martes, 4 de septiembre de 2018

Nuestras estrellas: Arturo Maly (1939-2001)

Arturo Maly (Buenos Aires6 de septiembre de 1939 - Morteros25 de mayo de 2001) fue un actor argentino galardonado con el Premio Martín Fierro y el Cóndor de Plata.




Biografía

Debutó en la serie de televisión Esta noche... miedo, en 1970. Hasta su muerte en 2001 hizo más de 50 apariciones en el cine y la televisión en Argentina.
En 1991 ganó el Martín Fierro como mejor actor de reparto por el programa Atreverse. En 1982 recibió un Premio Cóndor de Plata a mejor actor revelación ―aunque llevaba 22 años como profesional― por su labor en Tiempo de revancha.
Actuó en películas argentinas aclamadas como La aventura explosiva (1977), Alambrado (1991), Corazón iluminado (1996) y La fuga en 2001.
En el año 2000 participó en el rodaje de la primera película animada con animación digital 3D de la Argentina, Condor Crux donde fiel a su estilo de interpretar villanos, prestó su voz para dar vida al siniestro dictador Phizar.
En televisión trabajó en Hombres en pugnaAtreverseCelesteNanoUno más uno, El último veranoLaberintoEl signo y Muñeca brava.
El 25 de mayo de 2001, mientras realizaba la gira teatral de la obra Sinvergüenzas en la localidad de Morteros (provincia de Córdoba) falleció por un ataque al corazón.



Murió Arturo Maly, el más bueno de los malos
 
El corazón le falló en plena actividad. Fue en Morteros, Córdoba, donde se disponía a realizar tres funciones de "Sinvergüenzas". Estaba solo cuando le sobrevino un paro cardíaco.

  CORDOBA.- El actor Arturo Maly, gran intérprete de cine y teatro y muy querido en el ambiente artístico, murió ayer en la ciudad cordobesa de Morteros, al límite con Santa Fe, a raíz de un paro cardíaco que sufrió por la mañana y que lo obligó a internarse en un hospital.
Fuentes policiales informaron que Maly, que anoche, hoy y mañana se iba a presentar con la obra teatral "Sinvergüenzas" en la Sociedad Italiana de Morteros, fue internado en la clínica San Roque de esa ciudad, "pero murió de un paro cardíaco".

Maly, de 63 años, había llegado ayer a la mañana a Morteros, desde otra ciudad de Córdoba -provincia donde se encontraba de gira desde hace una semana junto al elenco de "Sinvergüenzas"-, y cuando se encontraba solo en la habitación de un hotel, empezó a sentir molestias y dolores cardíacos.

Según informaron a Télam fuentes de la radio Cadena Tres de Córdoba, uno de sus compañeros de tablas, Diego Díaz, señaló que "Maly se encontraba solo en la habitación cuando se produjo el paro cardíaco, alcanzó a abrir la puerta para avisar lo que le estaba sucediendo y, de pronto, se desmoronó en el pasillo".

Inmediatamente, Díaz, Toti Celiberto, Cutuli y Esteban Prol, entre otros de sus compañeros de "Sinvergüenzas", llamaron a un servicio de emergencias, que llegó a los pocos minutos al hotel, donde intentaron reanimarlo sin éxito, por lo que decidieron llevarlo de urgencia al sanatorio privado San Roque.

Maly ingresó a esa clínica a las 12.45 y fue atendido por el médico Sergio Gandolfo, quien explicó que "se le hicieron todos los servicios de reanimación posibles", pero finalmente, a las 13.30, después de intentar salvarlo por todos los medios, constató que ya había muerto.
Los restos de Maly, quien según Gandolfo tenía antecedentes de otras descomposturas similares (había sufrido un desvanecimiento en una gira por la provincia de Santa Fe, pero le habían dado el alta después de examinarlo), permanecían ayer a la tarde en la morgue del sanatorio San Roque. 

Todos sus compañeros estaban haciendo los trámites necesarios, a través de la Sociedad Argentina de Actores, para conseguir una ambulancia especial que los traslade hasta Buenos Aires, donde el cuerpo iba a ser velado por la noche.




Su último papel

El último papel de Maly en cine fue en la película "La fuga", de Eduardo Mignogna, en donde interpretó a un mafioso llamado Pedro Escofet, que se dedica a regentear una casa de juego clandestina. 
Allí compartió el protagonismo con otros grandes actores, como Ricardo Darín y Miguel Angel Solá.

El actor fue identificado por el público como "el malo" de las telenovelas, rol que desempeñó en los últimos tiempos en realizaciones como "Amor Latino" y "Muñeca Brava". 
Y justamente, poco antes de iniciarse la filmación de "Yago, pasión morena", la tira que encabeza Facundo Arana, Maly renunció a formar parte del elenco y tuvo que ser reemplazado a último momento por Norberto Díaz, como consecuencia de sus inconvenientes de salud.
En cine, trabajó en "Operación Fangio", "Momentos robados", "La clínica del Doctor Cureta", "Memorias y olvidos", "La cruz invertida", "Tacos altos", "Contar hasta diez", "Los días de junio", "Noches sin lunas ni soles", "El caso Matías", "No habrá más penas ni olvido", "Ultimos días de la víctima" y "Tiempo de revancha", entre otras. 
Asimismo, prestó su voz para personajes de las películas de dibujos animados como "Los Pintín" y "Cóndor Crux".




El cine, la tevé, el teatro y la política

Arturo Maly había llegado a eso de las 9.30 al Hotel Hostal del Sol, junto con el resto del elenco de "Sinvergüenzas".
Maly se encontraba de gira por el interior del país con sus compañeros Juan Palomino, Fabian Vena, Estaban Prol y el "Toti" Ciliberto.

En la Cochería San Jorge, que presta servicios a la Asociación Argentina de Actores, informaron que el cuerpo de Maly iba a ser trasladado a Buenos Aires, una vez que se resuelvan distintas cuestiones burocráticas en Morteros y sería inhumado hoy por la mañana.
Todo indica que Maly se desvaneció en el hotel, luego de haber festejado, junto con el resto del grupo, el cumpleaños número 40 de Ciliberto. 
En tanto, según informaron periodistas de Radio Centro Morteros, el elenco había llegado ayer a la pequeña localidad de de 14.000 habitantes, ubicada en el departamento cordobés de San Justo, casi en el límite con Santa Fe, y tenía previsto actuar anoche en la sala de la Sociedad Italiana, ante unos 200 espectadores.

Según recordaron allegados al elenco, hace quince días, en la ciudad santafesina de Rafaela, el actor había sufrido una descompensación que podría haber estado relacionada con la afección cardíaca que le produjo la muerte, por lo que había sido trasladado de urgencia a Buenos Aires, donde se le realizó un chequeo médico.
El actor, famoso por sus papeles de villano, había participado recientemente del estreno de la película "La Fuga" de Eduardo Mignona, donde interpretó a un escribano corrupto.
Maly poseía una extensa trayectoria actoral, a través de la cual alternó papeles en cine, televisión y teatro.

Fue participante y seguidor de la política y pudo vérselo en gran cantidad de actos del Frepaso, antes del quiebre de la Alianza. 
Estuvo en los palcos cuando Graciela Fernández Meijide fue elegida constituyente porteña y cuando le ganó al PJ en el 97. Pero el último acto político en el que estuvo fue, haca algo más de una semana, en el lanzamiento del movimiento Argentinos por una República de Iguales (ARI), que encabeza la radical disidente Elisa Carrió. 






Muerte de un gran
actor desocupado

Por José Pablo Feinmann

 Era el mes de enero de 1982 y Adolfo Aristarain empezaba a filmar Ultimos días de la víctima. Ahí conocí a Arturo Maly. Se filmaba en una locación al aire libre. Había un sol tenue y una brisa incesante. Se puede ver en la película. Arturo hace su escena con Elena Tasisto. Arturo era Külpe, el tipo al que sigue Mendizábal, que lo hacía Luppi. Corte. Arturo viene y me lo presentan. Lo conocía bien. De La parte del león y de Tiempo de revancha. Un actorazo. Después nos conocimos mejor. Nos hicimos amigos.

A Arturo Maly siempre le importó mucho este país. También sintió siempre que este país no le daba lo necesario. Que no lo alimentaba. Que no podía, con su trabajo, con su talento, ganar lo suficiente para vivir tranquilo. En 1987 se fue a Puerto Rico a hacer telenovelas. Recuerdo el comentario de alguien: “Perdemos un actor, eh”. En Puerto Rico volvimos a encontrarnos. Yo había ido por la filmación de Tango Bar. Cierta noche cenamos con Raúl Juliá, que le pregunta a Arturo por qué está en Puerto Rico. Arturo le dice: “Porque mi país no me alimenta”. Luego, volvió.

Había hecho –en la tele, en 1984, creo– una maravillosa interpretación del obsesivo coronel del cuento de Walsh “Esa mujer”. Estaba muy orgulloso de eso. En enero de este año –cenando con Patricio Contreras y Juan Cosín, como a menudo lo hacíamos–, se acordó de esa interpretación. “Miren”, dice, “las cosas que hacía yo en televisión: Walsh”. Y lo dice como diciendo vean lo que tengo que hacer ahora, desde hace diez años más o menos. “Pero no importa”, añadía, “Ahora la cosa es tener laburo”. Alguna vez volverá la calidad. Como sea, él la lograba siempre. Todos recuerdan sus villanos televisivos, la excelencia actoral que ponía en ellos. Era fantástico Arturo. En Hollywood hubiera sido Robert Duvall. O Ed Harris. Un segundo que siempre es primero. Una estrella que raramente encabeza un cast, pero es una estrella.

Eduardo Mignogna –el lunes pasado– me dijo: “En la función de ayer la gente se puso de pie y aplaudió cuando salió Arturo”. Lo querían. Era la primera de la noche de La fuga y lo aplauden dos veces a Maly: cuando sale su nombre en los créditos y cuando aparece. Se paran cuando aparece. No son muchos los que logran eso cuando se van de este mundo. Tanto lo querían. Era un villano y lo querían. 

A este asiduo villano lo asediaba el tema del Mal. Lo llevaba en su apellido. Si le sacan la “y” a Maly, queda solamente y nada menos que Mal, el tema que asediaba a Arturo. Sabía mucho de historia alemana. Conocía a fondo, padeciéndolos, los horrores del nazismo. Eran alemanas las raíces familiares de Arturo. Un día llega y cuenta: “Hace tiempo estudié los nombres de todos los campos de concentración del nazismo. Hay uno que se llama Maly. ¿Se puede saber eso y no ser un trágico?”. Siempre había algo de urgente, de inminente en Arturo. Como si lo corrieran. O como si escapara de algo. Era alegre, jodón, se reía mucho, comía y tomaba y contaba chistes, pero nunca parecía tranquilo del todo. 

Durante el último año y medio nada le salió bien. Arturo era del Frepaso, era muy amigo de Chacho, jugaban juntos al tenis. “Sos la farándula de Chacho”, solía decirle yo. Arturo (que luchaba por este país porque quería, alguna vez, vivir en él sin miedo) sufrió mucho por lo de Chacho. Sufrió por todo. Sufrió, paso a paso, el deterioro de un proyecto en el que había creído, o había deseado creer. “¿Te seguís viendo con Chacho?”, pregunto. “No, ya no. Casi nunca. Está deprimido. Qué sé yo qué le pasa”. Se ríe y dice: “Está como el país”. 

Desde hace un tiempo hacía una obra sobre desocupados: Sinvergüenzas. La de esa película inglesa, la de los tipos que se quedan sin laburo y hacen strip tease. Quedarse sin laburo no sólo era lo que le pasaba a su personaje, era el más grande miedo que Arturo tenía. Para entendernos: Arturo era un gran actor, pero no un santo. Acaso viviera más allá de sus posibilidades y eso lo angustiaba mucho. Podría haber reducido gastos.Vender el coche. Cambiar de casa. No sé, algo así. Pero confiaba en que siempre habría de surgir algo. Sobre todo en televisión, claro. Donde tan sólidamente se había instalado, donde sus villanos parecían insustituibles. Pero no. Su muerte es consecuencia de la realización de su pesadilla más tenaz: Arturo Maly murió como un desocupado. Murió de tristeza porque su país –una vez más, peor aún que cuando se fue a Puerto Rico– dejó de alimentarlo.

Me lo dijo exactamente el 12 de mayo. Lo llamé por teléfono para invitarlo al estreno de El amor y el espanto, que era el 14. Estaba en cama. Hablaba como ronco, con una voz muy apagada, con un desaliento irrestañable. “Sí, voy a ir”, me dijo. Y añadió: “Aquí, si no te ven, creen que estás enfermo y no te llaman más”. “Pará, no es para tanto”. “Oíme, querido”, dice, “¿Sabés qué me pasó hoy? Me echaron de la tira”. “No me jodas, no puede ser. Te darán algo nuevo”. “Sí, de mucamo que dice el almuerzo está servido”. Se detiene. Escucho, siento su respiración. “Quedate tranquilo. El lunes estoy ahí”. 

El lunes estaba. Estaba flaco, pálido y se cerraba el sobretodo sobre el pecho, sobre el cuello, como si tuviera frío. Fue la última vez que lo vi. No se cansaba de decirle a todo el mundo que estaba bien, que estaba sano, que no había tenido nada. Tenía 63 años. Un año atrás se había puesto unos pelos sobre la cabeza. Un injerto que se hizo en Brasil porque también sabía que ser pelado era un peligro, que podía perderlo todo por eso. Pero no lo perdió por eso. Zafó de la pelada, bastaron unos cuantos pelos que luego se peinaba como si fueran un tornado. Cuando se apareció por primera vez con el injerto, semejaba un pájaro loco, loco y temeroso. “Tranquilo, Arturo. De la pelada zafaste”. No zafó del corazón. Tuvo algo en enero, durante la gira de Sinvergüenzas. Le dijeron que no había sido nada. Que siguiera. Siguió. Y otra vez tuvo algo en mayo, en Rafaela. Otra vez le dijeron que no era nada. Otra vez le dijeron que siguiera, pero no pudo. “Me echaron de la tira”, me dijo el viernes 11 de mayo. Se murió dos semanas después, el 25, el día de la patria. Algunos diarios titularon: “Se murió un gran actor”. También podrían haber dicho: “Se murió un desocupado”. Y también: “Se murió de argentinitis”. Porque Arturo Maly se murió de eso. Lo mató el país.


Cine

  • Ciudad del sol (2001), como el coronel
  • La fuga, como Pedro Escofet
  • Campo de sangre (2001), como el juez de instrucción
  • Los Pintín al rescate (2000), la voz de Jorba Tarjat.
  • Cóndor Crux (2000), la voz de Phizar.
  • Operación Fangio (1999), como el embajador Quintana
  • El inquietante caso de José Blum (1998), como el Dr. Hamán
  • Corazón iluminado (1998).
  • El Hombre de la bolsa (Cortometraje, 1997) Como el comisario N. Pardini.
  • Momentos robados (1997).
  • Geisha (1996), como el comisario Arrieta
  • Carlos Monzón, el segundo juicio (1996), como Tonelli
  • Cuatro caras para Victoria (1992).
  • Alambrado (1991), como Harvey Logan
  • The Stranger (1987), como el padre
  • Memorias y olvidos (1987).
  • La clínica del Dr. Cureta (1987).
  • La cruz invertida (1985), como el coronel.
  • Tacos altos (1985), como el cliente.
  • Los días de junio (1985), como Jorge
  • El caso Matías (1985).
  • Contar hasta diez (1985), como Pedro Vallejos
  • Cuarteles de invierno (1984), como el teniente coronel Suárez
  • Noches sin lunas ni soles (1984), como Rubio Páez
  • Los hijos de Fierro (1984), como Cruz
  • No habrá más penas ni olvido (1983), como Toto
  • Últimos días de la víctima (1982), como Rodolfo Külpe
  • Tiempo de revancha (1981), como el Dr. García Brown
  • Las travesuras de Cepillo (1981).
  • La discoteca del amor (1980), como el Dr. J.B.
  • La playa del amor (1980), como el director de televisión
  • Este loco amor loco (1979).
  • La parte del león (1978), como Mario
  • La aventura explosiva (1977).
  • Los gauchos judíos (1975).
  • Gente en Buenos Aires (1974).
  • Repita con nosotros el siguiente ejercicio (mediometraje) (1973), como el empleado Arturo

Televisión

  • Amor latino (2000), como Leandro Villegas
  • Muñeca brava (1999), como Federico Di Carlo
  • El Signo (1997).
  • Laberinto (1997), como el inspector Pujadas
  • Como pan caliente (1996).
  • El último verano (1996).
  • Por siempre mujercitas (1995).
  • Nano (1994), como Noel Espada, el villano principal
  • Uno más uno (1993), como Osvaldo
  • Marie-Galante (1992).
  • Celeste (1991), como Bruno Rosetti, el villano principal
  • Atreverse (1990).
  • De carne somos (1989), como el mayordomo Pío
  • Ave de Paso (1988).
  • Me niego a perderte (1987).
  • La isla (1987), en el papel de Mario
  • Tiempo cumplido (1987).
  • Hombres de ley (1987).
  • Compromiso (1983).
  • Rosa de Lejos (1980), como Jose
  • Andrea Celeste (1980).
  • Hombres en pugna (1980).
  • Mañana puedo morir (1979).
  • Somos nosotros (1979), como Roberto
  • Profesión, ama de casa (1979), como Gerardo
  • Esta noche, como miedo (1970).

Teatro

  • 1972: El círculo de tiza caucasiano
  • 2000-2001: Sinvergüenzas


Fuentes:
es.wikipedia.org
1.rionegro.com.ar
www.pagina12.com.ar

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