«Me siento influenciado tanto por Los Tres Chiflados como por Moliere»
Charla con John Landis
Desde monstruos hasta estudiantes ávidos de tener relaciones sexuales y alcoholizarse todas las noches, desde una banda de blues a hombres lobos sueltos en Londres, pasando por vagabundos que se vuelven millonarios, yuppies de Wall Street que pasan a vivir en la calle, o príncipes que se mudan de su reino para convertirse en empleados de una cadena de comida rápida, la filmografía de John Landis comprende todos los tópicos.
Conversar con este legendario director es una clase de cine, de amor y pasión por las diversas ramas artísticas. Mantiene un apasionado romance con la literatura de Mark Twain, de la que es un verdadero experto -De Mendigo a Millonario es una versión de Príncipe y Mendigo– aunque es fanático de Innocents Abroad y Un Yanquee en la Corte del Rey Arturo principalmente. “Mark Twain es uno de esos autores que todos conocen y nadie leyó. Es como “El Capital” para los estadounidenses. Yo quise adaptar Un Yanquee… porque es muy oscura, habla de la revolución industrial y la guerra, y fue criticado porque su personaje empieza bien y termina siendo corrupto. La quise hacer varias veces, pero nunca pude. Se la ofrecí a Mel Gibson, Burt Reynolds y Robert Redford, pero era demasiado corrupto el protagonista. Innocents… es muy interesante porque alguien del nuevo mundo se ríe del viejo mundo”.
Pero no solo de literatura clásica se nutre el realizador. Ni bien comienza la charla con la prensa, recibe dos novelas gráficas portuguesas: Las Aventuras de Dog Mendoça & Pizza Boy de Filipe Melo, ilustradas por los argentinos Juan Cavia y Santiago Villa.
“Me los acercaron en Lisboa, donde estaba pagando por mis pecados. No, mentira. Me gustaron mucho. Se los acerqué a Dark Horse, pero como era en portugués nunca los quisieron agarrar. Me alegra mucho que los hayan publicado” narraba un sorprendido Landis.
La carrera de John tiene un gran hit llamado Los Hermanos Caradura, mejor conocido como Blues Brothers. Landis ha afirmado que para él se acerca más al género musical que a la comedia. “Fue un placer y muy fácil reunir a tantas leyendas del blues, pero los estudios no la querían. Era fines de los ’70 y solo se escuchaba música disco demasiado blanca; no querían que trabajara John Lee Hooker porque era demasiado viejo y demasiado negro”. Pero ahí no terminan las anécdotas. Landis cuenta que no todos los cantantes podían doblar sus canciones y muchos de ellos fueron grabados en vivo. “Aretha Franklyn, B.B. King y James Brown no pueden hacer mímica porque nunca cantan dos veces igual la misma canción. Con Aretha, el único problema que tuvimos fue la mímica, porque es una gran actriz, pero hubo muchos no actores. James Brown y John Lee Hooker fueron grabados en vivo. En Blues Brothers 2000 estaban todos en vivo, porque la tecnología digital posibilita muchas cosas ahora. James no pudo hacerlo. Aretha lo hizo porque lo intentó y es maravillosa”.
Aunque se lo vea como parte de la generación que se ha nutrido de los cortos de animación de Looney Tunes, Landis niega haber utilizado la influencia de Chuck Jones en sus films, pero admite ser una gran fanático de ellos. “Para mí es genial cuando el Coyote está por caer por un precipicio y mira al público porque es consciente de ellos. Es como cuando uno está por chocar en un auto. Un segundo antes, lo sabe y, de pronto, bang. Es un momento de claridad. Y sí, amo los dibujos animados, pero amo todo tipo de shows. Me encantan los westerns, los musicales, los films noir. Amo todo. Amo la opereta, disfruto del ballet incluso. Cuando me preguntan por influencias, yo creo que me siento influenciado tanto por Los Tres Chiflados como por Moliere. Si alguien dice “no me gustan los westerns o no me gusta el ballet” es porque nunca vio un buen western o un buen ballet. Eso no es una buena experiencia, es ser ignorante”.
Si algo distingue al cine de Landis es que, en muchos casos, personajes que viajan de un lugar a otro que desconocen terminan siendo ridiculizados, especialmente si son estadounidenses. “Si uno viaja de un lugar a otro por todo el mundo, siempre ve que hay culturas que hacen chistes de otras culturas cercanas: los franceses de los belgas, los ingleses de los irlandeses, los argentinos de los gallegos. Y en todos lados son los mismos chistes. Es la víctima lo que cambia. En la cultura yidish crearon un lugar para burlarse de otra gente. Es asombroso. Hay dos formas de reaccionar a la realidad: el humor o el suicidio. Si querés continuar y progresar, hay que ser optimista. Las culturas y las religiones crearon todo tipo de mierda para justificar lo que no entendemos o no sabemos. La verdad es que no sabemos lo que pasó antes de nacer ni sabemos qué pasa cuando nos morimos. Entonces ¿qué hacemos? Lo creamos. Y es diferente en todas partes del mundo. Y eso nos distingue de los animales. Los animales le tienen miedo al hambre, al frío, a la muerte… Los humanos le tenemos miedo a muchas más cosas y nos ponemos filosóficos; lo llaman epistemología. Cuando realmente exploramos la religión y el nacionalismo es fascinante, porque esta gente está realmente loca. En África, Sudamérica o Japón la gente en forma individual es siempre igual, pero en grupo son tenebrosos. Los artistas siempre tratamos de saber qué hacer con eso, como lo interpretamos. Hay elecciones: escribir libros, filmar películas, el humor… El choque de culturas, es la esencia de todo”.
Landis piensa que no hay ideas originales, sino que todo pasa por la ejecución. “Uno pinta una mujer desnuda, no es una idea original. Pero si lo hace Picasso es diferente. En Hollywood no es cuestión de ideas, sino de intercambio de negocios, y que el mundo de internet y la televisión, especialmente internet, rigen. Es irónico; mientras la tecnología permite hacer películas en forma más fácil, es más difícil hacer que la gente vaya al cine. Hollywood ya no existe. Los estudios ahora son corporaciones gigante, llenas de subdivisiones multinacionales. Todo cambió, la economía cambió. Ya no saben cómo llevar gente. La piratería es una epidemia. Uno de los problemas es que nadie controla youtube, google o yahoo. Es un negocio diferente. El mercado cambió. Antes yo golpeaba la puerta de los estudios y sabía exactamente quién me iba a atender. Ahora son tantos que ya no sé. Es muy difícil y riesgoso hacer películas. Muchas de mis películas tenían más éxito en la segunda o tercer semana y triunfaban gracias al boca en boca. Ahora si no les va bien a los dos días son un fracaso. Por es más común invertir vendiendo una película que haciéndola. Las secuelas y remakes son como “marcas” que se pueden prevender. Es trágico. El loco de la motosierra, la original de Tobe Hooper es una gran película, pero las remakes hicieron más dinero porque es un negocio diferente. Los estudios no están interesados en hacer buenas películas, sino aquellas que dan ganancias. Titanic… o ¿cómo se llama la otra? ¿Avatar o Los pitufos? Es lo mismo. Avatar no es una idea original, pero se ve espectacular. Gravedad es impresionante de ver. ¿Es una buena película? No. Pero es entretenida y es espectacular y técnicamente asombrosa. La dirección es impresionante. ¿Cómo llevar gente a las salas? Es un problema difícil y todos tratan de solucionarlo. Y los directores sufrimos. Hay más libertad y oportunidades, pero… Yo la mitad de mis películas las hice sin un estudio. ¿Hoy en día que estudio se animaría a filmar Perdidos en la Noche? Ninguno. No toman riesgos. Es difícil. Por eso hay más alternativas en la televisión de cable. Steve Jobs destrozó la industria musical. Todo cambió.
Pero no hay villanos y nadie ve un fin a esto. Es difícil. Todas las decisiones son hechas con miedo”.
Uno de los grandes éxitos de Landis no se dio en el cine sino en el terreno del video clip, cuando filmó Thriller para Michael Jackson. “Michael me llamó porque era fanático de Hombre Lobo Americano… y del trabajo de Rick Baker. ‘Quiero que me conviertas en monstruo’. Fue una gran oportunidad. Nadie esperaba semejante éxito. Disfruté trabajar con Michael. Era una figura trágica. Tenía una autoestima baja. Trabajé con él más tarde en Black or White. Fue un encuentro extraño. Pero me gustaba Michael. Me siento mal y triste por él. Odio a su padre. Pero era extraordinario. En la vida real se sentaba a un costado y pasaba desapercibido. Pero cuando se encendía, era increíble. Había que verlo en vivo. Era como ver a los grandes, Sinatra, Brown, Elvis… Vi a Elvis cuando tenía 21 años en Las Vegas por accidente, su carrera estaba en decadencia pero fue impresionante”.
Entre las numerosas anécdotas narradas por Landis recordó que mientras era doble de riesgo en El Botín de los Valientes a los 18 años, viajó a Checoslovaquia y estuvo metido dentro de un campamento gitano casi estereotipado, donde había un hombre enterrado hasta el cuello que parecía muerto. “Una semana antes el hombre había llegado a la luna y acá hacían ritos zombies. Esa historia me inspiró para escribir Hombre Lobo. Como reaccionaríamos nosotros ante cosas imposibles, cosas supernaturales. Fue una experiencia extraordinaria. Igualmente siempre me asombra gente que vive en lugares muy fríos o muy cálidos. ¿Cómo hacen para vivir acá? Eso es lo que me gusta de las diversas experiencias y culturas”.
John Landis también es un ácido crítico de la política y la economía estadounidense. En De Mendigo a Millonario hizo una gran crítica no solo al racismo imperante sino al odio de clases. Pero dice que todo es una cuestión de poder. El poder en Estados Unidos lo pueden tener todos. Y es irónico que los partidos más conservadores critiquen a los inmigrantes cuando es un país hecho por inmigrantes. Hoy en día las personas más poderosas y con más dinero no son los típicos blancos ricos, y pone como ejemplo a Oprah Winfried y el Presidente Obama. Algo cambia, pero la realidad es que “todos seguimos siendo yanquees” y De Mendigo critica el odio de clases que aún hoy existe en el país. En Inglaterra, en cambio, todo el poder lo tiene la monarquía y no es algo simbólico”.
Para finalizar, Landis habló sobre su relación con los actores. Aunque muchas veces se lo relaciona con los miembros de Saturday Night Live, a todos ellos los conocía de antes porque ya eran famosos de los Club de Comediantes como Second City –Gilda Radner, John Belushi, Dan Aykroyd, etc- o la revista National Lampoon, que tenía un programa de radio con las misma figuras. “A todos los conocía de antes de SNL. Los guionistas de Colegio de Animales querían a Chevy Chase, pero ese año Chevy era la figura número uno de SNL; después trabajé con él en Three Amigos, con guión de Lorne Michaels, creador del programa. Pero SNL sí sirvió para descubrir muchos comediantes como Eddie Murphy. Tenía mucha conexión con el programa pero nunca trabajé para ellos. Hasta mi buen amigo Jim Henson –el creador de los Muppets– trabajó con ellos. Respecto del trabajo con ellos, depende de cada actor. No me gusta improvisar en los rodajes pero sí en los ensayos. La mayor improvisación que hice fue en Un Príncipe en Nueva York, donde Eddie hizo seis personajes al mismo tiempo dentro de una peluquería y, mientras él actuaba, yo hacía del resto de los personajes. Y, si bien en los ensayos muchas veces me sorprendo, me gusta saber bien lo que hago”.
Fuente: http://www.mardelplatafilmfest.com/28/2013/11/22/john-landis-en-mar-del-plata-2/
Desde monstruos hasta estudiantes ávidos de tener relaciones sexuales y alcoholizarse todas las noches, desde una banda de blues a hombres lobos sueltos en Londres, pasando por vagabundos que se vuelven millonarios, yuppies de Wall Street que pasan a vivir en la calle, o príncipes que se mudan de su reino para convertirse en empleados de una cadena de comida rápida, la filmografía de John Landis comprende todos los tópicos.
Conversar con este legendario director es una clase de cine, de amor y pasión por las diversas ramas artísticas. Mantiene un apasionado romance con la literatura de Mark Twain, de la que es un verdadero experto -De Mendigo a Millonario es una versión de Príncipe y Mendigo– aunque es fanático de Innocents Abroad y Un Yanquee en la Corte del Rey Arturo principalmente. “Mark Twain es uno de esos autores que todos conocen y nadie leyó. Es como “El Capital” para los estadounidenses. Yo quise adaptar Un Yanquee… porque es muy oscura, habla de la revolución industrial y la guerra, y fue criticado porque su personaje empieza bien y termina siendo corrupto. La quise hacer varias veces, pero nunca pude. Se la ofrecí a Mel Gibson, Burt Reynolds y Robert Redford, pero era demasiado corrupto el protagonista. Innocents… es muy interesante porque alguien del nuevo mundo se ríe del viejo mundo”.
Pero no solo de literatura clásica se nutre el realizador. Ni bien comienza la charla con la prensa, recibe dos novelas gráficas portuguesas: Las Aventuras de Dog Mendoça & Pizza Boy de Filipe Melo, ilustradas por los argentinos Juan Cavia y Santiago Villa.
“Me los acercaron en Lisboa, donde estaba pagando por mis pecados. No, mentira. Me gustaron mucho. Se los acerqué a Dark Horse, pero como era en portugués nunca los quisieron agarrar. Me alegra mucho que los hayan publicado” narraba un sorprendido Landis.
La carrera de John tiene un gran hit llamado Los Hermanos Caradura, mejor conocido como Blues Brothers. Landis ha afirmado que para él se acerca más al género musical que a la comedia. “Fue un placer y muy fácil reunir a tantas leyendas del blues, pero los estudios no la querían. Era fines de los ’70 y solo se escuchaba música disco demasiado blanca; no querían que trabajara John Lee Hooker porque era demasiado viejo y demasiado negro”. Pero ahí no terminan las anécdotas. Landis cuenta que no todos los cantantes podían doblar sus canciones y muchos de ellos fueron grabados en vivo. “Aretha Franklyn, B.B. King y James Brown no pueden hacer mímica porque nunca cantan dos veces igual la misma canción. Con Aretha, el único problema que tuvimos fue la mímica, porque es una gran actriz, pero hubo muchos no actores. James Brown y John Lee Hooker fueron grabados en vivo. En Blues Brothers 2000 estaban todos en vivo, porque la tecnología digital posibilita muchas cosas ahora. James no pudo hacerlo. Aretha lo hizo porque lo intentó y es maravillosa”.
Aunque se lo vea como parte de la generación que se ha nutrido de los cortos de animación de Looney Tunes, Landis niega haber utilizado la influencia de Chuck Jones en sus films, pero admite ser una gran fanático de ellos. “Para mí es genial cuando el Coyote está por caer por un precipicio y mira al público porque es consciente de ellos. Es como cuando uno está por chocar en un auto. Un segundo antes, lo sabe y, de pronto, bang. Es un momento de claridad. Y sí, amo los dibujos animados, pero amo todo tipo de shows. Me encantan los westerns, los musicales, los films noir. Amo todo. Amo la opereta, disfruto del ballet incluso. Cuando me preguntan por influencias, yo creo que me siento influenciado tanto por Los Tres Chiflados como por Moliere. Si alguien dice “no me gustan los westerns o no me gusta el ballet” es porque nunca vio un buen western o un buen ballet. Eso no es una buena experiencia, es ser ignorante”.
Si algo distingue al cine de Landis es que, en muchos casos, personajes que viajan de un lugar a otro que desconocen terminan siendo ridiculizados, especialmente si son estadounidenses. “Si uno viaja de un lugar a otro por todo el mundo, siempre ve que hay culturas que hacen chistes de otras culturas cercanas: los franceses de los belgas, los ingleses de los irlandeses, los argentinos de los gallegos. Y en todos lados son los mismos chistes. Es la víctima lo que cambia. En la cultura yidish crearon un lugar para burlarse de otra gente. Es asombroso. Hay dos formas de reaccionar a la realidad: el humor o el suicidio. Si querés continuar y progresar, hay que ser optimista. Las culturas y las religiones crearon todo tipo de mierda para justificar lo que no entendemos o no sabemos. La verdad es que no sabemos lo que pasó antes de nacer ni sabemos qué pasa cuando nos morimos. Entonces ¿qué hacemos? Lo creamos. Y es diferente en todas partes del mundo. Y eso nos distingue de los animales. Los animales le tienen miedo al hambre, al frío, a la muerte… Los humanos le tenemos miedo a muchas más cosas y nos ponemos filosóficos; lo llaman epistemología. Cuando realmente exploramos la religión y el nacionalismo es fascinante, porque esta gente está realmente loca. En África, Sudamérica o Japón la gente en forma individual es siempre igual, pero en grupo son tenebrosos. Los artistas siempre tratamos de saber qué hacer con eso, como lo interpretamos. Hay elecciones: escribir libros, filmar películas, el humor… El choque de culturas, es la esencia de todo”.
Landis piensa que no hay ideas originales, sino que todo pasa por la ejecución. “Uno pinta una mujer desnuda, no es una idea original. Pero si lo hace Picasso es diferente. En Hollywood no es cuestión de ideas, sino de intercambio de negocios, y que el mundo de internet y la televisión, especialmente internet, rigen. Es irónico; mientras la tecnología permite hacer películas en forma más fácil, es más difícil hacer que la gente vaya al cine. Hollywood ya no existe. Los estudios ahora son corporaciones gigante, llenas de subdivisiones multinacionales. Todo cambió, la economía cambió. Ya no saben cómo llevar gente. La piratería es una epidemia. Uno de los problemas es que nadie controla youtube, google o yahoo. Es un negocio diferente. El mercado cambió. Antes yo golpeaba la puerta de los estudios y sabía exactamente quién me iba a atender. Ahora son tantos que ya no sé. Es muy difícil y riesgoso hacer películas. Muchas de mis películas tenían más éxito en la segunda o tercer semana y triunfaban gracias al boca en boca. Ahora si no les va bien a los dos días son un fracaso. Por es más común invertir vendiendo una película que haciéndola. Las secuelas y remakes son como “marcas” que se pueden prevender. Es trágico. El loco de la motosierra, la original de Tobe Hooper es una gran película, pero las remakes hicieron más dinero porque es un negocio diferente. Los estudios no están interesados en hacer buenas películas, sino aquellas que dan ganancias. Titanic… o ¿cómo se llama la otra? ¿Avatar o Los pitufos? Es lo mismo. Avatar no es una idea original, pero se ve espectacular. Gravedad es impresionante de ver. ¿Es una buena película? No. Pero es entretenida y es espectacular y técnicamente asombrosa. La dirección es impresionante. ¿Cómo llevar gente a las salas? Es un problema difícil y todos tratan de solucionarlo. Y los directores sufrimos. Hay más libertad y oportunidades, pero… Yo la mitad de mis películas las hice sin un estudio. ¿Hoy en día que estudio se animaría a filmar Perdidos en la Noche? Ninguno. No toman riesgos. Es difícil. Por eso hay más alternativas en la televisión de cable. Steve Jobs destrozó la industria musical. Todo cambió.
Pero no hay villanos y nadie ve un fin a esto. Es difícil. Todas las decisiones son hechas con miedo”.
Uno de los grandes éxitos de Landis no se dio en el cine sino en el terreno del video clip, cuando filmó Thriller para Michael Jackson. “Michael me llamó porque era fanático de Hombre Lobo Americano… y del trabajo de Rick Baker. ‘Quiero que me conviertas en monstruo’. Fue una gran oportunidad. Nadie esperaba semejante éxito. Disfruté trabajar con Michael. Era una figura trágica. Tenía una autoestima baja. Trabajé con él más tarde en Black or White. Fue un encuentro extraño. Pero me gustaba Michael. Me siento mal y triste por él. Odio a su padre. Pero era extraordinario. En la vida real se sentaba a un costado y pasaba desapercibido. Pero cuando se encendía, era increíble. Había que verlo en vivo. Era como ver a los grandes, Sinatra, Brown, Elvis… Vi a Elvis cuando tenía 21 años en Las Vegas por accidente, su carrera estaba en decadencia pero fue impresionante”.
Entre las numerosas anécdotas narradas por Landis recordó que mientras era doble de riesgo en El Botín de los Valientes a los 18 años, viajó a Checoslovaquia y estuvo metido dentro de un campamento gitano casi estereotipado, donde había un hombre enterrado hasta el cuello que parecía muerto. “Una semana antes el hombre había llegado a la luna y acá hacían ritos zombies. Esa historia me inspiró para escribir Hombre Lobo. Como reaccionaríamos nosotros ante cosas imposibles, cosas supernaturales. Fue una experiencia extraordinaria. Igualmente siempre me asombra gente que vive en lugares muy fríos o muy cálidos. ¿Cómo hacen para vivir acá? Eso es lo que me gusta de las diversas experiencias y culturas”.
John Landis también es un ácido crítico de la política y la economía estadounidense. En De Mendigo a Millonario hizo una gran crítica no solo al racismo imperante sino al odio de clases. Pero dice que todo es una cuestión de poder. El poder en Estados Unidos lo pueden tener todos. Y es irónico que los partidos más conservadores critiquen a los inmigrantes cuando es un país hecho por inmigrantes. Hoy en día las personas más poderosas y con más dinero no son los típicos blancos ricos, y pone como ejemplo a Oprah Winfried y el Presidente Obama. Algo cambia, pero la realidad es que “todos seguimos siendo yanquees” y De Mendigo critica el odio de clases que aún hoy existe en el país. En Inglaterra, en cambio, todo el poder lo tiene la monarquía y no es algo simbólico”.
Para finalizar, Landis habló sobre su relación con los actores. Aunque muchas veces se lo relaciona con los miembros de Saturday Night Live, a todos ellos los conocía de antes porque ya eran famosos de los Club de Comediantes como Second City –Gilda Radner, John Belushi, Dan Aykroyd, etc- o la revista National Lampoon, que tenía un programa de radio con las misma figuras. “A todos los conocía de antes de SNL. Los guionistas de Colegio de Animales querían a Chevy Chase, pero ese año Chevy era la figura número uno de SNL; después trabajé con él en Three Amigos, con guión de Lorne Michaels, creador del programa. Pero SNL sí sirvió para descubrir muchos comediantes como Eddie Murphy. Tenía mucha conexión con el programa pero nunca trabajé para ellos. Hasta mi buen amigo Jim Henson –el creador de los Muppets– trabajó con ellos. Respecto del trabajo con ellos, depende de cada actor. No me gusta improvisar en los rodajes pero sí en los ensayos. La mayor improvisación que hice fue en Un Príncipe en Nueva York, donde Eddie hizo seis personajes al mismo tiempo dentro de una peluquería y, mientras él actuaba, yo hacía del resto de los personajes. Y, si bien en los ensayos muchas veces me sorprendo, me gusta saber bien lo que hago”.
Fuente: http://www.mardelplatafilmfest.com/28/2013/11/22/john-landis-en-mar-del-plata-2/
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