
No sé si estáis al
tanto, pero Pixar está en San Francisco; California, Estados Unidos. Eso
queda algo lejos de España. Ya os conté que Blogdecine me envió también a
Londres a cubrir el preestreno mundial de ‘Cuento de navidad’, así que, en
total, fue una paliza. El domingo 1 de noviembre salí de España y tras la
estancia en Inglaterra llegué a San Francisco el jueves 5 por la noche, tras
más de diez horas de vuelo desde Alemania. Si no habéis volado nunca tan lejos,
os diré que la experiencia no es muy agradable. Estás horas y horas sentado, y
no hay espacio; eres un pollo de granja al que han castigado por mal
comportamiento, y te han encerrado en la caja más claustrofóbica que existe.
Más o menos. Por suerte, durante el vuelo pude ver varias interesantes
películas que todavía no se han estrenado en nuestro país, entre ellas la
preciosa ‘The Time Traveler´s Wife’.
Al igual que cuando
estuve en Londres, la “peña española” me ayudó mucho y contribuyó a que la
estancia en suelo norteamericano resultara más amena e interesante (un
afectuoso saludo desde aquí a Francisco José de Abc, Laura de La Razón, Ruth y
Alberto de Tele 5 y Jose de El periódico de Sevilla). Os contaría mil cosas del
viaje, de la llegada a Estados Unidos (en el aeropuerto, un agente me llegó a
preguntar cuál era mi película favorita), del impresionante Hotel o de lo poco
que vi de San Francisco (¡las calles son una locura, es como una montaña
rusa!), pero de experiencias anteriores sé que esto no os interesa demasiado, y
que lo que queréis leer, en este caso, es el paseo por los estudios Pixar,
¿cierto? Pues vamos a ello.
Llegamos a “Pixar
Animation Studios” a las nueve y cuarto de la mañana; nos recogen en el
Hotel (situado en Emeryville). El letrero, un jardincito, y la lámpara y la
pelota, la imagen de la compañía, frente a la puerta. Nos invitan a pasar y
empieza a notarse quién es fan de Pixar y quién está allí sólo por
trabajo/hacer un viaje gratis. A algunos nos empieza a inundar el espíritu de
Tom Cruise, pero no queremos dejar mal al país ni a nuestros respectivos
medios, así que nos controlamos, abandonamos sofisticados planes para robar
piezas de coleccionismo y recuperamos la profesionalidad. Acto seguido nos
piden que nos pongamos en el pecho una pegatina que dice “Visitante: ¡un
extraño del espacio exterior!“. Empezamos a hacer algunas fotos, pero
enseguida vino un clon de “Boomer” y nos dijo, con tono amistosamente severo,
que no podíamos hacer eso. Son muy celosos allí con lo que es suyo.
Nos invitan a
desayunar. Evidentemente, hay de todo. Como somos españoles y es gratis, y no
nos dejan sacar fotos, nos transformamos en los últimos desesperados
supervivientes de la raza humana. Tras una gran comilona (había un pastel de
almendra increíble), empieza el curro. Toca la visita guiada por el lugar,
por las entrañas de los Pixar Studios… o eso pensábamos. En realidad, lo que
nos enseñaron se alejaba mucho de lo que habíamos imaginado. Fue como una
excursión escolar, en la que vimos un montón de dibujos y figuras (casi todo
sobre ‘Up’, que era la película que nos había llevado allí), pero nada del
proceso de trabajo, de animación de una de sus películas. En ese sentido, fue
muy decepcionante. Lo más que vimos sobre eso fue, caminando de una esquina a
otra, algunos despachos con la puerta entreabierta, y en su interior lo más
parecido al lugar de trabajo de un adinerado friki-fan de Pixar (en serio,
muñecos de las películas por todas partes).
Así que la chica
encargada del tour nos explicó un montón de cosas y nos aseguró que nos pasaría
todas las fotos que quisiéramos; aunque luego no ha sido así, pedí expresamente
(e insistí varias veces) una imagen de la “Story Corner”, para poder
enseñárosla, pero no ha habido manera. Fue lo que más me gustó de lo que
pudimos ver. Es, como su propio nombre indica, una esquina dedicada a las
historias, a la importancia que tienen en sus películas. En las paredes
había, entre otras cosas, un pequeño cómic sobre John Lasseter y el proceso de
las ideas en Pixar (era algo irónico, pero no pude terminar de leerlo), la
primera y la última versión del guión de ‘Buscando a Nemo’ (para expresar lo
mucho que se preocupan por el guión, ya que desde el primer borrador al libreto
definitivo se habían llevado cinco años trabajando) y un centenar de fotogramas
de una escena de la película, dibujados primero a mano y luego animados por
ordenador (para ver los detalles y el trabajo que hay detrás de la mayor bobada
que os podáis imaginar).
Tras el tour, llegó
el turno de las primeras entrevistas sobre ‘Up’. Tuvimos la suerte de
poder hablar, primero, con el director Pete Docter y el productor Jonas
Rivera, y luego, con el co-director Bob Peterson; unos quince
minutos cada charla, no estuvo mal. Eran las doce, hora del almuerzo. De nuevo,
un montón de cosas para elegir (ensalada, pollo, pasta, etc.). A la una, con la
panza llena y ganas de una buena y reconfortante siesta, nos llevaron a una de
las salas de cine que tienen allí, donde al parecer proyectan gratuitamente todo
tipo de películas a sus empleados, ya seas director, animador o camarero; por
cierto, es para dejar el currículum, en serio, cualquier trabajador puede ir a
la Universidad Pixar y asistir a talleres gratuitos.
Nos proyectaron ‘La
misión especial de Dug’, el nuevo corto de la factoría que sólo podréis
encontrar en el DVD o el Blu-Ray de ‘Up’. El director es un tal Ronnie del
Carmen, y él mismo entró en la sala a presentarnos brevemente su trabajo.
Muy sonriente, nos explicó que la idea nació cuando pensó en qué hacía Dug
cuando lo encuentran los protagonistas, qué era esa misión especial en la que
tanto insiste pero que no se explica en la película. El corto, con todos los
respetos, es una chorrada. Bueno, matizo, es una divertida chorrada. Es el
perro y sus tres malvados compañeros dándose golpes y corriendo de un lado para
otro. Pero bueno, menos da una piedra, menos da Dreamworks. Tras el visionado
tuvimos otro ratillo para entrevistar a Del Carmen, al que la verdad es que no
le preguntamos gran cosa, y a Enrique Vila, uno de los animadores
españoles que trabajan en la compañía.
Ahí se acabó todo.
Los currantes de Tele 5 se quedaron a grabar una entradilla y ver la
heladería/cafetería que sale al final de la película, que dicen que es la
favorita de Lasseter y Docter; nos contaron que estaba muy bien y que los
norteamericanos están obesos por una clara razón: que cualquier ración
individual mínima está hecha para un elefante. El resto nos metimos en un coche
pagado por la Disney que nos llevó al Hotel y luego a San Francisco, a dar una
vuelta y gastar unos dólares en un par de tiendas (Pixar tiene una, por cierto,
aunque bastante pequeña). Sin más que contar por ahora, os dejo con las
fotos más interesantes del tour, porque realmente poco más puedo añadir,
mejor que veáis vosotros una muestra. .
Galería de fotos
Fuente: Blog de Cine
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