Mi diario de marcha no estaba destinado a ser leído. Hoy, cuatro años después, al volverlo a tomar en mis manos, me ha conmovido singularmente, y el deseo de hacerlo leer me ha ayudado a vencer el pudor de mostrarme desnudo ante ojos extraños.
Sólo he suprimido algunos pasajes muy íntimos.
Werner Herzog, Delft, Holanda, Mayo 24, 1978.
"Circulan pocos coches, hay densa niebla, el cielo está cubierto, y en la atmósfera se percibe una humedad permanente. Trepar, siempre trepar. Helechos color marrón, inclinados, pegados al suelo. Bosques de alta montaña, y allá abajo, valles cubiertos de brumas. Nubes y niebla se deshilachan sobre mi cabeza. Por todas partes chorrea el agua del deshielo. En la cumbre sólo ando entre nubes. Todas las piedras rezuman. Y como siempre, la mirada sólo es atraída por las formas vacías: latas, desperdicios. Los pies, bien."
Ediciones Alphaville, 1981
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