Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

martes, 4 de junio de 2019

De la casa a la ciudad.

5 películas para entender la crítica de la arquitectura moderna.



  • por Romullo Baratto
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  • Traducido por Mónica Arellano

De la casa a la ciudad: 5 películas para entender la crítica de la arquitectura moderna, Playtime (Jasques Tati, 1967). Via screenshot do filme
Playtime (Jasques Tati, 1967). Via screenshot do filme

Si existe entre las artes una disciplina capaz de acercarse a la arquitectura, es el cine. La habilidad de representar espacios en movimiento a lo largo del tiempo acerca al cine de la arquitectura de un modo que huye de los límites de la pintura, de la escultura, de la música –considerada por mucho tiempo el arte más cercano a nuestra disciplina– e incluso de la danza. La cuestión del espacio es central tanto en el cine como en la arquitectura y aunque se ocupan de él de maneras diferentes, se aproximan al proporcionar una experiencia corporal –y no sólo visual– del entorno construido.
Uno de los muchos puntos de contacto entre estos dos campos puede ser encontrado en la crítica del espacio hecha por el cine. Es decir, la crítica de la arquitectura. Una variedad de producciones, lanzadas desde los Lumière, tratan con la representación de la ciudad y la arquitectura a través de la pantalla, y de éstas, buena parte se dedica a hacerlo de un modo crítico, lanzando una mirada desacreditada o provocativa sobre la producción arquitectónica corriente.
El hecho de que el cine haya surgido contemporáneamente a la arquitectura moderna tal vez le haya atribuido el papel de instrumento de crítica. El hecho es que diversas producciones cinematográficas acabaron convirtiéndose (incluso sin la intención del ser) en ejemplos memorables de crítica de la arquitectura y sociedades modernas. Veamos algunas a continuación:

Crítica del hábitat moderno: Mi tío (Jacques Tati, 1958)


Via screenshot do filme
Via screenshot do filme

En visita a la familia de su hermana, Monsieur Hulot es recibido en una casa muy lujosa, lista para las necesidades de la vida moderna. Espacios racionales, automatización, una variedad de utensilios y dispositivos tecnológicos forman parte de este nuevo contexto. La irónica figura de Hulot intenta en vano adaptarse a la nueva realidad que promete facilidad y confort, pero que presenta sólo obstáculos y resistencia.

Crítica a la política de vivienda: El mito Pruitt Igoe (Chad Freidrichs, 2011)


Via screenshot do filme
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Documental sobre el conjunto habitacional Pruitt Igoe, proyectado por Minoru Yamasaki y construido en los alrededores de la ciudad estadounidense de St. Louis. La película presenta las motivaciones que llevaron a la construcción del enorme complejo habitacional y las contradicciones que llevaron a su implosión en 1972, momento histórico en que algunos críticos (emblemáticamente) definen como el fin de la arquitectura moderna.

Crítica a la ciudad moderna: Playtime - Tiempo de diversión (Jacques Tati, 1967)


Via screenshot do filme
Via screenshot do filme

La austeridad de la vida en la ciudad moderna es retratada una vez más por el contraste con la figura nostálgica de Monsieur Hulot. A través del cómico desplazamiento del personaje principal, la película trata de la cuestión de la identidad del individuo frente a una realidad cada vez más mecanizada ofrecida por la ciudad moderna, la cual fue retratada en la película a partir de un gigantesco escenario que contaba literalmente con edificios construidos sobre ruedas.

Crítica al consumo: Dos o tres cosas que sé de ella (Jean-Luc Godard, 1967)


Via screenshot do filme
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Godard usa imágenes de las transformaciones urbanas ocurridas en las periferias de París en la década de 1960 como metáforas para la vida de los personajes. El cotidiano de las mujeres retratadas en la película es narrado a partir del cotidiano del urbe - consumismo, capitalismo y globalización aparecen como temas centrales de la historia, sea en relación a la ciudad o de las mujeres.

La crítica al control: Alphaville (Jean-Luc Godard, 1965)


Via screenshot do filme
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Alphaville es una ciudad hostil, sombría y deshumanizada ubicada en un futuro impreciso. En ella, todas las acciones sociales son controladas por un sistema central, un ordenador que recibe el nombre de Alpha 60 que calcula y dirige el destino de todos sus habitantes. Esta sociedad distópica, dominada por la tecnología, parece tener más que ver con nuestra realidad de lo que nos gustaría - y las consonancias aumentan cuando recordamos los emprendimientos Alphaville que surgieron años después, promoviendo un modelo al menos cuestionable de urbanidad.
Fuente: www.plataformaarquitectura.cl

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