en el Principio” (The Bible, 1966), al lado de George C. Scott en el papel de Abraham. Ava y George se hicieron amantes. Scott era también aficionado a la bebida, por lo cual la relación pasaba por grandes momentos de apapacho y otros de enormes broncas, con episodios de destrucción de cuartos de hotel, tanto en Londres como en Los Angeles, aderezados con sus dosis de golpizas a la actriz. Sinatra tuvo que entrar al rescate de Ava, mandándole un mensaje a Scott, a través de dos guaruras para que terminara su acoso a la actriz, que ya no quería saber nada de su talentoso amante.

En estricto sentido a partir de “La Biblia… en el Principio” ya no encontramos ninguna actuación destacada o un personaje extraordinario interpretado por la Gardner, simplemente Ava se limitó a aportar su presencia y nombre como supuesto imán de taquilla en cintas como “La Tragedia de Mayerling” (Mayerling, 1969. “La Viuda del Diablo (Tam Lin, 1971). El Forastero” (The Life and Times of Judge Roy Bean) en la cual tenía una fugaz aparición, casi fantasmagórica, como la célebre actriz teatral Lilly Langtrey de finales del siglo XIX, en el viejo oeste, en la que sólo se le exigía verse bella, como la imaginaba el pintoresco juez Roy Bean (Paul Newman) enamorado de ella, por haber visto su imagen en el anuncio de una de sus obras. Fue la esposa de Charlton Heston en la cinta de desastre “Terremoto” (Earthquake, 1974). Permiso para Matar (Permission to Kill, 1975) la volvió a juntar con Dirk Bogarde, en esta historia de espionaje sin mayor relevancia. Junto con Elizabeth Taylor participo en la insufrible “El Pájaro Azul” (The Blue Bird, 1976) realizada por George Cukor en la Unión Sovietica. Lo único recordable de esa cinta, es que ambas actrices, rondando los 50 años, lucían bellísimas, para su edad, en sus papeles de Hadas. Formo parte de un extenso reparto de estrellas en otra cinta de desastre “Destino Final: Casandra (The Casandra crossing, 1977). En una olvidable de terror “El Centinela” (The Sentinel, 1977). Al igual que “Ciudad de Fuego” (City of Fire, 1979) “El Secuestro de un Presidente” (The Kidnapping of the President, 1980) “Priest of Love, 1981, “Regina” en 1982 y finalmente en la serie de televisión “Harem” (1985). En 1986 sufrió el ataque de apoplejía que la alejó de las cámaras y de la vista del público, hasta el día de su muerte el 25 de enero de 1990.

El periodista Joe Hyams, casado con Elke Sommer, realizó, a finales de los cincuenta, un amplio ensayo periodístico, publicado en Look, sobre Ava en que ahondaba en la vulnerabilidad de la estrella, abundando en referencias psicológicas, al grado de ser acusado de destruir la imagen glamorosa de la actriz: “No tuve intención de ser cruel –refutaba Hyams- “simplemente describí lo que encontré: Una mujer inquieta, atormentada, que corrió sin rumbo por la vida buscando la felicidad en un amor que nunca pudo encontrar”.

Terenci Moix en su ensayo publicado en su libro “Hollywood stories” en 1971, lo concluye así. “En todos los recuerdos de tantos momentos de aquel rostro fascinante, surge entonces la fatídica Pandora y el mito de la Condesa, cuyos hilos parecen mover, siempre, aquellas ansias nunca satisfechas de lo Absoluto. Perdida tal vez para el cine, llevando sus recuerdos por este exilio nunca concluido, noticia voraz para todas las prensas innobles, esa Ava mitificada por dos interpretaciones únicas triunfa sobre el olvido que los años imponen a la belleza; triunfa especialmente sobre aquel sistema que la quiso Venus rediviva, pero nunca fuego capaz de dar, en el desplante de su propia vida interior, una lección de arte por medio de personajes que la mereciesen”.

“Como el de María D’Amato, el destino de Ava Gardner fue el de pasear su imperial belleza por el mundo de los sueños… para comprobar que eran, simplemente, sueños de hojalata”.


Por su parte Gregory Peck en un amplio comentario recogido en el libro autobiográfico de la actriz “Ava: mi vida” nos señala, entre otras cosas: “En el transcurso de los años trabaje con Ava en tres películas totalmente distintas: El Gran Pecador”, “Las Nieves del Kilmanjaro” y “La Hora Final”. No cabe duda de que Ava adquirió mucha experiencia y madurez con cada una de ellas. Siempre la he admirado como actriz y he sentido que no ha sido lo suficientemente apreciada como tal, porque la gente quedaba prendada de su belleza y no esperaba nada más de ella. Además, ella tampoco era demasiado ambiciosa en lo que respecta a convertirse en una gran actriz. Y sin embargo fue mejorando constantemente y, si la juzgamos por sus mejores interpretaciones, creo que desde luego puede considerarse como una de las buenas actrices de cine”.

El sino de Ava Gardner es que conforme escalaba los peldaños de la fama y la productora la iba moldeando en esos roles de diosa de la belleza inalcanzable o de vida atormentada, en que iba causando la ruina o utilizando a los hombres como meros vehículos de su placer, se fue confundiendo, paulatinamente, para el público y en cierto sentido para ella misma, su imagen fílmica con la que se esperaba desarrollara en la vida real. O quizás fue a la inversa la vida privada terminó dominando a la del celuloide. Lo cierto es que si bien el slogan de “El animal más bello del mundo” era idiota, en cuanto denotaba la vulgaridad de la utilización de su imagen como mero objeto de consumo, derivado de su voluptuosidad y la fuerza de su magnetismo físico para provocar los sueños eróticos de los espectadores, no cabe duda que el de “La actriz más bella del mundo” resulta justo para sintetizar su paso por las pantallas cinematográficas del orbe.




Filmografia

Maggie (Tv, 1986, inédita)
The long hot summer (TV, Un largo y cálido verano, 1985)
Knots Landing (TV, 1985)
Harem (TV, 1985)
A.D. Anno Domini (TV, 1984)
Regina Roma (íd., 1982)
Priest of Love ("Sacerdote del amor", 1981)
The Kidnapping of the President ("El secuestro del presidente", 1980)
City on Fire ("Emergencia", 1979, Alvin Rakoff)
The Sentinel ("La centinela", 1977, Michael Winner)
El puente de Casandra (1977, George Pan Cosmatos)
The Blue Bird ("El pájaro azúl", 1976, George Cukor)
Permission to Kill ("El hombre que decidía la muerte", 1975, Cyril Frankel)
Terremoto (1974, Mark Robson)
The Life and Times of Judge Roy Bean ("El juez de la horca", 1972, John Huston)
The Ballad of Tam Lin. (1969) aka: The Devil's Widow (1972)
Go west (1971) (F.A.D)
Mayerling (íd., 1968, Terence Young)
La biblia ("The bible", 1966, John Huston)
La noche de la iguana ("The night of iguana", 1964, John Huston)
Siete días de mayo (1964, John Frankenheimer)
55 días en Pekín ("55 days at Peking", 1963, Nicholas Ray)
The Angel Wore Red ("Los ángeles visten de rojo", 1960, Nunnally Johnson)
La hora final (1959, Stanley Kramer)
La maja desnuda (1959)
Sun Also Rises, The ("Fiesta", 1957)
Little Hut, The ("La cabaña", 1957, Mark Robson)
Bhowani Junction ("Cruce de destinos", 1956, George Cukor)
La condesa descalza (1954, Joseph L. Mankiewicz)
Knights of the Round Table ("Los caballeros del rey Arturo", 1953, Richard Thorpe)
Mogambo (íd., 1953, John Ford)
Ride, Vaquero! (1953, John Farrow)
Las nieves del Kilimanjaro (1952, Henry King)
Lone Star ("Estrella del destino", 1952, Vincent Sherman)
Show Boat ("Magnolia", 1951, George Sidney)
My Forbidden Past ("Odio y orgullo", 1951, Robert Stevenson)
Pandora y el holandés errante (1951, Albert Lewin)
East Side, West Side ("Mundos opuestos", 1949, Mervyn LeRoy)
The Great Sinner ("El gran pecador, 1949, Robert Siodmak)
The Bribe ("Soborno", 1949, Robert Z. Leonard)
One Touch of Venus ("Venus era mujer", 1948, William A. Seiter)
The Hucksters (1947)
Singapore (1947)
The Killers ( Forajidos' en españa, 1946, Robert Siodmak)
Whistle Stop (íd., 1946)
She Went to the Races (1945)
Three Men in White (1944)
Maisie Goes to Reno (1944)
Ghosts on the Loose ("La casa encantada", 1943)
Mighty Lak a Goat (1942)
Joe Smith, American (1942)


Fuentes: Portal Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Ava_Gardner
Portal Cineforever, http://www.cineforever.com/2007/07/05/ava-gardner-la-actriz-mas-bella-del-mundo-primera-parte/
http://www.cineforever.com/2007/07/06/ava-gardner-la-actriz-mas-bella-del-mundo-segunda-parte/



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