Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

jueves, 3 de julio de 2014

La película olvidada: Echale la culpa a Río, 1984, de Stanley Donen.






Vapuleada por la crítica norteamericana, la despedida de la gran pantalla de Stanley Donen, realizador recordado y reconocido especialmente por sus musicales (Cantando Bajo La Lluvia, Un Día en Nueva York) pero también por sus comedias (Charada), sí obtuvo un pequeño éxito comercial. Es posible que el tema escogido y su desarrollo, poblado con un relativamente alto contenido sexual, escandalizara a la puritana sociedad americana; en este sentido, se incluye una escena con un desnudo frontal protagonizado por la voluptuosa Michelle Johnson, actriz que ha seguido una irregular trayectoria en producciones de Serie B y en la TV. La sospechosa influencia de la temática en la hostil recepción del filme de Donen en su país se corrobora con la igualmente fría acogida que tuvo la película francesa de Claude Berri en la que se basa, producida pocos años antes.


El tema propuesto como base del enredo que origina las situaciones más o menos divertidas de esta comedia, que quizá sea demasiado serio para tratarlo en clave de farsa pero es innegable el saber hacer de Donen que eleva la calidad del endeble guión, co-escrito por Larry Gelbart y Charlie Peters, con su sentido de la comedia clásica americana. Antes de la forzada conclusión -aunque interesante ya que plantea posibilidades maduras de perdón- la película desgrana momentos graciosos servidos mayormente por la dupla protagonista Caine-Bologna que componen sus personajes con acierto.

La última película de Stanley Donen se maneja en un terreno por el que el director tiene gusto y dominio y añade un perfil "ochentero" con los desnudos que aparecen a lo largo del metraje, a los que la localización en Río de Janeiro les sirve de pretexto ideal. Pese a no ser una excelente comedia y tener algunos defectos como las, en ocasiones, forzadas reacciones de los personajes que imponen resoluciones artificiales o el enrevesado y precipitado final, Echale la culpa a Río consigue entretener a través de la creación de algunas situaciones graciosas por las que vale la pena acercarse a ella. La dirección escogida en este filme es explorar la vis cómica y no ahondar en las consecuencias del suceso, por ello se destacan, sin profundizar en otros aspectos, el tono alegre y divertido de las situaciones que se desenvuelven bajo el colorido manto de la urbe brasileña aunque la gravedad del objeto tratado que se mece en las turbias aguas del adulterio, agravado con relaciones de amistad y sujetos pre-adultos, pueda herir las sensibilidades de algunos o hacer que nos enfrentemos a la película desde posiciones alejadas de la comedia. Donen se retira del cine con una propuesta en tono de comedia ligera pero que resulta amena.




La última película de Stanley Donen se maneja en un terreno por el que el director tiene gusto y dominio y añade un perfil "ochentero" con los desnudos que aparecen a lo largo del metraje, a los que la localización en Río de Janeiro les sirve de pretexto ideal. Pese a no ser una excelente comedia y tener algunos defectos como las, en ocasiones, forzadas reacciones de los personajes que imponen resoluciones artificiales o el enrevesado y precipitado final, Echale la culpa a Río consigue entretener a través de la creación de algunas situaciones graciosas por las que vale la pena acercarse a ella. La dirección escogida en este filme es explorar la vis cómica y no ahondar en las consecuencias del suceso, por ello se destacan, sin profundizar en otros aspectos, el tono alegre y divertido de las situaciones que se desenvuelven bajo el colorido manto de la urbe brasileña aunque la gravedad del objeto tratado que se mece en las turbias aguas del adulterio, agravado con relaciones de amistad y sujetos pre-adultos, pueda herir las sensibilidades de algunos o hacer que nos enfrentemos a la película desde posiciones alejadas de la comedia. Donen se retira del cine con una propuesta en tono de comedia ligera pero que resulta amena.




La culpa es de Río… y del destino

Cuando decidí hacer esta serie sobre actrices que pasaron de manera espectacular, pero efímera, en las mentes enfermas de los adolescentes de los ochentas llegó de inmediato a mi memoria una película filmada en 1984 y que fue, en su tiempo, uno de los pináculos del erotismo light hollywoodense, pero también es una muestra de como la historia, y los fanáticos, pueden tratar de tan distinta forma a dos mujeres, cada una de ellas muy guapa a su manera.

Blame it on Rio (“Échale la culpa a Río”) fue protagonizada por Maichel Caine, se desarrolla en Río de Janeiro y narra la historia de dos amigos que llevan de vacaciones a sus dos jóvenes hijas. El meollo del asunto es que el personaje de Caine se enamora, y tiene relaciones sexuales, con la hija de su mejor amigo.




Esta chica es representada por Michelle Johnson, quién compartió los estelares y, desde la perspectiva de 1984, estaba por iniciar una gran carrera.

Por el otro, y a modo de actriz de reparto se encontraba Demi Moore; una morenita flaquita pero con cara de angelito.

La película es la clásica que alborota la hormona de manera espectacular: semidesnudos, escenas en bikini y top-less (de ambas chicas) y un ambiente de “apunto está de ocurrir algo” que uno salía de la sala de cine agotado por la tensión sexual. Hay una escena en que Michelle Johnson se toma un autoretrato desnuda que ha entrado directamente al panteón de los símbolos sexuales ochenteros.




¿Qué pasó después?

Pues Michelle Johnson tuvo participación en algunas series televisivas y algunas películas, ninguna de ellas digna de gran mención, y su estrella poco a poco se fue haciendo más tenue.





Por su parte, Demi Moore apenas empezaba una carrera exitosa y tan solo en los dos años siguientes protagonizaría “St. Elmo’s Fire” (ridículamente traducida a nuestra lengua como “El primer año del resto de nuestras vidas“) y “About Last Night“, en ambas cintas la señorita Moore demostró la facilidad que tenía para quitarse la ropa a la menor provocación.

Triunfar en ese ambiente nunca es cosa fácil y, algunos sangrones, ya lo han dicho: lo difícil no es llegar si no mantenerse.

Ficha

Título original Blame it on Rio


Interpretes
Michael Caine
Joseph Bologna
Valerie Harper
Michelle Johnson
Demi Moore,
José Lewgoy,
Lupe Gigliotti
Michael Menaugh
Tessy Callado

Director Stanley Donen

Género Comedia
País Estados Unidos
Idioma original  Inglés
Duración 100 minutos


Extraído de http://imprescinedible.blogspot.com.ar/2012/01/lio-en-rio.html

http://ochentas.com.mx/2008/03/25/divas-fugaces-echale-la-culpa-a-rio/

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