Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

jueves, 4 de mayo de 2017

Apuntes del 31 Festival.

«El silencio» - La identidad como norte

 Arturo Castro Godoy presenta su ópera prima en Competencia Argentina 
Certera y honesta. Desde estas dos características construye Arturo Castro Godoy El silencio, su primer largometraje. Tomás es un adolescente al que, como siempre sucede, la vida le cambió de un momento a otro. Pero ese presente despierta un pasado latente que debe resolver para poder enfrentar el incierto futuro. La historia se erige en la necesidad intrínseca de la identidad, y los silencios se hacen cuerpo entre las exiguas y entrecortadas palabras de sus protagonistas. Con orgánicas actuaciones, de gestualidades mínimas y elocuentes -en la piel de Alberto Ajaka, Malena Sánchez, Vera Fogwill, y los nuevos talentos Tomás del Porto y Violeta Vignatti -El silencio bucea sensiblemente en ese universo que se abre, como un abismo inquieto, frente a quien busca su propio origen.



¿Cómo surge la idea de El silencio?

A veces es difícil decir por qué se elige una historia para contar, y no cualquier otra. Creo que la película nace de una mezcla de elementos autobiográficos, y acompañando a esos elementos, la construcción de una mirada específica sobre temas que siempre me han interesado. Las relaciones entre padres e hijos, la paternidad, la manera particular en que se tejen algunos vínculos entre personas, la forma en la que a veces decidimos encarar situaciones de las que no se puede volver. Son todos lugares sobre los que me interesa pensar y que encontraron de forma orgánica un lugar en el universo de la película, sirviendo como un punto de partida para comenzar a trabajar.





¿Cómo fue la experiencia de rodaje de tu primera ficción?

El rodaje de la película fue al mismo tiempo un aprendizaje y una oportunidad enorme. Tuve la suerte de poder trabajar con un equipo técnico y un elenco compuesto por personas increíblemente valiosas que pusieron al servicio de la historia enormes cantidades de talento y generosidad, y que son tan responsables como yo del resultado final, con el que estamos muy contentos.

Es muy interesante cómo se desarrolla el tema de la identidad, saber el pasado, para poder enfrentar las decisiones del presente y del futuro, y el punto de vista que elegiste para contarlo. ¿Qué elementos tuviste en cuenta para plantearlo desde una mirada tan honesta?

Una gran parte del trabajo de guion y dirección estuvo apuntada a entender a cada uno de los personajes. Este conocimiento que fuimos construyendo, primero en las etapas de escritura, y luego con el elenco en las etapas previas al rodaje, nos hizo encontrar en el texto los lugares en los que podíamos confirmar que las acciones, las palabras, y los estados internos de los personajes, nacían genuinamente de cada uno de ellos, y no estaban encontrando su lugar en la historia de forma impuesta. Si tengo que pensar en el punto de vista que encontramos para contar la historia, creo que lo fundamental fue precisamente tomar la decisión de no forzar las situaciones dramáticas, y dejar que los personajes fueran dictando, desde sus lógicas internas, los elementos a poner en juego.

Los silencios del protagonista, sus gestualidades son realmente elocuentes y marca claramente la procesión interior. ¿Cómo fue el trabajo de dirección de actores?

Por el tipo de historia, y la manera en la que decidimos construirla, estaba claro desde un primer momento que una gran parte del peso de la película iba a descansar sobre los hombros de las interpretaciones. Al ser una película que busca en todo momento mantenerse tan cerca de sus personajes, trabajamos muchísimo para poder encontrar a los actores y actrices que tuvieran lo que estábamos buscando para cada personaje, y una vez que los tuvimos a bordo, el esfuerzo pasó por darnos el tiempo necesario para establecer un vínculo, y comenzar a trabajar juntos sobre el texto escrito, moldeándolo a medida de cada uno, y volviendo a encontrar juntos la historia dentro del guion.

¿Qué significa para vos presentar tu película en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata?

El Festival de Cine de Mar del Plata representa para mí un punto de llegada increíble. Poder participar con mi primera película de una competencia -por la que ha pasado gente a la que admiro muchísimo- es de verdad un honor y un placer enorme, y es también una recompensa hermosa para el trabajo de todos los que participamos en la película, y que hoy nos encontramos con esta posibilidad de formar parte de algo tan especial.
Agustina Salvador


Extraído del Portal oficial del 31 Festival Internacional de cine de Mar del Plata. 

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