El 28 de junio se cumplirán diez años de la muerte de Fabián Bielinsky, y esta edición del Bafici lo está homenajeando como se merece. Por un lado, tan previsible como necesario, exhibe sus películas, en 35 milímetros y con algún condimento extra (el viernes pasado Gastón Pauls y Sebastián de Caro presentaron Nueve Reinas en el Gaumont, mañana a la noche Gabriel Medina y otra vez De Caro harán lo mismo con El Aura). Por otro, con la edición de un libro titulado El fulgor, que compila diversos artículos y entrevistas (uno de mi autoría) sobre su obra y que fue presentado el jueves pasado con una charla abierta al público.
El homenaje tiene una tercera pata que, por sus características, quizá sea la más interesante durante los pocos días que le quedan al festival. Las películas podrán verse en otro momento (y seguramente volverán a proyectarse en una sala de cine), el libro puede comprarse ahora y leerse más adelante, pero la exhibición que se montó en una de las salas del Centro Cultural Recoleta es de visita imprescindible.
Denominada simplemente "Bielinsky", permite recorrer su vida en una serie de bellas fotos, que van desde sus primeros pasos con una cámara en la mano hasta el backstage de El aura, pasando por su extensa trayectoria como asistente de dirección. Se muestran además algunas de sus pertenencias vinculadas al cine, como libros, figuritas o recortes de diarios y revistas. Y hay, también, algunos objetos que más que simples piezas de utilería ya forman parte de la memoria cinematográfica argentina, como la caja de habanos "Nueve reinas" que aparece en la película o la mismísima plancha de estampillas.
Pero lo que hace extraordinaria la muestra es una serie de apuntes, recortes y papeles, hasta ahora nunca exhibidos al gran público, que permiten espiar el modo en que Bielinsky trabajaba sus ideas. Se sabe que el título original de Nueve reinas era "Farsantes", y que decidió cambiarlo por uno que diera menos pistas sobre la historia. En el Recoleta se puede ver la lista de posibles títulos que el director discutió con algunos de sus colaboradores. Esos papeles, impresos en una computadora y con algunos apuntes a mano, permiten descubrir mucho más que un brainstorming. Mirados con atención revelan la obsesión de Bielinsky por los detalles, la búsqueda de una o más palabras que no sólo le den nombre a una película sino que además digan algo sobre la trama pero a la vez no la deschaven. Se convierten así en una clase involuntaria acerca de cómo titular una película.
Algo parecido ocurre con los apuntes acerca de los distintos tipos de robos y estafas, tomados de recortes de diarios o de otras películas de con-artist como El golpe o Ambiciones prohibidas. Más que recopilar casos, lo que hizo Bielinsky fue una investigación para llegar al corazón conceptual de cada truco y, así, poder adaptarlo a la trama de su película. Lo mismo con la posible personalidad de los personajes: los desgrana en un punteo en el que, más que describirlos, los va perfilando.
Lo que se exhibe en la muestra se complementa con uno de los capítulos del libro, denominado "Espiando a Fabián". Allí se presentan otra serie de apuntes inéditos sobre el proceso creativo de ambas películas. Es especialmente jugoso lo relacionado con El aura. Se puede leer el tratamiento de un guión que nunca llegó a filmarse, llamado "El hombre inmóvil", que remite invariablemente al cuento El sur, de Borges, y en el que puede hallarse el germen de su última película. Y también se puede espiar un fragmento del guión que tiene un comienzo distinto -y quizá más explícito- al que finalmente quedó en el film, entre otros valiosos detalles.
Homenaje a Fabián Bielinsky en el Bafici
En junio se cumplirán 10 años de la muerte de Fabián Bielinsky, un director que a pesar de lo breve de su obra (apenas dos películas y un par de cortos) dejó una marca indeleble en el cine nacional. Nueve Reinas (2000) fue una especie de ovni que llegó desde donde menos se la esperaba, sacudió a la crítica y el público y logró instalarse en la memoria de los espectadores como muy pocas películas. Y cinco años después presentó El Aura (2005), una obra maestra que se ubica entre las más grandes realizaciones de nuestro cine.
La nueva edición del Bafici, que arranca este miércoles, le rendirá un merecido homenaje a Bielinsky. El festival exhibirá sus dos largometrajes en copias en 35 milímetros y su corto La Espera (1983) -el otro, El péndulo (1980), realizado durante su etapa de estudiante, se puede ver en YouTube-, y le dedicará una exhibición con storyboards, fotos y entrevistas, entre otros materiales.
Además se editará un libro titulado El fulgor - Ideas sobre Fabián Bielinsky, que incluye textos de Javier Porta Fouz -nuevo director del festival-, Sergio Wolf, Sebastián de Caro y uno mío, una extensa entrevista con Ricardo Darín y una buena cantidad de material inédito, tomado del archivo personal del director, que permite acercarse a su proceso creativo.
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