Reflexine, por Roland
Afirmación de muchos: "Fulano en buen crítico. Opina como yo".
Autentico hijo de inmigrantes es el cine Argentino. Lo hicieron Henri Lepage (belga), Eugenio Py (frances) y Max Gluckmann (austriaco). Creció en manos de cuatro italianos: Mario Gallo, Federico Valle, Atilio Lipizzi y Emilio Peruzzi. También participaron Julian de Ajuria (español) y Julio Raúl Alsina (uruguayo).
A veces, cuando sale la palabra FIN, el publico piensa que debería decir POR FIN.
Calki fue un gran intuitivo de la cultura. Sus críticas resultaron breves obras literarias. Importaban o interesaban mas que las películas comentadas.
Cinematecos: tribus de cazadores de imágenes en lugares oscuros.
Con el neorealismo los italianos sintieron la vida. Los franceces de la nouvelle vague la pensaron.
Cuando el empresario de televisión compró una sala cinematográfica pasaba los avisos comerciales en medio de los films.
Decía un productor que su cine era documental porque pagaba con documentos a los artistas y técnicos.
Del celuloide viejo se hace, entre otras cosas, pomadas para lustrar calzado. Cada vez que paso la franela por mis zapatos pienso que estoy acariciando alguna borrada imagen de Greta Garbo.
El cine sonoro actual se habrá perfeccionado cuando vuelva a ser mudo.
En el cine, como en la pintura, hay un último montaje: el de la mirada del espectador.
En el film mudo un bailarín no pasa de ser un mimo.
En una misma persona suelen convivir el crítico y el espectador común. Es difícil desdoblarse. Por lo general, prevalece la opinión del crítico sobre el gusto del espectador. Por eso circula mucha crítica divorciada del interés y la comprensión del público.
Era un buen actor: no se parecía a sí mismo en todas las películas.
Filosofía de Rashomon: nada es igual para todos.
Greta Garbo es pretérito perfecto del verbo subyugar.
Hay dos clases de películas: las buenas y las interminables.
¿Hubo algún modelo de automóvil que no haya aparecido alguna vez en alguna película?
Juana de Arco pensaba filmar La pasión de Carl Theodor Dreyer.
La boletería es la antesala del riesgo.
Las pequeñas cosas de la vida cotidiana se hicieron grandes en la sencilla emoción de Jose A. Ferreyra.
Los franceses tomaron la bastilla un 14 de julio en homenaje al film de René Clair.
Los que reparan en sus equivocaciones pueden rectificarse, incluso si son directores de cine.
No saquemos conclusiones. La primera exhibición pública de los Lumiére coincidió con el día de los Santos Inocentes.
Orson Welles comenzó a engordar su satisfacción cuando hizo El ciudadano. Prosiguió obeso de gloria.
Platino, oro y rubí en la joyería de Hollywood a partir del treinta: Jean Harlow, Rita Hayworth, Marilyn Monroe.
¿Por qué no se premian los bodrios con bonetes de burro de cartón y se pone a los realizadores en penitencia de cara a su film?
¿Quien filmará Buenos Aires ciudad abierta? ¿Cuando?
Regalo máximo del music hall al cine: su mejor mimo, Chaplin.
Se compara a Woody Allen con Ingmar Bergman. Es como equiparar el talento al genio.
Seguramente Walt Disney, de chico, coloreaba las historieras de las revistas infantiles.
Se ha comprobado que el cine influye muy poco en el terreno de las ideas. Éstas se defienden solas.
Si advertimos un cine prohibido para niños también debemos reconocer niños prohibidos para el cine: los fastidiosos.
Tenía muchos amigos, pero un día lo nombraron director de un instituto de cine.
Todas las mujeres del mundo están en el cine de Bergman.
Traducido a nuestro idioma Chaplin (Carlitos) se llama Niní Marshall (Catita).
Una enfermedad se llama Hollywood. Marilyn, como otras y otros, murió de ella.
Verdad enunciada por René Clair: "Lo que el cine nos pide es aprender a ver".
Volveré del otro mundo para ver Rambo XXVIII
(Tomado de Cine Club Núcleo-Chaney Ediciones, 1992)
Fuente: Cuentos de cine, Seleccíon y prólogo de Sergio Renán, Extra Alfaguara, 1996
Julio Diz
- Julio Diz
- Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.
sábado, 29 de mayo de 2010
El cine en el cuento: Reflexine.
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