Julio Diz

Nació en la ciudad de Lanús, Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio de 1956. Desde muy pequeño concurrió al cine, descubriendo a Walt Disney en el viejo Cine Monumental de la ciudad de Bernal. Ya de grande, Román Polanski y su film, “Cul de Sac” fueron los movilizadores hacia el cine de culto. En los años ’70, estudió cine en la EDAC, (Escuela de arte cinematográfico) de la ciudad de Avellaneda. En los ’80 cursó en CECINEMA, (Centro de estudios cinematográficos) dirigido por José Santiso, y asistió al Seminario Introducción al lenguaje cinematográfico, dictado por Simón Feldman. Incursionó en el Cine de Súper 8 y 16 MM. Asociado a UNCIPAR (Unión cineistas en paso reducido), fue cofundador del Biógrafo de la Alondra. Es editor de Woody y todo lo demás, Series de antología y el presente blog. Actualmente trabaja en su primer libro, “Los tiempos del cine”.

martes, 17 de julio de 2018

Masterclass con Jonas Mekas.



Clase magistral de la máxima leyenda del cine independiente


Masterclass Jonas Mekas





A través de una videoconferencia realizada desde el Anthology Film Archive en el marco del 9º Talents Buenos Aires, tuvimos la oportunidad de dialogar con el legendario Jonas Mekas, emblema máximo del cine independiente y de vanguardia. En una charla abierta moderada por Hernán Hevia, el querido Jonas, con su calidez y humor habitual, respondió preguntas del auditorio acerca de su cine, completamente inseparable de su propia vida. Es un orgullo para nuestra revista presentar este documento a modo de nueva entrega de las Masterclass Marienbad.

Deseaba pedirte si podrías comparar la presente generación con la generación de los tiempos del New American Cinema. ¿qué cosas sientes que han cambiado?

¡Todo cambió! Entre 1960 y 2010 tenemos medio siglo de diferencias. Absolutamente todo ha cambiado. No se puede ni siquiera comparar. Cada generación, cada década, difiere de la previa en muchísimos aspectos. Y estamos a cinco décadas de los '60, muchas cosas han cambiado, tanto en la vida como en el arte. Si las cosas no cambiasen, ¡serían muy aburridas! Un filósofo dijo alguna vez que las cosas que no cambian son maléficas.

Entonces también ha cambiado tu aproximación al cine.

Sí, ya no estoy utilizando mi cámara Bolex, ahora utilizo una cámara digital. La tecnología fílmica poco a poco está desapareciendo. Diferentes herramientas producen diferentes resultados. Lo que puedes hacer con una cámara fílmica no es lo mismo que puedes hacer con una cámara de video, son diferentes, tienen diferentes texturas. Hoy la tecnología digital te permite llevar una cámara en tu bolsillo, puedes registrar cualquier situación, donde sea. Casi todos, de una manera y otra, en este mismo momento tenemos con nosotros un dispositivo de grabación de imágenes en movimiento. Eso es un cambio drástico, en los '60 teníamos cámaras pesadas, como las Bolex, que hacían todo ese ruido. Era una situación muy diferente, necesitabas luces. Ahora es más fácil, es como escribir con un lápiz.

¿El proceso de edición también ha cambio para ti?

Diferentes herramientas producen resultados distintos, en absolutamente todos los aspectos. En la edición, en la captura de imágenes, en todo. A su vez, la realidad puede ser capturada desde ángulos nuevos que no podían ser registrados con la tecnología fílmica. Ahora, con la tecnología digital, otros aspectos de la realidad pueden ser registrados. Eso ha cambiado significativamente, es interesante observar cómo podemos indagar de manera más profunda en otros aspectos de la vida. Pero esto no termina acá, en dos o tres años todo será incluso más diferente.

Los cambios tecnológicos provienen porque la gente los demanda, los necesita. Pero por supuesto hay otros aspectos, políticos, comerciales. La razón por la cuál está desapareciendo el film es porque se puede hacer más dinero con la tecnología del video digital. La gente que hace negocios dejó de lado el fílmico para centrarse en el video, para ganar más dinero. Pero la existencia y los cambios que ha tenido el video no es producto de la gente de los negocios, sino que nosotros, los humanos, tuvimos esa necesidad, esa demanda. Cuando tienes una necesidad, algo surge para satisfacerla. Lo demandamos y viene, del agujero negro.

Deseaba consultarte también sobre tu mirada de la política de hoy.

La humanidad es horrible, el cine es inocente

La humanidad es... horrible. La humanidad es horrible, el cine es inocente. Todas las tecnologías, todas esas herramientas de registro de imágenes, son inocentes. ¡Pero la humanidad es horrible! ¡la humanidad no es inocente! En todos los continentes, todos los días hay cosas horribles sucediendo. Pero ya estaban sucediendo en el siglo anterior. Al comienzo de este siglo XXI, escribí algo así como un réquiem para el siglo XX en el que decía: «espero que no vuelvas, ni siquiera en mis sueños». Fue tremendamente horrible el siglo XX. Pero ahora estamos en el comienzo del siglo XXI y lo que está pasando es tan horrible como lo sucedido en el siglo anterior. Espero que el futuro nos encuentre en un mundo más honorable que el actual.

¿Dónde encuentras esos destellos de belleza que mencionas en tus films?

Destellos de belleza, es lo que tenemos. Es responsabilidad de todos, especialmente de aquellos que tenemos la suerte de trabajar con las imágenes en movimiento, el contribuir a que esos momentos de belleza que aún podemos encontrar aquí y allá no desaparezcan. Es nuestro deber mostrar esos momentos de belleza que la humanidad puede tener, para hacer felices a los demás. Todavía quedan personas y lugares que preservan esos destellos de belleza.

Tenemos el deber de hacernos preguntas. Siempre, incluso cuando comes. Lo que está en tu mesa ¿cómo se produce? ¿de dónde viene? Incluso lo que bebemos, lo que está sucediendo es que todo está siendo producido por grandes corporaciones comerciales. Ya no sabes ni lo que estás comiendo o bebiendo. Lo venden como alimento, pero si mirás la televisión observas que está lleno de esos comerciales de grandes compañías médicas, que primero te envenenan y luego tratan de venderte todo tipo de medicinas caras y falsas que supuestamente te curan. Las grandes corporaciones son uno de los males del hoy.

En contraste hay personas muy respetables, como quienes realizan medicina con hierbas, cuidan el cambio, aman sus flores. La ciudad no es la respuesta, creo que la respuesta es el campo y la agricultura, no la ciudad, donde todo el mundo está corriendo y está lleno de polución. En cambio el campo está ahí, vivo, nos dice “¡ven, ven!”. Las ciudades son otros de los males del hoy.

¿Te imaginas volviendo a vivir en el campo?

En este punto de mi vida soy más útil en la ciudad que en el campo. En el campo tan solo estaría sentado por ahí como una papa [risas]. Sería muy feliz, ¡pero completamente inútil! En cambio aquí siento que tengo una responsabilidad, la de ayudar a los otros con los medios que tengo. Todos deberíamos hacer eso.

En cambio los políticos tienen esas grandes reuniones donde dicen “esto es muy importante”. Pero luego viene un huracán y destruye todo. La naturaleza demuestra así cuán poderosa es, cuánto poder tiene. Dentro de 10 o 15 años, todo lo que dicen hoy los políticos no va a tener ningún sentido, porque no están ocupándose de los problemas centrales que hoy tiene la humanidad: el agua, la comida, el aire, la tierra. Todo está siendo envenenado. Pero sin embargo se habla de la “paz”. No hay paz real, sino tan solo conflicto, como en Palestina.

Mantengo mi solidaridad con los palestinos. Palestina debe ser independiente. Los políticos se llenan la boca de estupideces. “Nosotros podemos ser libres e independientes, ¿pero para qué los palestinos quieren ser libres e independientes?”. Es un total sinsentido.

¿Qué es la felicidad para ti?

No sé lo que es la felicidad. Simplemente soy feliz, necesito muy poco. No sé lo que la felicidad significa. Simplemente disfruto cada cosa que hago. Si no lo disfrutara, no lo haría.

La publicación que fundaste, Film Culture, fue una revista muy influyente, ¿cómo surgió?

Cuando mi hermano y yo decidimos crear Film Culture, no existía una revista así en Estados Unidos. Todos mis amigos deseaban debatir y polemizar sobre cine, pero no había una plataforma para eso. Así que decidimos crear ese espacio para discutir sobre cine, fue así de simple.

Deseaba preguntarte sobre qué opinas acerca de la formación de cine en escuelas y academias.

Yo no fui a escuelas o academias de cine, simplemente me dediqué al cine porque me encanta. Ninguno de mis amigos, tanto los que están vivos como los que están muertos, fueron a una escuela de cine y sin embargo están obsesionados con el cine.

Aprendes a hacer películas haciendo películas. Es la cámara y tú, entonces empiezas a descubrir lo que deseas hacer. Tienes que obsesionarte con el cine, con o sin la escuela de cine. Pero si vas a la escuela... ve a la escuela [risas masivas del auditorio].

¿Crees que el cine puede curar?

No lo sé... ¡no fui ni a la escuela de cine, ni a la escuela de medicina! [risas del auditorio]. Si tienes fiebre, no sé si el cine te va a curar. En ese caso es mejor ir al doctor (más risas). No sé si el cine de por sí puede curar. Es como un cuchillo: te puede herir o te puede servir para cortar el pan, depende de ti.

Deseaba preguntarte por qué no realizás películas de ficción.

¡Todas mis películas son de ficción! Un diario fílmico es una forma ficcional. Yo suelo ser el centro argumental, pero esa también es una forma habitual en la ficción contemporánea.

Un diario fílmico es una forma ficcional porque yo vivo las veinticuatro horas del día, pero filmo tan solo unos minutos, los cuales luego coloco juntos. ¿Se supone que eso es mi vida? No, no es mi vida, es una invención, una ficción. Todas mis películas son ficcionales, provienen de momentos reales de mi vida, pero están desarrolladas como una narración épica de mi vida y la de mis amigos, una forma moderna de ficción.

¿Qué es la ficción? Hay distintas formas. En un extremo podemos tener formas narrativas como el haiku japonés, mientras que en el otro podemos tener las formas épicas como las de Homero, el Ulises o Dante. También tienes formas como las de Las Mil y una noches o formas líricas. Lo mismo sucede con el cine, existen muchísimas ramas de ficción, uno puede elegir la que le parece más adecuada.

Deseaba preguntarte acerca de la retrospectiva que curaste en Argentina en 1965, en el Instituto Di Tella. Fue la primera dedicada al New American Cine que se realizó en nuestro país, fue muy importante.

No fui yo quien llevó las películas, sino mi amigo P. Adams Sitney. Seleccionamos juntos las películas pero él las llevó a Argentina, yo justo tenía unos compromisos en New York. Pero sí, fue muy importante, asistieron muchos realizadores argentinos a esas funciones.

En el prefacio de uno de tus libros, dices: “la distancia es el alma de la belleza”.

Puedes encontrar la belleza en todos lados [riéndose]. Es algo muy personal. Si vas a la galería de un museo, seguramente todos nos detendremos a observar distintas obras.

Deseaba preguntarte si te gusta trabajar con cineastas jóvenes.

¡Yo trabajo solo! Pero lo que muestro, lo que me gusta, ahí es diferente, tengo muchos amigos jóvenes. Si algo me gusta, deseo compartirlo con otros. Eso es lo que deseamos hacer desde el Anthology Film Archives o desde The Film Makers Cooperative, constantemente buscar esas propuestas nuevas que nos hacen felices.

¿Cómo eliges los títulos para tus películas?

No es gran cosa, mientras estás trabajando los títulos te surgen. Uno no sabe muy bien de dónde, pero te surgen. No es un proceso muy mental. Es algo intuitivo, improvisado, de intuición y azar. Es algo muy abierto.

¿Cómo es tu relación con el proceso de montaje de tus películas?

¡No es una relación! Tan solo pongo las cosas juntas [risas]. Gran parte del montaje de mis películas se realizó durante el rodaje. Editar es estructurar y estructurar es editar. En la música, el músico de jazz estructura su canción en el momento en que la toca, cuando la improvisa. La mayor parte de mis películas surgen de la improvisación de aquello que filmo. Reacciono a la realidad intuitivamente, en ese mismo instante, sin pensar demasiado. ¡No hay pensamiento en mi cine! [risas].

¿Y en tu poesía?

¡Lo mismo! Vivo sin plan [risas].

Deseaba preguntarte en cuáles directores contemporáneos encuentras belleza.

Encuentro belleza en cineastas como Harmony Korine o Jim Jarmusch. Pero hay muchos, en cada país hay cineastas destacados que no llegan al circuito comercial, pero que hacen películas muy personales, llenas de belleza.

¿Cómo recuerdas tu trabajo con Peter Kubelka?

Somos muy buenos y viejos amigos. Somos muy cercanos. Adoro sus films pero también es una muy buena persona.

¿Cómo es tu trabajo en el Anthology Film Archives?

Los films deben ser preservados. Justamente para poder mostrarlos es que debemos preservarlos, conseguir buenas copias. Esa preservación es fundamental para que las copias no se estropeen, no se rompan. Si quieres algo, tienes que preservarlo para que otros puedan verlo más adelante, dentro de años o en otros lugares. La preservación va de la mano del amor al cine.

Mostramos tres, cuatro o cinco programas cada día. O sea, mostramos mucho. Exhibimos clásicos y películas que nos gustan mucho, pero también films que previamente no habíamos podido ver de países muy distantes. En New York, hay muy pocos lugares donde puedas ver films de Asia, África o Sudamérica, especialmente de jóvenes nuevos cineastas.

Somos curiosos, por eso nos gusta ver películas de países distantes porque queremos ver cómo la gente se ve a sí misma en lugares donde uno no ha podido conocer. En los viejos tiempos, Marco Polo viajaba a China o algún lugar igual de distante. La gente siempre tuvo curiosidad por conocer lugares lejanos, describirlos. Traían todo tipo de cosas, desde perfumes hasta pimientas, pequeñas cosas que no tenían en sus hogares. Lo mismo nos sucede a nosotros con el Anthology Film Archives, tenemos curiosidad por saber lo que está sucediendo en el mundo, como en los viejos tiempos traemos material de África y Asia con ansiedad por verlo. No tienen necesariamente que ser obras maestras, todas las obras aportan algo. Incluso las películas malas tienen mucha información para brindarnos, que nos puede fascinar.

¿Cuáles son tus planes para el futuro?

No tengo ningún plan [risas]. Todos mis esfuerzos se dirigen a estar completamente abierto al futuro, no negarme al mismo. Si tuviese un plan, consistiría en evitar que el futuro llegue, pero el propio futuro lo desmantelaría. Por eso vivo sin plan alguno, confío plenamente en el futuro. Vivo en el presente, en el ahora. Lo que hago ahora es lo más importante. Por eso es que si hago algo equivocado en este momento, eso impactará, tendrá efectos en el futuro. Es decir, el futuro depende del ahora.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes?

Hagas lo que hagas, hacia la tierra, el agua, tus amigos, lo que sea, trata de ser lo más puro posible. Todos esos poetas, todos esos santos, todos esos científicos, han buscado que la humanidad sea más bella. Hay tantos destellos de belleza que harían a la humanidad más hermosa. No podemos traicionar eso.



Registro, traducción, edición y foto: Sebastián Santillán



Fuente: www.marienbad.com.ar

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