¡Vivan las Antípodas! abre el Festival
Una impresionante mirada al mundo que nos rodea
¡Vivan las Antípodas!, de Victor Kossakovsky, puntapié inicial del 26º Festival

Puede ser que ¡Vivan las Antípodas! comience desde la distancia. De un punto a otro, un mundo. Literalmente. Puede ser que la nueva película de Victor Kossakovsky nazca desde la idea central de los contrarios. Sólo puede ser. Porque desde allí, desde la comprensión de las divergencias, crece un relato que remarca, con una gran potencia visual, el factor único que enlaza a todos esos puntos geográficos: la humanidad.
Y en ese relato poético que se despliega en la pantalla, cincelado hasta el detalle, se descubre al hombre como un gran y pequeño protagonista, en esa relación eterna con la naturaleza, con su majestuosidad, con su implacable fuerza. Desde cuatro pares de puntos equidistantes, Kossakovsky se zambulle en los pequeños sucesos del mundo, los de todos los días, jugando continuamente con los opuestos para acercarlos: la frenética velocidad de la ciudad con la contemplación del campo, el derrotero de la luna y el sol, marcando la noche cuando despunta el día en el otro lado del planeta, y la incesante conexión entre la vida y la muerte.
¡Vivan las Antípodas! juega con la Tierra, con la potencia poética de sus escenarios, con su belleza y sus misterios. Con cada plano, con sus manejos de cámara, travellings y fundidos logra mostrar un mundo que presumíamos, pero que finalmente descubrimos incógnito. Y nos hace mirarlo, como si fuese la primera vez, con inocencia y con sorpresa.
Con una banda sonora que orquesta magistralmente cada toma y cada clima, ¡Vivan las Antípodas! es una invitación a los sentidos, a redescubrir el lirismo latente del otro lado de nuestra realidad, en nuestro propio lugar, en la naturaleza y en el hombre.
Fuente: FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA 2011
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