En 1989 llegaba 'Batman' (id, Tim Burton) revisión en clave gótica del personaje creado por Bob Kane en el que un Joker magníficamente interpretado —aunque muchos podrían decir que sobreactuado— por Jack Nicholson robaba todo el protagonismo a un Michael Keaton tan sobrio como apático. Con un diseño de producción fastuoso de la mano del fallecido Anton Furst, y una excelsa banda sonora de Danny Elfman, 'Batman' fue un bombazo de taquilla que sirvió como trampolín definitivo en la carrera de Tim Burton. Un año después se estrenaba 'Dick Tracy' (id, Warren Beatty, 1990) objeto de esta crítica y que analizaremos de forma pormenorizada en los párrafos siguientes. 1991 suponía el desembarco de 'Rocketeer' ('The Rocketeer', Joe Johnston), una delicia de regusto clásico que trasladaba de forma portentosa esa obra maestra que es el cómic de Dave Stevens. Y el año de las Olimpiadas y la Expo llegaba a nuestras pantallas 'Batman vuelve' ('Batman returns', Tim Burton, 1992) segunda entrega de la saga inicial del hombre murciélago cuyo mejor acierto fue la sensual Catwoman a la que ponía cuerpo y rostro la bellísima Michelle Pfeiffer.
No cabe duda de que los años han tratado de forma desigual a este cuarteto: mientras 'Rocketeer' conserva intacto el cariño con el que se hizo y 'Dick Tracy' ha ganado, y mucho, con el tiempo, no me atrevo a afirmar lo mismo de las dos entregas de 'Batman'. Y no ya por que la trilogía de Nolan las haya dejado obsoletas, que también, sino porque las dos décadas que han transcurrido desde su estreno han evidenciado las muchas carencias tanto de la primera como de la segunda en cuanto a guión, siendo en este sentido muy alarmante el tono desmesurado y absurdo de 'Batman vuelve'.
Dick Tracy. El cómic
De estructura argumental repetitiva en torno al caso de turno —plasmando Gould procedimientos policiales e incluso datos forenses para resolver los crímenes— serán los villanos y la persecución de los mismos por parte de Tracy lo que obsesione al autor y, en última instancia, caracterice mejor que nada a una tira que iría evolucionando con las décadas, reflejando el autor los gustos populares tales como la pasión por el espacio de los sesenta o el movimiento hippie de los setenta, sin perder nunca, eso sí, su característico trazo.
Dick Tracy. La película
Programas de radio, seriales de cine y televisión, cuatro filmes producidos por la RKO, series de imagen real y animada para la caja tonta...no se puede decir que Dick Tracy no hubiera conocido contrapartidas en movimiento antes de que Touchstone estrenara la cinta que hoy nos ocupa en 1990. Un estreno que había empezado a prepararse quince años antes, cuando Warren Beatty, lector habitual del trabajo de Gould y fan declarado del mismo, comenzó a trabajar en el concepto que terminaría convirtiéndose en su cinta más arriesgada como realizador.
Con los derechos sobre la adaptación cambiando de manos constantemente durante diez años; un guión de Jim Cash y Jack Epps Jr. —autores del libreto de 'Top gun' (id, Tony Scott, 1986)— que no paraba de ser reescrito y que Max Allan Collins, el sucesor de Gould en los guiones de 'Dick Tracy' y creador de 'Camino a Perdición', describió como "terrible" y constantes rumores acerca de nombres como Spielberg o Landis que eran invitados a sacar el proyecto adelante mientras que otros como Eastwood, Harrison Ford, Gere, Selleck o Gibson sonaban como posibles protagonistas, no sería hasta 1985 que Beatty decidiría optar el mismo a los derechos del personaje, precipitándose entonces un acuerdo con Disney a la llegada de Jeffrey Katzenberg a los estudios que provocaría la luz verde a la filmación en 1988.
Recordada sobre todo por su reparto, en el que Beatty incluyó nombres como Al Pacino, Madonna —horrible como femme fatale—, James Caan, William Forsythe, Dustin Hoffman, Mandy Patinkin o Paul Sorvino, y por la maravillosa labor de Vittorio Storaro en una fotografía que le valdría una nominación a los Oscars —premio que le arrebataría Dean Semler por su no menos prodigioso trabajo en 'Danza con lobos' ('Dances with wolves', Kevin Costner, 1990)— 'Dick Tracy' es una cinta que ha envejecido estupendamente bien en los casi veintitrés años que han transcurrido desde su estreno.
Hay quien ha querido ver en esta decisión de Beatty un punto de apoyo para arremeter de frente contra la cinta, fundamentando sobre todo su crítica en la exageradísima interpretación que Al Pacino hacía de Big Boy Caprice. Pero lo que dichas críticas no aciertan a ver es que la esperpéntica bidimensionalidad del villano de la función es perfecto y preciso reflejo de lo que Chester Gould describía en su creación, una bidimensionalidad cuya importancia sería entendida a la perfección por Beatty y terminaría impregnando de principio a fin el metraje. Sólo así se explica la extrema artificiosidad de los decorados —la cinta se iba a rodar inicialmente en exteriores de Chicago pero el director artístico terminó decidiendo que era mejor hacerlo en los estudios Universal en California—, la temprana decisión del realizador de filmar utilizando la paleta básica de siete colores propia del cómic o el hecho de que, como comentaba Storaro en su momento, "uno de los elementos fundamentales de la cinta es que la historia está contada en viñetas, y lo que tratamos fue no mover la cámara. Nunca. Tratamos de hacer que todo funcionara dentro del encuadre".
En lo que al reparto respecta, Beatty encarna a un Tracy que se aproxima bastante a lo que podíamos ver en el cómic, un héroe sin emociones ni complejidad en la descripción de su personalidad al que el actor le aporta algo —no mucho, no crean— de humanidad, sobre todo en la relación paterno-filial que se establece con el "Chico", un claro homenaje al filme homónimo de Charles Chaplin. Con el resto de actores enhebrando un trabajo más que correcto, donde el casting falla estrepitosamente es en una Madonna que, a mitad de camino entre su propia y ecléctica personalidad y la de una Marylin Monroe a la que trata de imitar sin conseguirlo, no convence como Breathless Mahoney —su elección no respondió más que al hecho de que en aquél momento mantenía una relación sentimental con Warren Beatty—.
Como decía más arriba, 'Dick Tracy' es una cinta que con los años ha ido ganando en matices, convirtiéndose, al menos en la opinión del que esto suscribe, en una de las mejores adaptaciones de cómic que se han hecho a la gran pantalla y resultando la arriesgada apuesta de Warren Beatty como una de las más visionarias aproximaciones que se han hecho al mundo de las viñetas desde el séptimo arte junto a filmes tan incomprendidos como '300' (id, Zack Snyder, 2006) o 'Watchmen' (id, Zack Snyder, 2009).
Extraído de Blog de cine
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