domingo, 10 de agosto de 2008

Animacine: Bill Plympton, los extremos del absurdo.




por Fernando Martín Peña

Dos hombres impasibles a derecha e izquierda. Uno de ellos siembra un arbusto de crecimiento rápido en la cabeza del otro, saca una cortadora de pasto y le rebana limpiamente el cráneo. La víctima se repone y, tras unos segundos de calma, toma una fosa nasal de su oponente, la estira hasta poder insertarle un cañón, y luego dispara. Breve tregua. El adversario saca una cara nueva del bolsillo interior de su saco y la ajusta al orificio dejado por la bala del cañón. Se trata de uno de los segmentos más exitosos de "The Tune", largometraje de animación independiente concebido y realizado por el dibujante norteamericano Bill Plympton.

Devoto del dibujo animado, a los 14 años envió dibujos a la Disney con la esperanza de ser empleado como animador. Le dijeron que era muy joven. Con cierta formación como diseñador gráfico, a los 22 años se trasladó a Nueva York e ingresó a la School of Visual Arts, tras lo cual inició una prolífica carrera como dibujante. En 1985 realizó un primer trabajo profesional de animación con "Boomtown", ilustrando una canción interpretada por las Android Sisters, con letra del amargo humorista Jules Feiffer. Desde entonces ha realizado otros cortometrajes (todos premiados internacionalmente), numerosos comerciales para TV y algún vídeo musical.

Parece poco tiempo, pero le ha alcanzado para definir un estilo gráfico, un manejo de los tiempos y un sentido del absurdo que son perfectamente reconocibles desde "Your Face" (Tu cara, 1987) en el que un individuo de frente a la cámara interpreta un tema romántico mientras experimenta extrañas mutaciones. En animación es habitual que los personajes sufran transformaciones grotescas ante distintos impactos, pero en el cine de Plympton la posibilidad de la alteración física es un estado natural de sus personajes, que de todas maneras siempre conservan la calma. En "One of those days", (Uno de esos días, 1988) un señor sufre sucesivas desgracias cómicas: se le caen las tostadas en la alfombra, lo muerde un perro, se electrocuta con una licuadora, un vecino lo boxea, explota la casa por una pérdida de gas y una aplanadora le pasa por encima. El protagonista jamás protesta y finalmente se va a dormir, con diversos rastros de cada situación en su anatomía. Lo que distingue al corto es que toda la acción está concebida en un equivalente animado de la cámara subjetiva, y así el público asiste a lo increíble sucesión de padecimientos desde el punto de vista del personaje. "How to kiss", (Cómo besar, 1989) y "25 ways to quit smoking", (25 modos para dejar de fumar, 1989) son cortos episódicos con variantes grotescas sobre un mismo tema, y los "Plymptoons", 1990, son una sucesión de chistes breves, inconexos pero fascinantes. No parece haber límite alguno para el humor de Plympton y su enorme eficacia radica en la consiguiente imposibilidad de prever efectos partiendo de una base convencional. Uno de los 25 modos para dejar de fumar consiste en "Solicitar que un amigo lo ayude" y de inmediato vemos al potencial fumador que, cuando intenta encender su cigarrillo, es aplastado por un enorme luchador de sumo que cae desde los cielos con un alarido. En los "Plymptoons" una señora, de compras en un shopping, sube por una escalera mecánica pero cuando llega al extremo es lanzada hacia abajo por una inmensa montaña rusa. En "The Tune", que es una comedia musical con la historia de un pianista en busca de una canción exitosa, abunda el uso de la enumeración delirante, de la sucesión demencial de mutaciones imprevisibles.





Plympton, que personalmente parece uno de los Beach Boys, es consciente de su inclinación por este recurso:

-Ah, sí. Las situaciones deben crecer y volverse más violentas, más irreales, que me parece un término mejor. La base es clásica. Charlie Chaplin lo ha hecho...

-No tan salvajemente...

-No, no tanto. Es verdad (se ríe), La escena de los tipos que se pelean (1) es una rutina muy antigua de Laurel & Hardy: toman un pastel, aplastarlo en la cara del otro, aguardar, y entonces tomar un huevo y rompérselo en la cabeza... es la misma cosa. Sólo quise tomar a Laurel & Hardy y volverlo más violento, más surrealista, y ver hasta dónde podía llegar. Me encantan las películas cómicas mudas. Creo que Buster Keaton, por ejemplo, es realmente grandioso.

Supongo que la inspiración para el tipo de cosa que hago proviene principalmente del hecho de vivir en Nueva York, un lugar surreal, muy loco. Pero también me gustan mucho los dibujos de la Warner, me gusta Tex Avery, me gustan los dibujos extraños y delirantes. Pero creo que la mayor parte surge de la misma Nueva York.

-Hay quien encuentra su estilo gráfico vinculado al del caricaturista David Levine.

-Sí, desde luego ¿Ustedes lo conocen?. Es muy amigo mío y dice que le gusta mucho mi trabajo. Lo cual para mí es formidable porque él es un genia, es grandioso. Disney le ofreció un trabajo cuanto tenía unos dieciséis años, pero él vivía en Nueva York y no podía trasladarse a Los Angeles.

-¿Cómo se financió "The Tune"?

-En gran parte realizando por adelantado algunos fragmentos, como "The Wiseone" (un místico que dice increíbles tonterías mientras sus facciones se transforman) y "Push comes to shove" (los dos individuos que se pegan). Luego los vendí a la MTV y los hice circular en algunos festivales. "Push comes to shove" ganó un premio del jurado de Cannes. Yo realicé todos los dibujos en "The Tune". Fueron 30.000 dibujos y sólo tuve ayudantes para el coloreado y el corte de los acetatos. Hice esto porque se trataba de mis personajes y en mi cabeza sabía exactamente el aspecto que yo deseaba para el film. Por eso no quise que nadie más realizara los dibujos. ¡Pero no lo voy a hacer nunca más!

-Usted emplea un estilo muy econòmico para animar. Eso debe haber ayudado.

-Sí, es verdad. Es una línea de animación muy... eh... creo que la palabra es "cruda". Limitada, aunque no en el sentido clásico del término (2). No como las series infantiles de TV. Creo que funciona. Me parece que la dureza de los trazos produce la impresión de una animación más fluida de lo que en realidad es. Hay una vibración, un temblor deliberado en las figuras, que también ayuda. El procedimiento es sencillo: yo hago los dibujos, luego chequeamos las pruebas de animación a lápiz y si están bien las fotocopiamos y los ayudantes colorean las figuras con acuarelas. Después las cortamos con cuchillas de precisión y yo, con lápices de colores, repaso los ojos, la boca, las mejillas, el sonrosado de las mejillas y el temblor.-¿Qué sigue a "The Tune"?

-Hice "J.Lyle", un largometraje con actores pero sobre las mismas bases cómicas, que pienso distribuir en 1994. Ahora estoy trabajando en otro largometraje de animación, más realista, con dibujantes contratados y un acabado más profesional. "The Tune" costó unos 175.000 dólares y este proyecto nuevo rondará el millón. "The Tune" salió tan barata porque yo trabajé gratis, y cubrí los roles de animador, guionista, productor y director, que son los que habitualmente elevan los costos. Los cortometrajes son todavía más baratos y mucho más redituables: "Your face" costó unos 3.000 dólares y recaudó mucho más. "25 ways to quit smoking" está en todas las escuelas, las bibliotecas, y hasta las fábricas: la compran para mostrársela a sus empleados como una forma graciosa para dejar de fumar. Ese corto me costó 5.000 dólares y ha hecho miles y miles.





"The Tune
" tuvo algunas críticas negativas en Estados Unidos, posiblemente a causa de su estructura episódica y porque Plympton rechazó la idea de ordenar esos episodios según un esquema narrativo convencional. Como objeción es un argumento bastante relativo, porque aunque "The Tune" no crece hacia un solo clímax, tampoco decae, especialmente si el espectador se engancha con la particular inventiva de Plympton.

-Con "The Tune" hice algunas proyecciones de prueba en Los Angeles. Hay una escena en que la chica canta una canción sobre su familia, y yo la había hecho en serio, verdaderamente triste, y a nadie le gustó. Por eso agregué seudofotografías de un grupo familiar que siempre posa para la cámara de la misma forma, en los escenarios más diversos: desde el jardín de la casa hasta la luna, pasando por una tabla de surf y otros elementos.

-¿De dónde sacó la abundante música para "The Tune"?

-Fue escrita por Maureen McElheron, que también cantó algunas canciones e hizo la voz de la protagonista. Yo tocaba en su banda de country & western en los setenta -lo mío era la guitarra- y frecuentemente tocábamos en clubes de Nueva York. Ahí descubrí que componía canciones grandiosas. Le dije entonces que me gustaría hacer una película usando su música. Después empecé a realizar cortometrajes y el primero que terminamos juntos fue "Your face", sobre un tema escrito y cantado por ella. Llegó a ser un film muy popular, recibió una nominación al Oscar, estuvo en Cannes... y hacia 1989 compilé todos mis cortos en un videocassette y me di cuenta de que había cerca de una hora. Casi como un largometraje. De manera que llamé de inmediato a Maureen y le propuse hacer un musical animado, como "Submarino amarillo", pero con música norteamericana: blues, rockabily, country & western, country blues... ese tipo de música con el que crecimos Maureen y yo. Fue maravilloso trabajar con ella. Son todos temas originales, y los hace con gran facilidad. Yo sólo tenía que decirle el tipo de canción que quería para cada secuencia y ella lo escribía. Trabajamos juntos cada tema, pusimos la mayor cantidad de música divertida que pudimos y nunca la pasé mejor en mi vida. Comencé hacia 1990, desde las ocho de la mañana hasta el mediodía, con pausas sólo para comer, con los audífonos puestos, escuchando los temas y dibujando. Hacia 1992 "The Tune" estuvo terminada y entonces la llevé al Festival Sundance de cine independiente. Y en un principio no supieron muy bien qué hacer con ella porque el cine de animación independiente es una cosa completamente nueva. Finalmente nos decidimos por la distribuidora October Films y la película se vio en unas cien salas de todo el país.-Curiosamente, "The Tune" incluye también un tango.

-El tango, desde luego, es el único tema que no tiene raíz norteamericana. Lo puse porque me encanta el tango, su romanticismo, su sensualidad. Y porque quería hacer un chiste con ello. Quería tomar esa sensualidad y exagerarla. La escena está rotoscopiada, es decir, filmada primero con actores y luego dibujada sobre sus movimientos, pero con deformaciones deliberadas que rompan la dureza del rotoscopio. Fue una de las primeras secuencias que hicimos. A propósito, el bandoneonista era argentino. Un hombre mayor, que no hablaba inglés. No recuerdo su nombre. Entonces interpretaba tangos en Nueva York (3).

Plympton es un independiente en el más amplio de los sentidos. No sólo porque su material se distribuye en los circuitos alternativos, sino porque personalmente ha querido ocuparse de su difusión. La popularidad de su material le hubiera permitido editarlo en vídeo a través de algún sello importante, pero se ha negado a esa posibilidad y el video que contiene sus cortos es una edición propia, que vende él mismo. En los festivales a los que es invitado epiloga en forma personal cada exhibición de sus trabajos, apareciendo sorpresivamente ante el público dispuesto a responder toda clase de preguntas. Este empuje lo ha llevado además a explorar otras formas del merchandising, como vender un CD con las canciones de Maureen McElheron para "The Tune".

-Desde hace unos años el cine independiente va ganando posiciones en Estados Unidos y hoy es una alternativa muy concreta. Con su producción, ¿se considera parte de ese movimiento?

-Sí, absolutamente. Yo comencé haciendo chistes y caricaturas para revistas como Penthouse, National Lampoon y Rolling Stone, y nunca me sentí como para hacer una película, porque todas las cosas de animación que yo veía salían de Hollywood, de Walt Disney. Pero entonces comenzaron a aparecer todas estas películas independientes de Spike Lee, de Jim Jarmusch, de Susan Seidelman. Y me dije entonces que si ellos podían, yo podría hacer lo mismo pero en animación. Efectivamente, en Estados Unidos es un campo que está creciendo mucho. Hay muchas salas pequeñas -salas "de arte", las llaman- que exhiben películas independiente. Nada de cadenas como Cineplex. Aunque ahora Cineplex ha comenzado también a exhibir películas independientes, lo que es un muy buen signo. La gente quiere algo diferente, no

Annecy, junio de 1993

Notas

(1) Aunque integra el largometraje "The Tune", este segmento fué distribuido en forma unitaria con él titulo "Push comes to shove".

(2) Plympton hace la salvedad porque habitualmente se denomina "limitada" la animación que se realiza en serie para la TV, con un ejemplo paradigmático en el caso de Hannah & Barbera.

(3) Es posible que se haya tratado de alguno de los músicos que viajaron a esa ciudad para acompañar el exitoso espectáculo Tango Argentino.





ESPIRITU INDEPENDIENTE

Por Claudio D. Minghetti

Bill Plympton es todo un personaje del más genuino cine independiente norteamericano. Ejerce la animación de autor hace mas de dos décadas.

Sus obras parecen dibujadas con lápiz y crayón, y tienen influencias del cine mudo, de la misma forma que éste influyó en los memorables ejemplos de surrealismo con la firma de Tex Avery (el de los lobos a los que se les caía la mandíbula al ver a chicas de medidas generosas y gestos provocativos).

Hijo del baby boom de la posguerra, nació en Oregon em 1946, y apenas empezó el bachillerato envió sus dibujos a Walt Disney, esperando en que el autor del ratón Mickey lo convocaría. Pero no. Le respondieron que era demasiado joven para la tarea.

Plympton tiene mucho de la estética de la década del '60, del pop warholiano y mucha, muchísima imaginación. En sus obras se materializan viñetas de historietas imposibles, que no recurren a ningún otro texto más que al que subyace bajo las ideas, la mayoría de las veces descabelladas. Plympton desafía a cualquier espectador convencido de que en materia de animación ya se había visto todo. Y es el principio.

De narices y mutaciones

En 1985, Plympton debutó profesionalmente con el corto "Boomtown", de acuerdo con una canción del corrosivo humorista Jules Feiffer (cuyas historieras eran publicadas en la Argentina en revistas de actualidad en la década del '60) y desde entonces se convirtió en autor de cortos (muchos de ellos intersticiales de los canales Fox y MTV) y siete largometrajes, dos de estos humorísticos con actores de carne y hueso, un documental, y cuatro de animación, entre ellos los magistrales "The Tune" y "Mutant aliens", una comedia musical y un delirio de ficción fantástica, respectivamente, que recrea la relación entre un astronauta y una nariz de otro planeta.

Plympton, que ha creado ilustraciones para The New York Times, Vogue, Rolling Stone y Vanity Fair, fue homenajeado con una excelente retrospectiva en la edición 2005 del Bafici.

Independiente a ultranza, a los 61 años defiende esta postura al afirmar: "Es muy estimulante levantarme cada mañana y tener libertad para dibujar cualquier imagen loca, bizarra y ofensiva que se me ocurra. No hay productor, director o abogado, ni gente que esté mirando por encima de mi hombro para decirme que cambie mi arte porque podría ofender a alguien o perjudicar las ventas".

Sus personajes pueden ser humanos; narices con piernas; dedos con ojos, todos con personalidad propia, transgresores como los de fauna urbana de Ralph Bakshi; bailarines de tango que por momentos parecen dibujados por Botero y, de golpe, por Carlos Nine; estatuas de la isla de Pascua; barriletes; escaleras que ascienden de ambos lados (como en los alucinantes diseños de Escher), o un perro que baila el rock mientras le crece un jopo azul como si fuese la planta de Jack y las habichuelas mágicas. En suma: surrealismo en estado puro y libre, que remite tanto a René Magritte como a Jean-Michel Folon y -¿por qué no?-, inspira a los autores de hoy con trazos y colores flameantes que dan una singular dinámica a sus propuestas magistrales para los fanáticos y los que seguramente lo serán después de conocerlo.

Filmografía

Bill Plympton nació el 30 de abril de 1946, conocido animador norteamericano, nominado al Oscar al mejor cortometraje animado en 1987 por "Your Face".

Largometrajes animados

The Tune, 1992
I married a strange person!, 1997
Mutant aliens, 2001
Hair high, 2004
Idiots and angels, 2007

Largometrajes no animados

J. Lyle, 1993
Guns on the clackamas, 1995
Walt Curtis, the peckerneck poet, 1997

Cortometrajes animados

The great turn on, 1968
Lucas the ear of corn, 1977
Boomtown, 1985
Drawing lesson #2, 1985
Love in the fast lane, 1985
Your face, 1987
One of those days, 1988
How to kiss, 1989
25 ways to quit smoking, 1989
Plymptoons, 1990
Tango schmango, 1990
Dig my do, 1990
The wise man, 1990
Draw, 1990
Push comes to shave, 1991
Nosehair, 1994
How to make love to a woman, 1995
Smell the flowers, 1996
Boney D, 1996
Plympmania, 1996
Sex & violence, 1997
The exciting life of a tree, 1998
More sex & violence, 1998
Surprise cinema, 1999
Can't drag race with Jesus, 2000
Eat, 2001
Parking, 2001
Twelve tales of christmas, 2001
Guard dog, 2004
The fan & the flower, 2005
Guide dog (secuela de Guard dog), 2006

Recopílaciones

Mondo Plympton, 1997
Avoid eye contact, Vol.1
Avoid eye contact, Vol.2
Bill Plympton's dirty shorts
Plymptoons: The complete early works of Bill Plympton, 2006

Videoclips

Peter Himmelman- 245 Days, 1990
Kanye West- Heard em say, 2005
Weird Al Yankovic- Don't download this song, 2006

Anuncios

Acid rain, para MTV, 1989
Trivial pursuit, 1990/91
Sugar delight, 1990


Fuentes: Revista Film, Enero 1993
Diario La Nacion
Wikipedia org/wiki/Bill plympton

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