Incluso los seguidores más acérrimos del cine de Pixar tendrán que reconocer que títulos como ‘Cars 2‘ (id, John Lasseter y Brad Lewis, 2011) o ‘Brave‘ (id, Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, 2012) están muy lejos de poder ser valoradas como la mejor película que ha salido de dicha compañía, aunque otros vamos un poco más allá y no dudamos en catalogarlas como lo peor que nos ha ofrecido Pixar hasta la fecha. Ya la existencia de la primera estuvo motivada casi exclusivamente por los ingentes beneficios conseguidos por la venta de merchandising de ‘Cars‘ (id, John Lasseter y Joe Ranft, 2006), pero eso no fue suficiente para dar el sello Pixar a ‘Aviones‘ (‘Planes’, Klay Hall, 2013), cinta ambientada en dicho universo que estaba inicialmente pensada para ser lanzada directamente en dvd y blu-ray como una producción Disney en la línea de esas secuelas que tanto proliferaron en los años 90 y a principios de siglo.
Desde que en julio del año pasado se anunciase que ‘Aviones’ iba a contar con estreno en salas comerciales, hemos podido comprobar el resurgimiento de los clásicos Disney con la estupenda ‘¡Rompe Ralph!‘ (‘Wreck-It Ralph’, Rich Moore, 2012) y también cómo Pixar sigue algo alejada de sus mejores tiempos por muy simpática que fuese ‘Monstruos University‘ (‘Monsters University’, Dan Scanlon, 2013). ¿Cómo encaja el estreno de ‘Aviones’ en todo esto? Pues como poco más que una forma de ganar unos cuantos millones por parte de la primera al mismo tiempo que la segunda no daña de forma insalvable su imagen de marca. La calidad de la película, un entretenimiento tan excesivamente infantil que por guión casi parece propia de alguna imitadora barata de Pixar en los últimos tiempos o de Disney en su momento, es lo de menos.
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Aviones para los más pequeños de la casa
‘Aviones’ nunca ha engañado a nadie y en todo momento se ha vendido como una película encaminada a los más pequeños de la casa, en especial para esos que van felices a clase con su mochila de ‘Cars’ al hombro y que prácticamente se saben de memoria todos los diálogos de la millonaria franquicia de Pixar. Por mi parte, nunca he sido un gran seguidor de la saga, ya que la primera entrega me pareció apenas un agradable pasatiempo muy inspirado en ‘Doc Hollywood‘ (id, Michael Caton-Jones, 1991) y la segunda un desenfreno sin pies ni cabeza, siendo entonces la única vez que he estado tentado de dejar una película de Pixar a medias. En el caso de ‘Aviones’ no hay ni de lo uno ni de lo otro, sino la típica historia del underdog con todo en contra que va ganándose el cariño de los demás y acaba aspirando a un triunfo altamente improbable.
Una de las claves de los relatos de underdogs, participantes en una competición en la que resultaría milagroso que acabasen venciendo, es conseguir la empatía del espectador para hacer propio su sufrimiento y sus victorias. Hay incontables películas a lo largo de la historia del cine que han basado su éxito en este punto —la primera que me viene a la mente, aunque no me entusiasme demasiado, es ‘Rocky‘ (id, John G. Avildsen, 1976)—, usando todos los detalles a su alcance —la música suele tener capital importancia— para que la épica desborde la pantalla durante el último acto de la cinta. Nada de eso pasa en ‘Aviones’, ya que incluso mi yo de cinco años hubiese notado que algo fallaba, pero mi yo de ahora tiene bastante claro que es más de una cosa y cuáles son exactamente.
Relámpago —¿qué mejor forma de emparentarlo aún más con Rayo McQueen que con ese nombre pese a que el primero es una persona humilde que aprende a ser un campeón y el segundo un campeón que aprende la importancia de la amistad y el respeto?— es un protagonista unidimensional que no aporta relieve alguno a la historia que vemos en pantalla. Su objetivo es ir salvando todos los obstáculos hasta ser el gran vencedor de una carrera que nunca llega a resultar emocionante para el espectador, llegando a ser hasta desconcertante cuando tiene que recurrir a trucos de guión de dudosa entidad para mantener intactas sus posibilidades de triunfo. Una vez se puede aceptar, incluso cuando sea mediante una extraña alusión al dopaje en el mundo del deporte, pero la conveniente suma de las mismas va desgastándote hasta darte igual lo que le suceda tanto a Relámpago como a su creciente grupo de amigos.
No recomendable para nadie más
El personaje de Mate en la franquicia Cars siempre me resultó un tanto cargante, pero su existencia, como la de los demás personajes, tenía una razón de ser —ser el sidekick “gracioso” de Rayo McQueen durante su periplo pueblerino—. En ‘Aviones’ da la sensación de que el resto de competidores son o puro relleno —de algunos nunca llegamos a saber nada más que cuál es su aspecto físico— o aún más insustanciales que Relámpago —especialmente momento es la trama romántica protagonizada por el Chupacabra, un claro intento de ganar penetración en el mercado latino—. ¿Qué sucede cuando la historia es totalmente intercambiable, los personajes no tienen enjundia alguna y no existe el más mínimo detalle de guión que no esté específicamente pensado para los niños de cinco años más simplones? Pues que el resto va a aburrirse y preferir olvidarse de la existencia de ‘Aviones’ lo antes posible.
En otras condiciones me hubiera interesado en otros detalles que pudieran servir como redención parcial de ‘Aviones’ a mis ojos’, pero su acabado visual no es especialmente llamativo, ya que está a caballo entre la descuidada animación propia de un lanzamiento a dvd y la genialidad característica de Pixar, quedando así en una incómoda posición intermedia que no emparentaría con la mediocridad, pero sí con lo completamente olvidable. El trabajo de dirección, siempre diferente en una cinta de estas características que en una producción en imagen real, de Klay Hall tampoco consigue impactar a cualquier espectador mínimamente versado, mientras que en la banda sonora difícilmente podría echarse más de menos a alguien como Michael Giacchino o incluso el más que efectivo trabajo de Patrick Doyle en ‘Brave’.
Soy consciente de que he atacado con bastante dureza a ‘Aviones’ en los párrafos anteriores, pero la propia película propone como uno de sus mensajes principales el no conformarse con lo que ya das por sentado y aspires a algo mas y ‘Aviones’ es un claro ejemplo de cine a tiro hecho que uno podría esperar en la más anodina producción animada de cualquier estudio de Hollywood, por lo que por mucho que pueda llegar a ser un pasatiempo más o menos digno para los más pequeños de la casa, para el resto es una experiencia cansina en la que lo más celebrable es que no dure demasiado para así poder hacer o ver cualquier otra cosa. Espero que entre los futuros proyectos de Disney y Pixar no haya ninguna obra que acabe produciéndome tanta pereza y desgana como la que ahora nos ocupa.
Extraido de Blog de Cine. |
Julio Diz
- Julio Diz
- Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.
lunes, 6 de octubre de 2014
Animacine: Aviones.
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