domingo, 8 de mayo de 2011

Vivencias del 25 Festival de Mar del Plata.

Lucas Blanco, presenta Amor en tránsito en la Competencia Latinoamericana.


¿Podés presentarte?

Lucas Blanco es ya un muchacho no tan joven de ya 34 años, que fue criado en la ciudad de Avellaneda, que empezó a estudiar cine apenas salido del secundario, que trabajó posiblemente de todos los puestos que hacen posible que se haga una película, que se dedicó mayormente al montaje. Y que después de haber participado como estudiante del Festival de Mar del Plata en varias ocasiones, está feliz de poder este año presentar en el Festival su primera película.


Perfil de autor: Lucas Blanco

¿Cuáles son las características particulares de tu filmografía?

Amor en tránsito es mi primer largometraje, por lo tanto hablar de “características” en mi filmografía lo siento (como mínimo) algo presumido. Si podría decir que tanto en mi película como en los cortos que hice, las posibilidades que da el cine de “jugar” con los tiempos siempre me resultó interesante. Y que Amor en tránsito, creo, es un poco la conclusión de lo que había empezado a trabajar en los cortos, al vincular historias de amor con juegos temporales.

¿Cómo fue tu acercamiento al cine?

En verdad, empezar a estudiar y pensar el cine como algo a lo que me “iba a dedicar”, fue un poco traumático. El cine me gustaba, interesaba y emocionaba de chico. Pero como no venía de una familia “de artistas”, me resultaba muy difícil aceptarlo como mi profesión. Pero gracias a “mi obstinada personalidad”, y el apoyo de mi familia y amigos, empecé a estudiar, hacer cortos y trabajar en el medio. Y así fui adquiriendo los conocimientos y las ganas de hacer mi película.


¿Qué significa el cine para vos?

El cine es para mi, desde hace ya un tiempo, a lo que me dedico. Y por lo tanto el canal para poder plasmar mis ideas y sentimientos. Y, por supuesto, creo, el más hermoso e inspirador acto colectivo que se puede vivenciar.

¿Cómo fue tu aproximación al tema de tu película en Competencia?

A principios de 2002 (y a partir de la crisis) amigos, amores y familias se iban a vivir fuera del país. Buscando saber qué es lo que yo iba a hacer, empecé a escribir Amor en tránsito. Con el tiempo, y ya junto al co-guionísta y amigo Roberto Montini, nos dimos cuenta de que la película que quería hacer no tenía que ver tanto con la crisis de nuestro país, sino más bien con los problemas que trae enamorarse. Y así fue como, mientras fuimos saliendo de aquella crisis, se hizo este Amor en tránsito. Y así, felizmente también, nunca me fui.

¿Cuáles fueron los desafíos al momento de dirigir el largometraje?

El principal desafío, que supongo es común a todos los que dirigen por primera vez una película, es confirmarse a uno mismo que puede hacerlo. Y en relación a Amor en tránsito, en particular en lo actoral, era lograr personajes queribles con los que el espectador pudiera sentirse cercano e identificado. Fue así que con los cuatro actores protagónicos, ensayamos varios meses antes de filmar. Y, en relación a la trama y la estética de la película, lograr que la historia se contara de forma clara y atractiva a partir del pequeño presupuesto del que disponíamos, utilizando a favor las limitaciones de las que disponíamos.



Encuentros y desencuentros son los ejes primarios de tu película. ¿Cuál es la idea detrás de estas casualidades y causalidades?

La búsqueda en la película es claramente la de mezclar encuentros y desencuentros. Y para esto, trabajamos una estructura circular con una idea particular para “los encuentros” y otra para “los desencuentros”. Para los encuentros, por ejemplo, me interesaba trabajar ese tiempo “de tránsito” que pasa entre que dos personas se conocen hasta que se enamoran.Y para los desencuentros, las características positivas que también pueden traer aparejadas. Y que se define un poco en el subtitulo de la película. Esto de que “lo que está pasando... es lo que está por venir”. A partir de esto, es que la película hace que las casualidades sean a la vez causalidades. Y viceversa.


¿Cómo trabajaste la estructura del guión teniendo en cuenta que se trata de una historia coral?

En principio empecé a trabajar una de las historias. Y luego, con Roberto Montini, empezamos a delinear la otra historia para que se vincule a la trama en función a lo que queríamos contar. Las historias corales obligan a que el libro tenga un trabajo muy preciso de equilibrio narrativo, porque sino una historia puede sacarle protagonismo a la otra. Y sumándole a esto que, en Amor en tránsito, cada una de estas historias transcurre en tiempos distintos. Por lo tanto este “juego temporal” debía ser trabajado para que no se devele hasta la resolución. Por lo tanto el trabajo de estructura, fue como el armado de un rompecabezas. Cada ficha debía encastrar de forma que el equilibrio de la trama tuviera sentido en la resolución.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Tengo dos proyectos de largometraje. Uno ya en vías de producción que se titula Séptimo Perón y que es una comedia sobre el Peronismo en la década del setenta. Y otro aún en desarrollo de guión, que se titula ¿Dónde estaba Dios cuando te fuiste? y que es una comedia dramática más en tono con Amor en tránsito. Aparte de esto, estamos junto a Roberto Montini y Pensa&Rocca por producir una sitcom titulada Justo al lado.



Fuentes: Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2010

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