Julio Diz
- Julio Diz
- Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Animacine: Gaturro, la película.
Maullidos de amor
El popular personaje creado por Nik llegó a los cines. Con animación en 3D, llevó cuatro años de preparación y costó tres millones y medio de dólares. La historia cuenta cómo Gaturro quiere conquistar a Agatha convirtiéndose en un actor famoso de la televisión.
GATURRO, LA PELÍCULA
Aventuras de un gato enamorado.
La película fue realizada en la India, su director, Gustavo Cova, y Nik cuentan los entretelones de un proyecto a gran escala.
Por Laura Gentile
Después de cuatro años de arduo trabajo y de una inversión de más de tres millones y medio de dólares, idas y venidas entre México, Argentina y la India, Gaturro el popular personaje creado por el dibujante Nik, llegó a las salas de cine y en 3D. Dirigida por Gustavo Cova (el mismo realizador de Boogie, el aceitoso), Gaturro, la película, es una coproducción entre la Argentina Illusion Studios, Anima Estudios, de México, y Toonz Entertainment, de la India.
Sentados en los estudios de Illusion, el director y el propio Nik explican que, de todo el largo proceso, la construcción del guión fue un punto clave. Llevó un año y medio, sufrió diferentes modificaciones y participaron en su realización nada menos que seis guionistas: Nik; su mujer y colaboradora, Laura Losoviz; Adriana Lorenzón; Esteban Garrido; Mariano Podestá (de Mosca & Smith) y Belén Wedeltoft. Además de un script doctor de Canadá (que trabaja de corregir guiones), quien aportó una mirada más internacional.
“Es que lo fundamental es tener una buena historia para contar –explica Cova-. Esa es la herramienta más importante que tiene el director, para que el espectador se emocione, se entretenga, salga modificado de alguna manera de la sala: que en esa hora y media entre en el sueño ajeno”.
La historia (con mucho humor y aventura y con claras intenciones de eludir la típica infantil) encuentra a Gaturro tratando, como siempre, de conquistar el corazón de su amada (y algo histérica) Agatha. Para lograrlo no se le ocurre mejor idea que convertirse en estrella de la televisión. Un camino largo que lo llevará a entender que no necesita ser popular para ser querido. Hasta hay un millonario (¿cualquier referencia a Ricardo Fort es pura coincidencia?) que le disputa el amor de su gatita. “Nos parecía importante en este momento tan mediático, y a veces vacío de contenidos, decir que no es lo más importante en la vida ser exitoso, sino tener éxito a través de lo que hayas hecho”, explica Cova.
“A partir de la Tinellización es muy común escuchar que los jóvenes quieren ser famosos como un objetivo en sí –describe Nik-, porque eso presupone algo para acceder a otra cosa”. Y agrega: “Yo creo que en realidad no importa tanto el grado de trascendencia que tenga lo que uno hace, puede ser muy trascendente para uno, para su entorno, para su familia y está bien. Pareciera que la gente no le da trascendencia a sus logros si no son trascendentes para todo el mundo”. Es así que Gaturro, después de distintas aventuras, termina comprendiendo que lo único que tiene que hacer para acercarse a Agatha es ser él mismo. “Algo que parece una obviedad pero de lo que nos olvidamos todo el tiempo”, afirma el director.
El traspaso de la gráfica al mundo audiovisual se dio, según el papá de la criatura, de una manera bastante fluida. “Ya hace un tiempo empezamos a imaginar cómo sería la etapa audiovisual del personaje –explica Nik-. Creo que la tira tiene mucho de dibujito animado: Gaturro va, rebota, pone caras todo el tiempo, mira a cámara, le habla al espectador, su historieta está llena de onomatopeyas”.
Primero pensaron en la televisión, hasta llegar a escribir guiones y hacer pruebas en 2D, incluso hicieron muñecos. “No le encontrábamos el formato ideal –explica Nik-, el 2D suena antiguo, el muñeco suena a Muppets. Hasta que apareció la productora Illusion y nos llamó y hubo una confluencia de visiones y opiniones. Hace cinco años nunca me hubiera imaginado que íbamos a tener una película íntegramente hecha en computadora y además en estereoscopia, que es el efecto tridimensional”.
¿Tenías reparos para que siguiera siendo Gaturro?
Cuando vi toda la película lo que me asombró es que conserva muchísimo del original en la gráfica –responde Nik-, la estética, el espíritu de los personajes. Creo que lo más logrado de la película, y ése es uno de los grandes méritos de Gustavo, es que la historia es muy sólida. Cuando la vi salí medio lloriqueando, y mirá que hay que emocionar a los autores, porque uno participa de todo el proceso. Creo que la estereoscopia ayuda.
Para Nik el asunto de las 3D no es fortuito. “Gaturro, ya desde la historieta, era una especie de dibujito animado plano, los chicos ya lo veían con volumen y lo querían ver con volumen. Una de las cosas que nos animó a hacerlo y hacerlo en 3D fue que no era una cuestión forzada de decir “quiero tener mi película”, sino que lo pedían del otro lado”.
Ese deseo de corporización de lo leído lo vivió Nik en carne propia. “Cuando era chico y leía los comics siempre tenía la ilusión de que cobraran vida –recuerda-. Leía Snoopy, Tintín, Mafalda, miraba los dibujos y decía “no me puedo imaginar que esto es sólo un señor que se sentó con un lápiz a dibujar”. Para mí existían efectivamente. Pensaba que si salía a la calle me iba a encontrar con un perrito como Snoopy o con una nena como Mafalda, esa ilusión de vida creo que también estaba en los chicos con Gaturro”.
Pero si bien es una continuidad, el director destaca que la película de Gaturro funciona como una entidad autónoma del mundo Gaturro. “No se necesita ser fan de él para disfrutar el film. De hecho, por ejemplo, se va a estrenar en India y allá aún no lo conocen a Gaturro. Pero a la vez los fanáticos se van a encontrar con un montón de personajes de ese mundo que respeta su idiosincrasia y un montón de guiños del mundo de Nik”.
Y si por un lado el film tiene una clara proyección internacional, la estética de Gaturro mantiene cierta idiosincrasia local. “Cuando vos ves a Gaturro y Agatha caminando por el barrio –describe Nik- es un barrio como puede ser el barrio de casas bajas de San Isidro, está lleno de códigos nuestros, las veredas con árboles, las casas con un mini frente y pastito que es muy de acá”. Y Cova agrega: “De todos modos no deja de ser internacional por tener mucho nuestro”.
La elección de las voces gatunas.
Para elegir las voces de Gaturro, Agatha y el resto de los personajes se realizó un casting entre más de 200 personas y tanto Nik como Laura Losoviz, su mujer y colaboradora, fueron participes de la elección. “Fuimos cerrando el abanico hasta quedarnos con cinco o seis personas para cada personaje –explica el director de la película, Gustavo Cova-. Finalmente se los presentamos a ellos con las imágenes, sin que supieran quién era quién, porque a esa altura ya estábamos todos muy influenciados”.
Cova y Nik están felices con el equipo elegido. Gaturro es Mariano Chiesa “un genio y excelente persona”. Mientras que Agatha es Agustina González Cirulnik. “Realmente son todos fabulosos –afirma Cova-, hay una camada nueva de doblajistas y locutores sumamente talentosos. En la Argentina se está haciendo mucho doblaje, incluso Disney está doblando muchas películas para televisión acá y no en México, que tiene una experiencia impresionante en el tema”.
Justamente, como el sonido se trabajó en los Anima Studios de México, los mexicanos querían hacer las voces allá. “Nosotros nos negamos, porque Nik quería tener el dominio pleno de la elección de las voces. Y la verdad que los mexicanos quedaron sorprendidísimos con la calidad de las voces. Y eso que ellos son supuestamente los reyes del doblaje de las películas de animación”.
Gaturro se movió en la India
Toonz Entertainment es una productora de la India (país que posee una de las industrias cinematográficas más grandes del mundo) que se ocupa de la “externalización” de servicios de animación, bastante utilizada por productores de los Estados Unidos y Europa. Su atractivo: la relación costo-calidad. Toonz fue la encargada de parte de la animación de Gaturro. Tarea compartida que implicó numerosos viajes hacia allá y el “animatic” (esos dibujos animados en tiempo sobre las voces) grabado con voces de referencia en inglés para encontrar un idioma en común. La diferencia de idioma no fue barrera para que los expertos de allá “se enamoraran” de Gaturro. “Ni Nik ni Gaturro son populares en la India –explica Gustavo Cova-, y sin embargo los indios se engancharon con Gaturro y se maravillaron con el personaje. También se enamoraron de las historietas y cada uno de los chicos que viajaban debían llevarles historietas nuevas”.
Punto de vista: Nadie en Bogart.
Por Miguel Frías
En “Sueños de seductor”, el personaje de Woody Allen (Allan), recién abandonado y humillado por su esposa, intentaba conseguir pareja fingiendo ser el que no era: hasta se compraba trofeos de natación e impostaba rudeza. Su ejemplo era Bogart en “Casablanca”. Pero, después de varias salidas con pésimos resultados, sedujo –sin buscarlo- a su mejor amigo (casada): la que le presentaba candidatas, la única que lo veía tal cual era. Gaturro aprendió la misma lección con Agatha. Todos deberíamos aprenderla. Después de todo, tal vez no sea tan grave resignarse a ser uno mismo.
Fuente: Diario Clarín, Suplemente espectáculos, viernes 10 de septiembre de 2010.
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